Las autoridades venezolanas decomisaron a comienzos de esta semana, 54 toneladas de alimentos que supuestamente entraron desde Colombia como contrabando días después de la normalización del comercio entre los dos países, en un procedimiento que dejó tres detenidos.

El decomiso, hecho por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), se realizó en el puesto de Guarumito, cerca de La Fría, Táchira, según un comunicado y un video del componente militar.

“Se contabilizaron 54 toneladas de mercancía seca, hortalizas y frutas”, que eran trasladadas en dos camiones de gran tamaño. Se decomisaron bultos de café, aceite vegetal, leche de larga duración, gaseosas, bebidas isotónicas (energéticas), además de alimento de animales y papel higiénico.

Los detenidos, de nacionalidad venezolana, estaban a bordo de los vehículos, que cruzaron a través de caminos irregulares llamados “trochas” y abiertos tras el cierre del tránsito entre ambos países en 2015.

Los 2.219 km de la frontera colombo-venezolana siempre han estado minados por el contrabando, pero las mafias y grupos armados irregulares ganaron terreno con el cierre parcial de los cruces binacionales en 2015, que se recrudeció en 2019 con la colocación de contenedores en los pasos principales.

Con la llegada al poder del presidente Gustavo Petro en Colombia, ambos países reabrieron la frontera el 27 de septiembre. El gobernador de Táchira, Freddy Bernal, adelantó el 15 de octubre que la normalización de las operaciones en la frontera tomará unos 90 días.

“Las cosas van por buen camino, solo que hay que dar tiempo para ajustar todos los mecanismos”, dijo el responsable.

Por las “trochas” se mueve todo tipo de mercancías: alimentos, medicinas, gasolina, equipos agrícolas, chatarra e incluso armas y cocaína, según testigos. El 28 de septiembre, la Guardia Nacional se incautó de 10 toneladas de urea presuntamente destinadas al narcotráfico.

Este panorama es bastante delicado en la actualidad, prueba de esto se da en las recientes cifras de la Cámara Colombo-Venezolana de Integración (Cavecol), las cuales estiman que la reanudación del tránsito podría ayudar a llevar el intercambio comercial a 1.200 millones de dólares en 2022.

4,3 millones de migrantes venezolanos no pueden acceder a las tres comidas diarias

Las Naciones Unidas emitieron la semana pasada una nueva alerta sobre la situación que enfrentan millones de migrantes y refugiados venezolanos durante su éxodo por mejores oportunidades. Según la agencia internacional, más de la mitad de ellos (en Latinoamérica) no puede solventar las tres comidas diarias.

Unos 4,3 millones de refugiados del vecino país presentan dificultades para conseguir un empleo formal, tener acceso a un techo y la alimentación básica. Esa es la principal conclusión a la que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en su informe titulado Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes.

Según el reporte; las secuelas que dejó la pandemia de coronavirus, sumado al aumento en el costo de vida (y su incidencia por la guerra en Ucrania) y las tasas de desempleo han agudizado la crisis. Estados Unidos, pese a las regularizaciones fronterizas, sigue siendo el destino al que muchos de los migrantes esperan poder llegar.

La ONU calcula que hay 5,96 millones de refugiados y migrantes (de Venezuela) en América Latina y el Caribe. A nivel global, la cifra se sitúa en 7,1 millones. El informe enfatiza en que, ante el panorama socioeconómico, es posible que en lo que resta de año, se incrementen las necesidades de quienes se han visto obligados a dejar su país de origen.

Los bajos salarios son destacados como otro de los factores que no propician la seguridad de “mantenerse a sí mismos y a sus familias”. El documento destaca que en Ecuador, el 86 % de los venezolanos afirman no contar con el dinero mínimo para satisfacer sus necesidades mínimas; en Chile, 13 % permanece “por debajo del umbral de pobreza”.

*Con información de AFP.