Sectores de la energía están en alerta máxima, Colombia estaría en una situación similar a la de los años 90, y el temor por un eventual apagón está muy presente, sobre todo, luego de los reportes del operador del sistema interconectado nacional XM, los cuales señalan que los precios de la energía están muy elevados. A esto se suman a los riesgos derivados del fenómeno del Niño, y lógicamente, todo esto se refleja en las facturas de energía.
Solo para tratar de dimensionar la situación, XM presentó un boletín, donde se señala que para el 5 de octubre, el precio de la energía en bolsa es de 1.051 pesos el kilovatio por hora. Esto supera la tarifa de la denominada referencia de escasez, que se estima en $1.047,65 el kilovatio por hora.
Si bien el entender como se fijan las tarifas es bastante complicado, para el consumidor el impacto está en las tarifas, y los empresarios son unos de los que más han sentido los incrementos. De acuerdo con la firma Energy Master, que presentó un análisis hecho a partir de más de 300 mil facturas de luz, se determinó que en estos sectores económicos, los recibos se encarecieron un 7 %, solamente en septiembre.
Según las proyecciones de esta firma, al cierre del 2023, las tarifas podrían llegar a encarecerse entre un 10 % y un 12 %, siendo esto muy significativo para las empresas, ya que la energía es de sus insumos primarios, y que el incremento, termina pasándose, en su mayoría, al consumidor final.
De acuerdo con Azimut Energía, quienes analizaron las cifras de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), entre los años 2017 y 2022, encontraron que una empresa, la cual ganaba en promedio 25 pesos por cada kilovatio / hora consumido en el mercado no regulado hoy, llega a ser muy similar al mercado regulado, por lo que solo gana 7 pesos.
Los impactos para las empresas por el incremento en las tarifas de energía
Lo detallado por Azimut Energía, hace referencia a la diferencia que hay en los mercados energéticos, en el regulado suelen agruparse los pequeños consumidores, como por ejemplo, los usuarios residenciales o las pequeñas industrias. En contraste, el mercado no regulado es donde se encuentran los grandes consumidores, aquellos que consumen más de 55,000 kWh al mes, y estos “tienen la libertad” de negociar dos componentes con los distribuidores que prefieran.
“Factores como el fenómeno de El Niño, causante, de la disminución de una de las principales fuentes de energía que son las hidráulicas; la necesidad de abastecer la red con el uso de fuentes térmicas, las cuales, terminan siendo mucho más costosas; sumado a una demanda que creció en 6,23 % a nivel nacional con respecto al mes de agosto del año anterior, una especulación y la falta de liquidez de las comercializadoras, ha llevado a aumentar los precios en bolsa. Es decir, todo es un efecto dominó que al final impacta en lo que tienen que pagar estas compañías por el consumo de su energía”, detalla Julio Betancourt, gerente de producto de Azimut.
Si bien los expertos siguen planteando estrategias para aumentar el ahorro, y ser más eficientes energéticamente, lo cierto es que el sector de la energía tiene en vilo al país, pues pese al choque con el Gobierno, en realidad los que van a terminar pagando las consecuencias son los consumidores.
Recordemos que XM señaló que en el país se registra un nivel del 72,38 % en los embalses, pero, hay una alerta por la disminución del 16,5 % en las lluvias, como consecuencia del fenómeno del Niño, dejando en evidencia un posible riesgo en la disponibilidad de energía que tiene el país y, por lo tanto, termina siendo el fruto de la especulación de los precios de energía en bolsa.