SEMANA: La vía al Llano ha estado afectada por todos los frentes. Se la lleva el invierno, el temblor, los bloqueos. Los colombianos han esperado por este corredor desde hace muchos años. Ahora se juntó todo. ¿Qué es lo que realmente pasa con esa vía?

CAROLINA BARBANTI (C. B.): Nuestra geografía como tal es muy particular. Estamos en medio de tres cordilleras, son cordilleras jóvenes. Esa es la parte geológica que atañe a la situación.

Además, nuestras poblaciones siempre están asentadas en esas zonas que, incluso, en muchas ocasiones son de alto riesgo, pero aun así la gente se asienta allí, en parte porque lo necesitan.

El ejercicio que se adelanta de parte de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) sobre ese corredor tiene varias puntas. Primero, son proyectos que han estado durante mucho tiempo en la ruta de poderse construir. Se han invertido recursos. En este momento, existe un contrato APP (recursos públicos y privados), que es con el que se opera, se mantiene y, en alguna medida, a pesar de que no está incluido dentro de esa concesión, también hacemos atención de sitios críticos, que es lo más grave que tiene el corredor.

Asociado a todas las condiciones mencionadas (de la geografía y demás), tenemos el tema del cambio climático, que es algo que no podemos negar. Esta es una zona que tiene una condición denominada unimodal en términos de lluvia (el régimen de lluvia se caracteriza por una sola estación). Ahora, precisamente estamos en el periodo unimodal, que más o menos va a octubre. De ahí en adelante volveremos al momento de sequía.

El cierre ordenado esta semana en el k58+600, paso urbano de Guayabetal, fue por caída de material. Foto: X @PeriodicodMeta | Foto: Foto X @PeriodicodMeta

SEMANA: ¿Por qué en esta semana dieron apertura a la vía y de nuevo tuvieron que cerrar rápidamente?

C. B: Esta semana, cuando se dio apertura, estábamos en tiempo seco y el corredor funcionó mejor en esas condiciones. Esa madrugada (la del día de la apertura) empezó a llover, y mucho, tanto en Villavicencio como en la zona del corredor. Se generan riesgos de seguridad que hay que tener en el foco: caída de material, por ejemplo. Entonces, se volvió a cerrar.

El paso en el que se ordenó el cierre (k58+600 paso urbano Guayabetal) tenía seis días cerrado. Se abrió y volvió a haber caída de material, y lo que prima es la seguridad de los usuarios.

El corredor como tal tiene una condición de vulnerabilidad muy alta, asociada a las condiciones climáticas. A ello se le sumó el sismo, que lleva más de 300 réplicas (hasta el jueves).

Si vamos a hacer un balance, sumando la vulnerabilidad y las condiciones para la transitabilidad, no se han registrado muchas situaciones de pérdidas humanas. Lo que pasó recientemente en Naranjal (zona rural del municipio de Quetame-Cundinamarca) se asocia más a que la comunidad está asentada sobre una zona de riesgo y en Colombia sabemos lo complejo que es movilizar los asentamientos.

Nosotros, desde la concesión, en lo que atañe a infraestructura, continuamos en las actividades de remoción, seguimos retirando materiales y tratando de garantizar la conectividad.

Protestas vía al Llano | Foto: Redes sociales / Twitter

SEMANA: La comunidad está desesperada, hacen bloqueos, ¿qué soluciones definitivas se prevén?

C. B.: Nos sentamos con la comunidad de Guayabetal, hubo acuerdos para el desbloqueo. Luego hubo anuncios de otro cierre en otro punto (k44), porque decían que no se habían hecho atenciones de otros puntos, como es la quebrada Estaquecá, que es parte de un convenio que tenemos con el Instituto Nacional de Vías (Invías), y también deben hacer las reparaciones correspondientes.

Cada día tenemos situaciones que no nos permiten garantizar esa transitabilidad permanente.

Estamos buscando mecanismos técnicos y financieros para que podamos empezar a atender esos puntos de manera direccionada. Queremos que no haya solo una dedicación a atención de sitios críticos, de tal forma que no se sigan presentando tantos eventos que cada día están siendo más recurrentes y obviamente asociados al tema del cambio climático y ahora a los sismos.

SEMANA: Es que lo que hay es una reaccionitis. Atienden el foco, como apagando incendios. ¿Habrá alguna vez una solución estructural? ¿Desde el punto de vista de la construcción se tenía claro que era una zona de tanta vulnerabilidad?

C. B.: Las estructuras que están en el corredor son de buena calidad. En ninguna se puede decir que no operan con calidad. En lo que corresponde a la calzada, a los muros de contención y demás.

Hay puntos que se ven totalmente estables en nuestros seguimientos y monitoreos, y no presentan una condición de posible deslizamiento, es decir, lo que uno llama la prevención. Pero están esas condiciones climáticas que no son una excusa, son reales.

Esa condición ha generado una desestabilización en el corredor muy importante. Nosotros, en el ejercicio que hemos hecho, validado por la interventoría (porque con la cifra tenemos ciertas discrepancias con el concesionario) tenemos 55 puntos definidos a los que debemos hacerles atenciones y entrar a esa etapa de prevención.

La estructura del puente colapsó en la mañana del domingo 20 de agosto. | Foto: Semana

Estamos buscando los mecanismos financieros para garantizar que esas intervenciones se hagan de manera preventiva y evitar las situaciones de cierres continuos y caídas de materiales en puntos. Ya tenemos cuantificados los puntos -si no aparecen otros-.

Son condiciones propias de la naturaleza, pero sí tenemos esos puntos y estamos trabajando para poder hacer esa atención de manera preventiva y evitar las situaciones como las que cada día se nos están dando.

Tampoco se pueden dejar de lado los temas de orden público, que deben ser controlados desde otro punto de vista, que obviamente no es el técnico.

SEMANA: Los colombianos tenemos la percepción de que no hay una solución definitiva. Por eso revientan las protestas sociales.

C. B.: Acá quiero enfatizar en que es muy respetable todo el conocimiento de la comunidad y es muy acertado, pero por lo menos, en el caso de Guayabetal (donde hubo bloqueos), nos decían, casi de manera obligatoria, que había que hacer un terraceo en uno de los puntos en los cuales está el colapso, con el agravante -para mí- de que tenemos viviendas sobre el corredor.

A propósito, esa es otra situación de todas nuestras vías: la gente busca vivir cerca de las vías pese a que existe altísimo riesgo. Pese a que entidades como la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo han manifestado que se debe hacer una reubicación de estas viviendas.

De acuerdo con la Concesionaria Vial Andina (Coviandina) se registra una interrupción total de la carretera por la protesta que adelantan conductores debido al cierre de la vía antigua Pipiral-La Grama. | Foto: Coviandina/Twitter/ @CoviandinaSAS

En Guayabetal nos decían con gran vehemencia que teníamos que hacer un terraceo en ese muro, en esa pendiente. Les explicaba que, desde lo técnico, si así lo decide el desarrollo del diseño, ni más faltaba, pero de manera irresponsable no puedo ordenar subir un equipo para hacer unas terrazas cuando definitivamente lo que puedo generar es un daño muchísimo peor y desestabilizar más la montaña. Entonces sí, todo ese material se podría venir sobre las viviendas que están al borde de la vía.

SEMANA: ¿Se podría decir que es el corredor más importante en materia de traslado de alimentos?

C. B.: Este corredor arranca desde Buenaventura, pasa por el túnel de la Línea, conecta todo lo que es la parte central del país: entra aquí lo que es Bogotá-Villavicencio y debe llegar a Puerto Carreño.

El corredor como tal no es solamente ese tramito a Villavicencio. En ese sentido, es un corredor de gran importancia porque moviliza carga que entra desde fuera del país, moviliza carga entre municipios, es un corredor que conecta al Llano con el centro y del centro hasta la costa Pacífica (en Buenaventura).

SEMANA: Su afectación se lleva por delante a todas las exportaciones, el abastecimiento de alimentos interno...

C. B.: Es un corredor totalmente completo que le da una gran conectividad al país desde el puerto de Buenaventura.

SEMANA: Usted está en encargo. ¿Con todos esos chicharrones, le gustaría quedarse en la presidencia de la ANI?

C. B.: Ni idea si me quedo o no. Por ahora estamos haciendo la tarea, que es bien larga y compleja.

Carolina Barbanti, presidenta (e) de la ANI. | Foto: GUILLERMO TORRES