Colombia sigue midiendo la magnitud de los impactos económicos y sociales que generó la pandemia del coronavirus desde su llegada en marzo de 2020. Aún cuando la reapertura económica comenzó desde hace algunos meses y se han recuperado los empleos de forma paulatina, los hogares aún sufren estragos.
La nueva encuesta de calidad de vida presentada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) precisó que solo 61,8 % de los jefes/as de hogar o sus cónyuges afirmó que no se considera pobre, mientras que 38,2 % sí se percibe como tal.
En medio de este panorama y los esfuerzos de los hogares para mantener parte de sus condiciones de vida, se confirmó que el 19,6% de los hogares que experimentaron la crisis económica manifestó haber tenido que gastar parte o todos sus ahorros, una condición que pudo haberse incrementado con las medidas especiales que habilitó el Gobierno, como el retiro de las cesantías ante la disminución de ingresos.
Por otra parte, el Dane detalló que 15,6 % se endeudó o amplió el plazo de algunas deudas y 15 % disminuyó el gasto en alimentos, situación que refuerza la cantidad de hogares que se perciben en condición de pobreza en el país.
Sin embargo, el director de la entidad, Juan Daniel Oviedo, precisó que en “la zona rural, dado el auge que tuvo en la producción agropecuaria y que no fue sujeto de medidas de confinamiento, presentó una disminución en la percepción de la pobreza, donde pasamos de 62,4% en 2019, a un 51,1 % en 2020”.
Las cifras también indican que producto de los impactos de la pandemia y la emergencia sanitaria, el 18,5 % de los hogares del país manifestó haberse atrasado en el pago de los servicios públicos. Así mismo, en el 14,7 % de los hogares se experimentó la pérdida de empleo por parte del/la jefe/a de hogar y el 11,3 % se atrasó en el pago de la vivienda.
¿Qué pasó con la vivienda?
Uno de los indicadores que puede causar preocupación es el de tenencia de bienes, una cifra que se redujo igualmente por los efectos económicos de la pandemia, lo que se refleja en un deterioro de la calidad de vida.
La entidad precisó que tras realizar la encuesta encontró que el 37,3 % de los hogares a nivel nacional vivía en 2020 en una vivienda propia totalmente pagada, lo que refleja una reducción de 4,2 puntos porcentuales con respecto a 2019.
“El 36,9 % de los hogares vivía en vivienda en arriendo o subarriendo (+1,2 p.p. frente a 2019) y el 14,6 % (+0,5 p.p.) lo hacía en calidad de usufructuario, es decir, con permiso del propietario, sin pago alguno”, se destacó.
Así mismo, las medidas de confinamiento y la puesta en marcha del teletrabajo como una tendencia creciente en el país permitieron identificar que el 10,4% de los hogares sostuvo en 2020 que desarrollaba alguna actividad productiva en la vivienda que habitaba, el lote o terreno (5,9 % en las cabeceras y 25,1 % en los centros poblados y rural disperso).
Según el Dane, “de estos hogares, el 46,2 % realizó una actividad agropecuaria (3,3% en cabeceras y 79,1 % en centros poblados y rural disperso) y el 35,5 % desarrolló una actividad de comercio (60,1 % en cabeceras y 16,6 % en centros poblados y rural disperso)”.
Esta situación se reafirma con el dato que precisa que el 16,6% de las personas ocupadas a nivel nacional manifestó haber trabajado en modalidades de teletrabajo o trabajo en casa en los últimos 12 meses.