Los 551.000 caficultores del país, cuyos intereses son representados por la Federación Nacional del grano, iniciarán hoy, miércoles 29 de noviembre, su congreso nacional anual, que este año llega a su versión número 92.
Esta vez, a diferencia de ediciones anteriores, enfrentará varias coyunturas desafiantes. La primera está relacionada con el interés del gremio de ratificar su institucionalidad e independencia para elegir a sus líderes, pues, como se sabe, su actual gerente, Germán Bahamón, no tuvo el respaldo del presidente Petro.
Insisten en que, aunque la Federación maneja los recursos públicos del Fondo Nacional del Café, los cuales corresponden al aporte de seis centavos de dólar por cada libra de grano exportada, la entidad es de carácter privado y pertenece a los caficultores.
Estos escogen a sus representantes a través de procesos democráticos en las elecciones cafeteras, para las cuales hay 337.000 cedulados. Estos eligen cada cuatro años a los 15 comités departamentales de cafeteros.
Los seis principales de cada uno de los 15 comités son los que asisten al Congreso Nacional (eso da un total de 90 participantes), que irá hasta el primero de diciembre.
Otra coyuntura para tratar tiene que ver con la producción, pues si bien este año se espera que crezca frente al pasado, sigue siendo inferior al promedio de años anteriores. El pronóstico es terminar 2023 con entre 11,4 y 12,6 millones de sacos de 60 kilos, es decir, 900.000 más que en 2022, pero durante muchos años esa producción anual estuvo por encima de los 14 millones de sacos.
A diferencia de otros productores agrícolas que están temerosos frente a la llegada del fenómeno de El Niño, los caficultores dicen que este los puede beneficiar, siempre que no sea muy prolongado, pues al grano le sienta más el sol que la lluvia excesiva generada por eventos como el de la Niña.
“Hasta ahora, El Niño nos ha beneficiado porque no ha sido tan riguroso. Grave es que se repitan lluvias como las de 2010-2011, cuando la producción bajó a siete millones de sacos al año”, explicó Carlos Armando Uribe, director de asuntos gremiales de la Federación.
Mano de obra
Otro de los desafíos de la caficultura nacional está asociado con el envejecimiento de los cultivadores, que se repite con otros productos agrícolas y la falta de mano de obra.
El café genera 960.000 empleos, lo que equivale al 25 % de los puestos del sector agrícola. Cada cosecha requiere de 300.000 recolectores, que cada vez son más difíciles de conseguir, en parte porque la edad promedio de quienes trabajan con el grano es de 54,3 años.
Cálculos de la Federación indican que solo 12.000 caficultores tienen menos de 28 años y apenas el 1 % de los miembros de los comités tiene esa edad. Igualmente, hay una baja representación femenina en esos órganos de representación, con apenas un 28 %, aunque hace cuatro años era del 22 %.
Como los otros gremios agrícolas, en la Federación están preocupados por la reforma laboral, la cual propone la creación del jornal agropecuario.
Con este, el dueño del cultivo debe afiliar a los trabajadores en calidad de dependientes y modalidad de tiempo parcial, para realizar sus cotizaciones al Sistema de Seguridad Social Integral. Esto incluye el aporte de subsidio familiar sobre el jornal agropecuario devengado, sin incluir el factor prestacional del 30 %.
El tema es que los ingresos de este cultivo dependen de los precios internacionales, los cuales son volátiles.
En el congreso, Bahamón, quien cumplió siete meses al mando de la Federación, presentará también los avances en los temas por los que fue elegido representante gremial.