Aunque el país está mostrando señales evidentes de recuperación, aún queda mucho terreno por recorrer en la tarea de alcanzar nuevamente los niveles de crecimiento previos a la pandemia.
Por eso, vale la pena preguntarse si las movilizaciones sociales como el paro cívico de este 21 de octubre, o la minga indígena, le pueden pegar al incipiente proceso de reactivación económica que se viene dando.
De acuerdo con Juana Téllez, economista jefe de Bbva en Colombia, las movilizaciones en sí no representan un golpe para el aparato productivo. Lo que podría complicar las cosas es el bloqueo de vías o cualquier otra forma violenta de manifestación.
Téllez aseguró que por lo visto hasta el momento con la Minga indígena, que ha tenido un cariz completamente pacífico, es posible esperar que no haya un impacto económico inmediato.
Recordó que la economía sí se resintió en su momentos, cuando una manifestación de los transportadores significó bloqueos de vías, generando problemas para la logística de todos los sectores.
El otro asunto clave es el de salud por cuenta de la pandemia. Según Alejandro Reyes, economista de Bbva Research, es claro que todo el planeta está tratando de aprender a lidiar con el nivel de contagios del virus y el proceso de aceleración económica. Por eso recalcó que es indispensable mantener la disciplina con las medidas de prevención y bioseguridad.
Por eso Téllez destacó que si bien el paro no ha golpeado hasta el momento, es necesario analizar con detenimiento cualquier factor que pueda afectar las expectativas de los actores económicos, porque ese sí es un elemento decisivo sobre el futuro económico.
Tres años para volver a la normalidad
El otro aspecto clave del mensaje que dejó hoy el equipo de investigaciones económicas de esta entidad es que la recuperación va a ser lenta en el caso colombiano, pues la pandemia exigirá casi tres años de crecimiento económico para recuperar los niveles previos a la llegada del virus.
Mauricio Hernández, economista del Bbva, explicó que el PIB potencial de Colombia cayó drásticamente por cuenta de la pandemia, pero también por cuenta del choque recibido por la caída de precios de crudo desde 2014. Esto pone énfasis en la necesidad de reformas para lograr un nuevo nivel potencial de crecimiento cercano al 4%.
“El asunto es cómo logramos una vigorosa recuperación económica pero con control de la pandemia”, insistió Reyes, también miembro del equipo de investigaciones del Bbva.
Los supuestos sobre los cuales hizo sus proyecciones el equipo del banco son los siguientes: que en 2021 el mundo cuenta con una vacuna, que la política económica (tanto monetaria como fiscal) seguirán jugando un rol clave y que habrá menor volatilidad en los mercados financieros gracias a la menor incertidumbre.
El Bbva sigue esperando que el mundo se contraiga 2,9 por ciento este año y que haya un rebote de 5,4 por ciento en 2021. En esos resultados, menos pesimistas que las proyecciones hechas a comienzo de la pandemia, China juega un rol clave, porque viene registrando mejores niveles de recuperación que el resto del mundo.
“El petróleo se ha venido comportando como esperábamos. Primero hubo mucha volatilidad, pero ha venido respondiendo a la recuperación de la actividad económica. En la medida en que se consolide esa tendencia, mejora el precio de las materias primas. Tenemos una expectativa de precio del barril a 41 dólares este año, el siguiente de 50 dólares hasta llegar en 2023 a 60 dólares”, dijo Reyes.
Otro de los frentes clave es el de flujo de capitales, porque el país ha venido mostrando resultados interesantes en este frente. Solo en septiembre, el flujo en el segmento de portafolio (inversiones en acciones y otros activos financieros como bonos) fue positivo en 1.200 millones de dólares, gracias a la exitosa colocación del gobierno colombiano de un bono a 30 años por 863 millones de dólares. Así que no esperan una nueva subida del dólar en las próximas vigencias y por el contrario creen que la divisa puede cerrar cerca de 3.400 pesos en 2020.
El equipo de investigaciones del Bbva lanzó una alerta sobre el mercado laboral, porque advirtió que se está presentando recuperación de puestos de trabajo, pero en la informalidad.
“Los nuevos puestos van a la informalidad al sector de no asalariados. Eso llevó la informalidad al 58 por ciento. En general esperamos que el desempleo termine este año en 16,5 por ciento; el 2021, en 14,4 por ciento y el 2022, en 14,8 por ciento”, comentó.
Destacó que la mayor parte de la recuperación correrá por el lado del consumo privado y la inversión privada.
Las proyecciones de crecimiento económico para Colombia son las siguientes: 2020, caída de 7,5 por ciento; 2021, recuperación de 5,5 por ciento y 2022 de 3,5 por ciento.
“Solo vamos a volver a los niveles de PIB previos a la pandemia hacia septiembre de 2022. Eso significa que prácticamente nos devolvimos a niveles de 2013. Recuperarnos de la pandemia costará casi tres años”, aseguró Téllez.