Este martes el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, confirmó que, luego de tres meses de estabilidad, en el mes de octubre subirá el precio de la gasolina en el país, lo que sin duda inyecta una nueva presión sobre las finanzas de los colombianos y la inflación, que ya está en máximos históricos.
El pasado 1 de julio, bajo la administración del expresidente Iván Duque, se anunció el más reciente incremento a la gasolina. El alza fue de 150 pesos y situó el precio promedio de venta en 9.180 pesos, teniendo en cuenta las 13 ciudades principales del país.
Con un precio promedio de 9.180 pesos, Colombia se ubica como el tercer país de la región con el precio por galón de gasolina más barato. Solo se encuentra por debajo de Venezuela, en donde un galón cuesta aproximadamente 370 pesos, mientras que en Bolivia el precio es de 9.045 pesos, de acuerdo con la plataforma Global Petrol Prices.
Por debajo de Colombia se encuentran Ecuador (10.590 pesos), Brasil (16.538 pesos), Trinidad y Tobago (16.599 pesos), Argentina (17.226 pesos), Estados Unidos (17.495 pesos), Puerto Rico (18.011 pesos) y El Salvador (19.017 pesos).
El precio promedio del galón de gasolina en el mundo es de US$ 5,03, que es equivalente a aproximadamente $ 22.194. Esto quiere decir que el costo actual en Colombia es 2,5 veces menor a este promedio y uno de los más bajos en el mundo.
La plataforma Global Petrol Prices explica que, como regla general, los países más ricos tienen los precios más altos, mientras que los países más pobres y los países que producen y exportan petróleo (como es el caso de Colombia) tienen precios significativamente más bajos.
Además, es importante tener en cuenta que las diferencias de precios entre países se deben a los diferentes impuestos y subsidios para la gasolina, pues todos los países tienen acceso a los mismos precios del petróleo en los mercados internacionales.
En el caso de Colombia, por ejemplo, existe el Fondo para la Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC) que fue creado en el 2007 para no trasladarles a los colombianos el impacto de las altas fluctuaciones de los precios de los combustibles en los mercados internacionales y así poder contar con precios más económicos.
El FEPC se alimenta cuando el precio de la gasolina está abajo y al consumidor no se le traslada el beneficio. Entre tanto, cuando el precio sube, se saca este ahorro y tampoco se le cobra más al ciudadano. Al inicio, este fondo funcionaba bien y registró superávit en 2008 y 2009, pero luego comenzó a acumular déficit.
De acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo que se publicó en el mes de junio, entre el segundo trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022 el déficit era de 14,2 billones de pesos, una deuda que saldó la administración del expresidente Iván Duque antes de su salida.
Sin embargo, el fondo ya acumuló un nuevo déficit que es de 10,49 billones de pesos sólo por el segundo trimestre de 2022. Se considera que esta deuda crece 3 billones de pesos por mes y la estimación es que, al cierre de este año, el hueco llegaría a ser de 35 billones de pesos.
Es por esto que el FEPC no es autosostenible y para bajar este gran déficit que registra actualmente es necesario comenzar a incrementar el precio de los combustibles. Por ahora, solo se subirá el precio de la gasolina y el del ACPM seguirá intacto, ya que un alza podría afectar el transporte de carga, alimentos y pasajeros.
También es importante tener en cuenta que en Colombia no todas las ciudades tienen el mismo precio de gasolina, esto se debe a los impuestos que rigen y a beneficios tributarios que aplican para los municipios que están ubicados en las zonas de frontera.
Por ejemplo, en Cúcuta y Pasto (zonas de frontera) el precio de la gasolina está por debajo de los 9.000 pesos, porque están excluidos del IVA y exentos de aranceles y del impuesto nacional a la gasolina y el ACPM, lo que permite que el costo de los combustibles sea más económico frente a otras ciudades del país.