El crédito es una de las materias primas para que funcione la economía y tras un año y medio de pandemia llama la atención que los préstamos que se han recuperado más rápido son los destinados a la compra de vivienda.
Un informe de DataCrédito Experian sostiene que entre el primer semestre de 2019 y el mismo lapso de 2021 los créditos hipotecarios crecieron un 32 por ciento en valor y un 16 por ciento en cantidad de operaciones. En otras palabras, en este frente el país no solo ya recuperó las pérdidas de 2020, sino que está mejor que antes del inicio de la crisis sanitaria.
Antes de la llegada de la covid-19 cada semestre se aprobaban alrededor de 85.000 operaciones de crédito de vivienda, 14.000 por mes aproximadamente. En la primera mitad de 2020, cuando se sintió más fuerte el impacto de la pandemia, se realizaron 60.000 operaciones, mientras que de enero a junio de 2021 fueron casi 100.000, con un promedio de 16.000 por mes.
“Esta gran actividad demuestra que este sector representa una de las actividades económicas más sobresalientes en la recuperación del país”, explica Alicia Soacha, gerente de Consultoría de DataCrédito Experian.
Estos resultados se explican por las mayores ventas de vivienda, que hoy están uno de sus puntos históricos más altos. De acuerdo con Coordenada Urbana, en los primeros ocho meses de 2021 se comercializaron más de 150.000 viviendas nuevas, lo que implica que, de mantenerse ese ritmo, en el año completo se superarían las 230.000.
Así mismo, ha influido positivamente la política gubernamental, anunciada en mayo pasado para la entrega de 200.000 subsidios destinados a la compra de Vivienda de Interés Social (VIS), así como a la de mayor valor. Esto implica la entrega diaria de 425 subsidios.
Adicionalmente, el Gobierno, a través del Fondo Nacional de Garantías, asumió el respaldo del crédito hipotecario de los más vulnerables, con lo cual el riesgo para el sector financiero baja en forma sustancial.
Otro punto a favor del crédito hipotecario ha sido la disminución de las tasas de interés. Datos de la Titularizadora Colombiana indican que en agosto de 2020 los intereses para préstamos de vivienda VIS estaban alrededor del 12 por ciento y un año después están en el 10,48 por ciento, y para vivienda no VIS pasaron del 10,5 al 8,89 por ciento.
Por regiones y estratos
El crecimiento del 16 por ciento en los créditos hipotecarios entre 2019 y 2021 es a nivel nacional, pero si se desagrega por regiones se evidencia que Santanderes y Boyacá presentan un avance del 26 por ciento, seguido de Cundinamarca con el 22 por ciento.
Los demás departamentos están por debajo de la media nacional, pero todos con crecimientos positivos. No obstante, la región Pacífico, al suroccidente del país, con un aumento del 6 por ciento no ha logrado recuperar los niveles prepandemia.
Si el análisis se hace por el total de créditos de vivienda desembolsados, Cundinamarca se mantiene en el primer lugar con el 22 por ciento del total, seguido de Santander con el 21 por ciento, Atlántico con el 10 por ciento, Antioquia con el 4 por ciento y Valle representa el 3 por ciento de todos.
Por estratos socioeconómicos, los 1 y 2 son los que presentan la mayor recuperación entre la prepandemia y durante el primer semestre de 2021, con un 37 y un 26 por ciento, respectivamente. Los estratos entre 4 y 6, por su parte, registran valores cercanos al 15 por ciento. Esto muestra el impacto positivo de los subsidios de vivienda en los estratos de menores ingresos.
En lo que respecta a los plazos de los créditos hipotecarios, los que se pactan a menos de 10 años son los que más se han recuperado, así como aquellos que pagan cuotas mensuales mayores a 3 millones de pesos.
Santiago Rodríguez Raga, Ph.D, profesor de la Universidad de los Andes y autor del estudio de DataCrédito Experian, aclara que si se compara el crédito de vivienda con otros tipos de préstamos se evidencia que los de consumo apenas han logrado llegar este año al mismo nivel de operaciones que tenían en el primer semestre de 2019, mientras que los comerciales (los dirigidos a las empresas) disminuyen un 11 por ciento y el microcrédito un 26 por ciento, sin mostrar aún signos de recuperación.