El informe del Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que la actividad económica de América Latina y el Caribe presentó un crecimiento en el primer semestre, el cual fue más del esperado en 2021. Sin embargo, el segundo tramo del año se manifestó con un decrecimiento, la cual se mantendrá para 2023, generando que la tasa de crecimiento será menor que la de 2022.

La primera causa que señala el documento es la inflación, la cual seguirá siendo elevada el próximo año en general para los países, aunque sin presentar aceleración. El déficit primario en materia fiscal es el segundo antecedente para la situación actual y lo que se espera para el próximo periodo anual. “Los niveles de endeudamiento continúan siendo altos, por lo que cabe esperar que el espacio fiscal siga condicionando la trayectoria del gasto público”.

El siguiente punto es la reducción del empleo formal, la cual señala Cepal implica un aumento en la informalidad, un estancamiento en los salarios reales, caídas en inversión y demandas sociales. Otra razón que, como tal, no es causada por los países directamente, es la coyuntura de Rusia y Ucrania en el plano internacional. “Las proyecciones de crecimiento del PIB mundial se han revisado a la baja principalmente como consecuencia de los efectos de la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania. Se prevé que 2022 cerrará con un crecimiento del 3,1%, cuando antes de la guerra se proyectaba una tasa del 4,4%. Para 2023, se espera que se acentúe la desaceleración y que el PIB global crezca un 2,6%. Las economías avanzadas crecerían un 0,6%, mientras que las emergentes y en desarrollo lo harían un 3,7%”, subraya el informe.

Las monedas en relación con el dólar

El informe de la Cepal sostiene que la importancia del dólar radica en que esta es la principal moneda de reserva internacional y medio de cambio, dado que en los últimos dos años (2020-2021) significó el 60% de las reservas internacionales mundiales. Es por esto que existe una tasa de apreciación y depreciación de las monedas de Latinoamérica con respecto a la tasa de la divisa estadounidense.

Durante el año 2022, la tasa de apreciación de las monedas de Latinoamérica es una respuesta a los antecedentes mencionados anteriormente sobre el panorama de la economía de la región. Sin embargo, ha repercutido en diferente medida para cada país.

La compañía estadounidense de asesoría financiera, software, datos e información bursátil Bloomberg informó con base al índice LACI (Latam Currency Index) el comportamiento de las monedas de LatAm frente al dólar en 2022. El peso uruguayo fue al que mejor le fue, debido a que promedió una apreciación superior al 10%. Le sigue el real brasileño, la cual se situó en 7.79%.

Las otras dos monedas que dejaron balances positivos fueron el peso mexicano y el sol peruano, contando con una apreciación del 4.95% y 4.79% respectivamente. La otra cara de la moneda fueron las divisas que promediaron promedios negativos.

El promedio, la tasa de peso colombiano con el dólar ha estado en -14.31%. | Foto: Getty Images

El peso chileno quedó en -2.46%, el peso colombiano tuvo un -14.31% y, por último, el peso argentino fue la moneda que presentó mayor depreciación (-41.14%). Cabe resaltar que el euro, para los países que la manejan, representó -6.81% y la libra esterlina, también de los países que cuentan con esta moneda, tuvo un promedio de -11.04%. Para el caso puntual de Colombia, se agrega que la tasa de cambio promedió pasó de $3.700 a inicio del 2022 a estar cerca de los 5.000 pesos en algunos momentos de lo corrido del año.

En el reporte económico de diciembre, el banco Scotiabank Colpatria indicó. con base a este escenario económico que: “Dentro de los que están sufriendo un impacto negativo están quienes consumen bienes importados y los que deben comprar materias primas desde el exterior para llevar a cabo sus procesos productivos, de cada a este contexto será importante buscar eficiencias para atacar el incremento de los costos y racionalizar más los procesos productivos. Por otro lado, los sectores beneficiados son los que tienen una alta intensidad en la exportación de productos y quienes reciben remesas”.