El centro mayorista textil más grande del país, ubicado en el tradicional sector de San Victorino en Bogotá, expresó su preocupación en caso de ser aprobada la reforma laboral planteada por el Gobierno nacional, debido a que por el aumento de los costos en la contratación de personal, los empresarios de la moda al por mayor deberán incrementar los precios finales en cerca de un 30%.

“El 91,4% de los más de 57 establecimientos comerciales del sector están enfocados a la comercialización de ropa y calzado, lo que afectaría considerablemente las ventas, ya que nuestros proveedores han manifestado que los precios de las prendas podrían subir en un 30% con la nueva reforma laboral, o en su defecto podrían escasear algunos productos”, aseguró Wilson Vergara, gerente del Gran San.

El 91,4% de los más de 57 establecimientos comerciales del sector de San Victorino están enfocados a la comercialización de ropa y calzado. | Foto: Revista Semana

Cabe recordar que los comerciantes de Bogotá reportaron también una caída en ventas durante los pasados meses de enero y febrero, siendo casi las más bajas en 10 años, y aún no se reponen en su totalidad de los efectos que dejó la pandemia por el nuevo coronavirus para este importante sector de la economía.

Por su parte Antonio Forero, confeccionista y empresario textil de la marca Broche, recalcó que “a los empresarios nos tocará asumir una carga presupuestal adicional de cerca del 13% con las nuevas condiciones que entrarían en vigencia si se aprueba el proyecto de reforma laboral del Gobierno, a esto se sumarían los altos índices de inflación en el país, lo que conduciría a un incremento de al menos 30% en la ropa”.

El sector además viene sufriendo una caída considerable en las ventas, enero y febrero fueron los peores meses en 10 años. | Foto: Revista Semana

Los comerciantes del sector piden al Gobierno y al Congreso llegar a una reforma concertada con todos los sectores para que tanto trabajadores como empresarios encuentren un punto medio, en el que todos se beneficien y así mismo se jalone la creación de empleo y los colombianos no se vean afectados con más alzas.

Incluso en días pasados Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), el gremio de los comerciantes y tenderos en el país, anunció recientemente sus reparos sobre el proyecto. La agremiación manifestó que con la propuesta de reforma no habría incentivos para contratar a personas nuevas en las empresas y aseguró que, si bien están de acuerdo con la idea de dignificar el trabajo —lema de la reforma—, no lo están en el cómo, es decir, los mecanismos que llevan a hacer el trabajo digno y decente en Colombia.

Fenalco también manifestó que, aunque reconoce el esfuerzo frente al debate técnico que propició el Ministerio de Trabajo, el escenario de acuerdo tripartita fue corto, tan solo de tres horas, un tiempo en el que no se pudo hablar de concertación.

El proyecto tiene cerca de 80 artículos, pero solo unos pocos fueron acordados por todas las partes que conforman dicha mesa, así lo indicó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.

El directivo mostró su preocupación por los casi 16 millones de colombianos que hoy se encuentran desempleados o en condición de informalidad, a los cuales, si la reforma prospera, les será cada vez más difícil acceder a las oportunidades de trabajo formal.

Fenalco manifestó que no comparte el enfoque integral del proyecto, toda vez que los cambios normativos propuestos no responden a las necesidades del 64 % de la fuerza laboral del país, que se encuentra en la búsqueda de empleo o está en la informalidad.

De 7,5 millones de personas ocupadas en Colombia, solo 6,3 por ciento recibe pago de horas extras, según los argumentos expuestos por el Gobierno en la reforma laboral.

El proyecto deja por fuera a dos de cada tres colombianos que integran la población económicamente activa, afirma el gremio.

El gremio advirtió que, de aprobarse el proyecto tal y como está, existirá un fuerte aumento en los costos que deben asumir los comerciantes para contratar personal: entre un 30 y 35 %. Es importante resaltar que, según Fenalco, por cada cien pesos que vende un pequeño comerciante, su ganancia neta es entre dos y cuatro pesos únicamente, por lo que no todos serán capaces de absorber estos costos sin consecuencias.