La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings publicó un documento en el cual sostiene que, a pesar de haber sido aprobada una reforma tributaria, las condiciones fiscales de Colombia siguen dejando al país vulnerable a posibles choques externos o internos.
“Fitch espera que la deuda siga aumentando en 2022 y no proyecta una reducción significativa de la deuda en el mediano plazo, a pesar de la reforma tributaria, lo que deja a Colombia vulnerable a los choques”, dice el documento.
Y es que los altos niveles de endeudamiento limitan el espacio fiscal de Colombia para afrontar posibles choques futuros que se puedan enfrentar. De acuerdo con el más reciente informe del Ministerio de Hacienda, la deuda del Gobierno Nacional Central (GNC) llegó al 62,2 % del PIB en agosto pasado.
Hay que recordar que a inicios del pasado mes de julio Fitch le rebajó la calificación crediticia a Colombia desde BBB- hasta BB+, quitándole así el grado de inversión. Dentro de las justificaciones para rebajar la nota se encontró el incremento de la deuda, así como la incapacidad de aumentar el recaudo y los ingresos de la nación de manera sostenible.
Para Fitch, si Colombia no logra consolidar una senda de recuperación fiscal durante los próximos años la calificación se podría ver disminuida desde BB+ hasta BB.
Semanas atrás, el analista para América Latina de Fitch Ratings, Richard Francis, dijo que la reforma tributaria que aprobó el Congreso de la República no es suficiente para que Colombia recupere su grado de inversión.
“La reforma no es suficiente para recuperar el grado de inversión. Solamente vamos a ver ingresos nuevos en 2023 y el déficit fiscal va a ser bastante alto el año que viene. Además la deuda en términos de PIB va a subir este y el otro año”, explicó Francis.
Al igual que el Gobierno actual, Fitch considera necesario que la administración que llegue al poder en 2022 presente una nueva reforma tributaria, aunque la calificadora estima que sus efectos no se empezarían a ver sino desde 2024.
“Colombia va a necesitar otra reforma para obtener los ingresos necesarios para empezar a bajar la deuda en términos de PIB. Todo el mundo sabe que hay elecciones el año que viene. Probablemente veremos unos primeros pasos de la reforma a finales de 2022, aunque lo veo difícil. Probablemente sea en 2023, pero la reforma estaría empezando en 2024, por lo que tendremos que esperar dos o tres años para ver una nueva reforma”, afirmó Francis.
Para recuperar el grado de inversión, no solo es necesario llevar a cabo otra reforma tributaria más estructural, sino que también se necesitarán medidas que fomenten el crecimiento y la competitividad.
“La manera de recuperar el grado de inversión sería un ajuste fiscal suficiente para no solo estabilizar la deuda en términos de PIB, sino empezar a bajarla. También el tema de crecimiento es muy importante, pues el crecimiento entre 3 % y 3,5 % está bien, pero se requeriría un crecimiento del PIB por encima del 4 %”, dijo Francis.
A pesar de estas advertencias, la calificadora cree que el PIB de Colombia crecerá de manera importante en 2021, pues proyecta un aumento de la actividad económica del 7,9 %, mientras que en 2022 la subida del PIB sería del 3,4 %.
¿Cómo incrementar ese crecimiento potencial más allá del 4 %? El analista de Fitch considera que reformas estructurales en otros campos, como lo laboral, podrían ayudar a ese objetivo.
“Subir el crecimiento potencial es complejo. Un mejor clima de negocios podría ayudar, al igual que una flexibilización del mercado laboral que ayude a bajar la informalidad y a reducir el desempleo. Probablemente tendrían que ser un paquete de medidas y no solo una o dos reformas”, dijo.
Sobre el futuro de la calificación de Colombia, Francis dijo que la política económica del nuevo Gobierno será la que marque la tendencia que tendrá la nota soberana del país.