Sindicatos y organizaciones populares protestaron en distintos puntos de Panamá para pedir al gobierno de Laurentino Cortizo la eliminación del impuesto del combustible y la congelación de precios de los productos de la canasta básica.
En las provincias occidentales de Veraguas y Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, los manifestantes cortaron la vía Interamericana, que conecta el país con el resto de Centroamérica, mientras que en Ciudad de Panamá hay convocada una marcha frente a la Asamblea Nacional de Diputados.
Los cortes de carretera han provocado que cientos de personas hayan quedado varadas por horas en la vía Interamericana, una ruta básica para el transporte de alimentos y bienes a lo largo del país.
El incremento de los precios de la canasta básica “hace que cada vez menos la gente pueda vivir de manera digna”, señaló Saúl Méndez, secretario general del sindicato de la construcción Suntracs, el mayor del país. Según Méndez, para que la ciudadanía recupere poder adquisitivo se deben bajar y congelar los precios de los medicamentos, alimentos, electricidad y combustible, además de una subida general de salarios.
Panamá enfrenta su segunda semana de protestas por la subida del precio del combustible, que ha pasado de menos de un dólar por litro en enero, a superar los 1,51 dólares a finales del mes de junio.
Al inicio fueron los profesores de la educación pública los que convocaron las protestas, a las que se han unido ahora sindicatos de otros sectores, pese a los llamados del gobierno al diálogo. Para el miércoles, el Suntracs ha convocado una huelga general en la construcción, mientras que gremios de la salud y el transporte amenazan también con un paro de labores.
El Consejo Interamericano de Comercio y Producción de Panamá expresó este lunes su “gran preocupación” ante la situación de “inestabilidad que vive el país, en momentos en los que debemos afrontar de manera racional y sin más dilación, la reactivación económica”.
A junio, Bolivia registró una inflación de las más bajas del mundo, ¿Cómo lo logró?
La inflación acumulada de Bolivia durante los primeros seis meses del año alcanzó una tasa del 1,2 %, posicionándose como el registro más bajo en Sudamérica y uno de los más bajos en el mundo, según informó el banco central del país.
La autoridad monetaria del país explica que estos bajos niveles se deben, en gran medida, a las iniciativas implementadas por el Gobierno, que fueron “determinantes” para configurar “un entorno de mayor certidumbre”.
El banco central ha apostillado que este aspecto “se debe ponderar”, dada la magnitud del impacto de la pandemia de la covid-19 y de la guerra entre Rusia y Ucrania, que han derivado en mayores niveles de inflación a nivel mundial.
El dato de Bolivia contrasta con el registrado por algunas de las principales economías de la región como Brasil, donde la inflación anual alcanzó casi el 12 % en junio; o México, donde el aumento de precios escaló hasta un 7,99 % en el sexto mes del año.
Entre los factores que explican la menor presión inflacionista en Bolivia se encuentra el cambio fijo del dólar vigente desde 2011 y los diferentes subsidios a combustibles y alimentos básicos implementados en el Gobierno de Evo Morales y que Luis Arce, actual presidente boliviano, ha mantenido.
“Una moneda fuerte, además de políticas económicas adecuadas, que gozan de elevada credibilidad en la población, se constituyen en parte fundamental de la estructura que permite a la economía boliviana continuar transitando por la senda de recuperación con estabilidad macroeconómica”, dijo el banco central.
*Con información de la Agencia AFP y Europa Press