Mauricio Santa María se ha convertido en uno de los mayores contradictores de las estrictas medidas de cierre de la economía, adoptadas por alcaldes y gobernadores del país para reducir los contagios de covid-19. Este economista y actual presidente del centro de pensamiento económico Anif tiene todos los pergaminos que lo convierten en una voz autorizada. Fue ministro de Salud y director del Departamento Nacional de Planeación. Y desde que comenzó la pandemia es uno de los mayores estudiosos del impacto que han tenido las estrategias adoptadas en el país para garantizar la salud de los colombianos y cuidar la economía.
Por eso, en momentos en que el país se encuentra a las puertas de un tercer pico de contagios, resulta una voz autorizada sobre cuáles son las estrategias adecuadas y cuáles las que no resultan efectivas para manejar esta situación de aumento de la positividad del virus y un mayor número de muertes.
Para Santa María, volver a los cierres estrictos no tiene un mayor impacto positivo en la salud de los colombianos porque por sí solo no reduce los contagios. Eso sí, el efecto resulta perverso para el empleo, los ingresos de las familias y la economía del país. Estas son las opiniones de uno de los mayores expertos en las lecciones de la pandemia.
Muchos interpretan el aumento en el número de contagios y muertes de los últimos días como el inicio de un tercer pico de pandemia, ¿Qué información tienen del tema y qué expectativas tienen en ese sentido?
Los datos de casos y muertes a nivel nacional no son muy dicientes. Deben revisarse a nivel regional, departamental y municipal. También es importante que se analicen los casos por fecha de inicio de síntomas y las muertes por fecha de deceso, no por fecha de reporte pues esto puede ser confuso para muchas personas y generarles la impresión de que está sucediendo ahora algo que ya pasó hace varias semanas. La pandemia es asincrónica y generar la percepción de que todo el país presenta un repunte ahora mismo es equivocado. Esa incertidumbre innecesaria puede impulsar respuestas erradas en los mandatarios locales fatigando a la población con medidas en momentos no pertinentes. Ese desgaste es costoso pues, cuando se requieran medidas, la adherencia a las mismas sería menor. Mantener la confianza alta no solo es importante en la economía sino también en la salud pública.
Algunos gobiernos regionales han empezado a tomar medidas como toques de queda y pico y cédula, ¿qué impacto podrían tener en la economía de las regiones y del país?
Como se ha visto en los últimos resultados de mercado laboral del Dane, los cierres en enero causaron un aumento en la Tasa de Desempleo nacional, la cual se ubicó en 17.3%, 4.3pp por encima del valor registrado en enero del 2020. La pérdida de ingresos laborales en enero ascendió a 1.73 billones. Vemos en ejemplos puntuales que estas medidas restrictivas son las principales culpables del mal desempeño de la economía: Bogotá, una de las ciudades con medidas más estrictas, representó el 51 % de la caída total de los ocupados en las 13 ciudades principales del país frente a enero del 2020. Eso, pese a que la capital sólo es responsable del 38 % del empleo. Desalentador si pensamos, además, que la curva de contagios es muy similar a la de otras ciudades y las cifras de mortalidad por SARS-CoV-2 no mostraron mayores mejorías.
Esto muestra entonces que tales medidas restrictivas son obstáculos graves para la recuperación económica e indica que es importante superar, de una vez por todas, los cierres estrictos, no hay economía y sociedad que soporte tanta arbitrariedad. Hay que tener en cuenta también que el desempleo no son solo cifras y números, es un indicador clave para entender el impacto real sobre la capacidad de consumo y el bienestar de los hogares.
Si no se adoptan medidas restrictivas, ¿qué otra sugiere para que no termine marchitándose la economía?
Las medidas deben ser sostenibles y contar con evidencia sólida de efectividad. Se debe facilitar el aislamiento focalizado de población vulnerable y sintomática (incluso ante sospecha, soportada por un profesional sanitario) protegiendo el ingreso a través de los programas de transferencias. Las cuarentenas generalizadas no son efectivas porque además pueden aumentar el riesgo de contagios dentro de los hogares a la vez que afectan más a los hogares pobres y con mayor número de miembros, no debería ser una estrategia a contemplar, a estas alturas, dados los costos acumulados.
Adicionalmente se debe acelerar la vacunación en los departamentos que presentan alto porcentaje poblacional de adultos mayores y pobreza multidimensional, también los que presentan baja capacidad hospitalaria y prevalencia. Idealmente, se debería contar con un índice que integrara esos cuatro datos (prevalencia, capacidad hospitalaria, porcentaje de población adulta mayor e IPM)
Finalmente, mejorar el reconocimiento de síntomas en la población general. Aún muchas personas no identifican los síntomas sospechosos (por ejemplo, cuando solo son digestivos) y esto aumenta el riesgo de circulación en la comunidad. Se debe aumentar la pedagogía e intentar trabajar con estrategias de iniciativa comunitaria.
¿Cuál es la proyección que tienen para el desempeño de la economía y de las empresas del país en el primer semestre del año?
Nuestra proyección de crecimiento para el 2021 es de 4.3% real anual. Esperamos, en un escenario base, que la recuperación sea liderada por el sector comercial, que, a su vez, está parcialmente atada al ingreso de los hogares y el mercado laboral. Por otro lado, dado un efecto base, el sector industrial, de construcción y minero también verán repuntes marcados en su crecimiento. Si no se implementan nuevos cierres en la mayoría de los centros urbanos del país, entonces podemos esperar que el sector productivo opere acercándose cada vez más a lo visto antes de la llegada de la pandemia. Lo anterior es especialmente cierto para el sector de los servicios y del comercio, que hemos visto es el de más rápida recuperación, pero también es el más sensible a las medidas restrictivas como cuarentenas, toques de queda y cierres sectorizados. No sobra decir que, al pesar cerca de 68% dentro de la capacidad total de generación de valor agregado de la economía, su desempeño es un gran determinante del comportamiento de la economía en general.
No sobra decir que todo lo anterior está atado al Plan Nacional de Vacunación. En nuestro escenario base, prevemos un rápido despliegue de la campaña de inmunización en todo el país, resultando en la aplicación de las vacunas a 35 millones de adultos colombianos para finales de este año, tal y como lo proyecta el gobierno. Sin embargo, si el ritmo de vacunación no alcanza la cifra estable de aproximadamente 150,000 dosis diarias, Colombia no alcanzará la inmunidad de rebaño este año, lo que nos podría llevar a nuevas olas que requieran la implementación de más medidas no farmacológicas que impidan el desarrollo de la actividad productiva en el país.
¿Hasta qué punto un eventual tercer pico en abril podría afectar los pronósticos de crecimiento económico del año completo?
Sobre este punto lo más importante es no cerrar la actividad económica. Cualquier incremento en el contagio no se puede intentar resolver con cierres generalizados. Los alcaldes y gobernadores tienen bajo su responsabilidad incentivar la reactivación económica, no es hora de retroceder tal y como lo vimos en enero. Por ejemplo, si la Administración Distrital de Bogotá vuelve a decretar cierres parciales (las famosas cuarentenas sectorizadas o los “cupos epidemiológicos”) el impacto en la economía nacional sería muy duro y el crecimiento económico caería por debajo del 4.0% en 2021.
¿Qué hacer para que el país logre garantizar la salud de los colombianos sin dañar la economía? ¿Cuáles son las recomendaciones que haría?
La recomendación sería volver a un enfoque integral de la salud. La salud de los colombianos no solo se enfrenta al importante reto de la pandemia asociada a SARS-CoV-2 sino también ahora a otros problemas que se han acrecentado, en parte por algunas de las estrategias restrictivas que se han implementado sin estimar sus riesgos asociados, que nos traerán problemáticas a mediano y largo plazo, sobre todo en aspectos relacionados con la salud mental y la morbilidad asociada a otras causas y enfermedades crónicas desatendidas.