Si la reforma tributaria que va a tramitar el Gobierno nacional en 2021 estuviera ajustada a las recomendaciones que hará la comisión de expertos internacionales convocada por Colombia, muchos de los brazos del Estatuto Tributario, relacionados con ‘gabelas’, cambiarían sustancialmente.
Para el 17 de marzo está prevista la entrega oficial del informe realizado por los expertos David Rosenbloom, Pascal Saint-Amans, Kent Smetters, Brian Arnold y Jeffrey Owens.
Previo a ese momento, SEMANA habló con David Rosenbloom, director del programa de tributación internacional de la Universidad de Nueva York, quien se encargó del capítulo de beneficios tributarios que la ley nacional le ha otorgado a las empresas.
Si bien después del golpe que le propinó el coronavirus a la economía, en particular a unos sectores más que a otros, la necesidad de mantener algunos beneficios tributarios será inminente y la eliminación de otros que ya cumplieron su función es parte de lo que recomiendan los expertos. De hecho, el Gobierno ha anunciado ya algunos nuevos beneficios coyunturales, por ejemplo, para compañías que busquen producir vacunas.
Qué encontraron los expertos
En términos generales, la comisión de expertos internacionales, una vez revisó a fondo el sistema tributario colombiano, quedó “negativamente impresionada”, según expresó Rosenbloom.
El especialista enfatizó en que el equipo fue unánime al expresar que “creemos que Colombia se metió en una situación en la que está mordiendo y persiguiendo su propia cola, tratando de compensar errores del pasado con nuevos errores. Es una historia sin fin que debe parar”.
Para Rosenbloom, la obligación tributaria en Colombia es “salvajemente complicada”, tiene una espiral de incentivos y está llena de inequidades e injusticias.
Por ello, la reforma tributaria que viene será el momento oportuno para voltear la página, aunque no se trata de empezar de cero, dijo Rosenbloom.
Sin políticos
Lo que si subrayó el comisionado es que “se necesita un cambio profundo que debe ser hecho por gente que conozca del tema, no por los políticos”; de lo contrario, el país volvería a quedar parado en un lugar “muy malo en materia tributaria”.
Rosenbloom enfatizó en que, entre los expertos internacionales, ninguno tenía un conocimiento particular sobre Colombia, lo que asegura que la lupa que pusieron estará libre de cualquier sesgo. Esto, pese a que –agregó– “en mi caso, tengo muchos amigos en Bogotá y he tenido muchos estudiantes de Colombia en Nueva York”.
Con lo recomendado por la comisión de expertos, una eventual reforma tributaria en Colombia tendría que poner el ojo, principalmente, en los 74 billones de pesos que en el país se aplican como ‘gabelas’, muchas de las cuales ya no tienen razón de ser.
La búsqueda, como en todas las reformas tributarias que se tramitan, es intentar que el pago de impuestos en Colombia tenga los tres pilares que harían de esa obligación algo más justo: equidad, progresividad y eficiencia. “Hay que apuntar a un impuesto general que se aplique a todos los negocios por igual”, dijo Rosenbloom en las puntadas que destapó en SEMANA, sobre el informe que se conocerá oficialmente la próxima semana.