El mensaje y el tono con el que llegó al cargo el nuevo ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, le da una luz de esperanza a la economía. Pero también a los colombianos que siguen sintiendo el duro coletazo de la pandemia en el bolsillo.

El nuevo titular de la cartera de Hacienda no dio rodeos; fue contundente. Comenzó desmontando algunas banderas que traía su antecesor, tales como la compra de aviones por $ 14 billones y la modificación de puntos sensibles en IVA e impuesto de renta.

El movimiento del presidente Iván Duque cayó bien. Y aunque no ha logrado desactivar todos los focos de protestas, las aguas se calmaron entre los congresistas, que son quienes finalmente decidirán cómo quedan las normas tributarias.

Acuerdo nacional

Eso sí, las discusiones están lejos de terminar. La tarea para Restrepo no será fácil; incluso, sin haberse posesionado deberá sortear dos chicharrones de gran magnitud. Por un lado, tendrá que buscar recursos para cumplir los acuerdos a los que se llegue con el Comité Nacional del Paro.

Y por el otro, armar una nueva reforma tributaria que envíe un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos, pero también a los mercados internacionales.

Lo que está en juego no es poco, y el ministro lo sabe. Por eso, en entrevista con Dinero fue enfático en decir que en ningún caso se afectará a la clase media. En su lugar, la reforma propenderá porque los colombianos de mayores ingresos y capital paguen más impuestos.

La reforma que presentó el exministro Alberto Carrasquilla, que encendió las protestas en el país, ya fue retirada del Congreso. | Foto: Guillermo Torres Reina - Publicaciones Semana

Con esto cierra la puerta para que aumente el número de declarantes de renta y frena el revolcón en el IVA que pretendía su antecesor, Alberto Carrasquilla.

Esas propuestas exacerbaron la tensión social que se venía cocinando en el país por cuenta de la crisis de la covid-19. No hay que olvidar que el año pasado la pobreza aumentó a 42,5 %, lo que llevó a millones de colombianos a no tener con qué llevar comida a su hogar. De manera paralela, miles de micro, pequeños y medianos negocios se quebraron, y con ellos, los sueños de quienes tenían allí su único sustento.

El descontento social que hoy se ve en las calles no es gratuito, y una reforma tan agresiva como se pretendía lo único que logró fue echarle más gasolina al fuego. El Gobierno y los empresarios son conscientes de la coyuntura nacional, y, por ende, ahora le apuestan a una reforma que toque a los más ricos y que les quite beneficios a las empresas.

El bienestar nacional está por encima de cualquier gabela que se haya entregado, aunque las cosas tampoco pueden irse al extremo.

Si hay algo que deben entender los manifestantes y ciudadanos es que Colombia necesita una nueva reforma que ajuste cosas aquí y allá en materia de ingresos y gastos. Por un lado, porque la estabilidad de las cuentas está en juego, con todo lo que implicaría quedar mal ante el mundo.

Y por el otro, porque las familias más pobres y vulnerables deben recibir ayudas para salir del embate que les propinó la pandemia.

El nuevo Minhacienda asegura que la reforma es clave para reducir la pobreza, que afecta a más de 42 % de la población. | Foto: Karen Salamanca

El problema está en que las cosas no seguirán como venían registrándose en tiempos de emergencia sanitaria. El hecho de que la reforma no recaude los $ 23 billones que calculaban, sino $ 14 billones tiene implicaciones de gran calado.

No hay que ser experto para saber que si no se consiguen recursos permanentes, será imposible sostener un programa como Ingreso Solidario, que tanto bien les ha hecho a los hogares más golpeados por los encierros.

“En el ejercicio que vamos a hacer en el diálogo constructivo debemos tener claridad sobre cuál debería ser la dimensión y la temporalidad de programas como Ingreso Solidario y la devolución del IVA”, dijo Restrepo.

Palabras más, palabras menos, esto quiere decir que si no hay cómo financiar la chequera mensual que les llegan a las familias más afectadas, esta tendría que limitarse a un monto, número de hogares o tiempo.

¿Cómo pagar entonces estos billonarios subsidios sin tocar a la clase media? Para el Gobierno la respuesta está en las personas más adineradas. Y aquí es donde entra en juego la reforma tributaria y lo difícil de tramitarla en el Congreso.

La fórmula del presidente Duque y el nuevo ministro de Hacienda es que los ciudadanos que más tienen deberán aportar más, tanto por renta como por impuesto solidario, de patrimonio y dividendos.

Buena parte de las propuestas que se acogerán en la nueva tributaria fueron presentadas por los empresarios, en cabeza de Bruce Mac Master, presidente de la Andi.

Además, las compañías tendrán que contribuir más de aquí en adelante. De un lado, porque se les pretende incluir una sobretasa en el impuesto de renta. Y, del otro, porque ya no podrían descontar el impuesto de industria y comercio (ICA) de su renta anual.

Si bien es un golpe fuerte, los empresarios están dispuestos a meterse la mano al dril para aportar más y que las cosas en el país se calmen. Bajo esta misma lógica, el Gobierno deberá seguir con su plan de vender su participación en ISA y ajustarse el cinturón lo más que pueda.

No se trata solo de un tema de ingresos, sino de que los ciudadanos le exigen que recorte todo gasto innecesario. Para esto, el Ministerio de Hacienda ya trabaja en un listado de rubros y gastos que hoy por hoy no son indispensables.

Aun cuando esta tarea debió comenzar hace meses, lo clave es que ahora no se limite a tiquetes en clase económica o un menor pago de viáticos.

La ciudadanía y los marchantes envían un mensaje contundente: que los recursos públicos son sagrados y su despilfarro debe tener consecuencias.

¿Y del paro, qué?

Los anuncios de Restrepo anticipan que el Gobierno tiene todo para lograr acuerdos con los partidos políticos en torno a la tributaria. No obstante, también deberá trabajar en otro frente: el paro nacional.

En los diálogos del Gobierno con el Comité del Paro, ambas partes deberán llegar a acuerdos que sean viables y consulten el interés general de los colombianos. | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

Para encontrar un punto medio, desde Palacio se definió una agenda de siete puntos: vacunación masiva, reactivación económica, comunidades étnicas, no violencia, protección a los más vulnerables, estabilización de las finanzas públicas y matrícula cero.

Como se ve, la mayoría tiene un componente fiscal importante, y Restrepo será el encargado de concretarlo. Eso sí, tanto él como los demás funcionarios y los delegados del paro deberán hacerlo con prontitud, para evitar que siga la escalada de violencia y que el bienestar de los colombianos dé marcha atrás.

Lo que está en juego no es poco. Según cifras del Dane, el año pasado los colombianos de todos los estratos y niveles de ingresos perdieron parte de sus recursos. Y ni qué decir de la clase media, que se redujo del 30,1 % al 25,4 % de los colombianos.

El nuevo ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, asegura que está dispuesto a dialogar para llegar a consensos en torno a la nueva reforma tributaria. | Foto: Juan Carlos Sierra

Sin duda el mensaje del nuevo ministro de Hacienda de no tocar al escalafón medio de la población llega como un bálsamo para un país que sigue afectado por el levantamiento social. Pero el mensaje debe ir más allá: tanto el Gobierno como el Comité del Paro tienen que llegar a acuerdos. Y los delegados de este último deben entender que no es momento de pedir imposibles.

Cinco frases del nuevo Minhacienda

  • Quienes hoy no pagan renta, no pagarán con la reforma. Quienes sí pagan, seguirán pagando. Y quienes ganan más, pagarán más”.
  • “Está claro que sin recursos no hay programas sociales. Necesitamos la reforma para esto y para estabilizar las finanzas públicas”.
  • “La reflexión que debemos hacer es cómo debe ser la dinámica de los programas sociales y su temporalidad, así como las fuentes para financiarlos”.
  • “Nuestro proyecto de reforma tendrá un componente para recuperar empleos y generar nuevos puestos, sobre todo de los sectores más vulnerables de la población”.