A pesar de los efectos económicos causados por la pandemia el año pasado, Asobancaria reveló que el año pasado el crédito en Colombia continuó expandiéndose, pues registró un crecimiento positivo del 4 % (2,4 % real).

Con estos datos, la entidad reveló que en la última década los desembolsos en el país pasaron de $ 179 billones en 2010 a $ 524 billones a diciembre de 2020, lo que representa un crecimiento real anual promedio del 8 %.

Según el análisis del gremio, esta dinámica, en particular, se vio naturalmente afectada por las condiciones económicas de 2020, año en el que el crecimiento bordeó el 2,4 %, “reflejando con ello una desaceleración desde el 4 % alcanzado en 2019, producto de las afectaciones económicas por los cierres para controlar la pandemia”.

Asobancaria lamentó el cierre de la década, que por las circunstancias de la pandemia frenaron parcialmente la dinámica crediticia en la economía, aunque resalta la expansión del crédito en todas las modalidades, el ritmo de desembolsos y, ante todo, la prudente gestión de riesgos de las entidades para no poner en riesgo los recursos y la confianza que los colombianos depositan en el sistema.

Hernando José Gómez es el nuevo presidente de Asobancaria. Foto: Archivo Semana. | Foto: Archivo Semana.

“En todo caso, esta última cifra es positiva en la medida en que refleja los alivios financieros otorgados, la generación de nuevos créditos en favor del sector empresarial colombiano y el impulso a la cartera hipotecaria, factores que permitieron alcanzar un nuevo máximo en la profundización financiera del país”, indicó la Asociación.

Por modalidades, la cartera comercial presentó una senda de mayor crecimiento entre 2010 y 2015, aunque se ralentizó en el periodo 2016-2019 como resultado de la estrecha relación que mantiene con el ciclo económico.

En el primer periodo, la cartera comercial mostró un crecimiento real promedio de 11,6 %, impulsado por la financiación de la inversión privada, frente al -0,7 % evidenciado en el segundo periodo ante la desaceleración económica causada por factores locales y externos, estos últimos asociados a la caída de las exportaciones tradicionales de bienes básicos, derivada del menor precio internacional de los commodities.

Por su parte, la cartera de consumo ha sido de gran importancia en la expansión del crédito en la última década, alcanzando los 6,7 millones de adultos con acceso al menos a un crédito de consumo en septiembre de 2020, lo que se traduce en un aumento de 2,75 millones de adultos con respecto al registro de diciembre de 2010.

La cartera de vivienda mostró el mejor comportamiento en comparación con las demás modalidades en los últimos diez años, impactada por el desempeño de la actividad económica y la tasa de interés de política monetaria. Particularmente, a diciembre de 2020, el leasing habitacional de vivienda no VIS, así como la vivienda VIS en pesos y UVR, fueron los segmentos que contribuyeron en mayor medida al crecimiento real anual del 5 %.

Panorámica de Bogotá desde la calle 26 | Foto: Guillermo Torres Reina

“Este desempeño se explica por la dinámica de la disposición a comprar vivienda, la cual ha mostrado importantes señales de recuperación en el periodo reciente; el otorgamiento de subsidios para vivienda VIS y No VIS implementados por el Gobierno nacional, y las menores tasas de interés observadas”, indicó el gremio.

En el caso de la cartera de microcrédito, su crecimiento en el transcurso de la última década estuvo influenciado por el desempeño de la actividad económica y algunas medidas regulatorias, como la elevación de las tasas de usura de este segmento crediticio, lo que permitió que los bancos asumieran el mayor costo y riesgo inherente a esta modalidad de crédito para atender una mayor demanda.

Esto permitió que se registraran tasas de expansión en torno al 33 %, como la registrada en 2011 (34 %), la cifra más alta para un año entre las distintas modalidades consideradas.