Con nuevas mediciones que acercan al foco la realidad en Colombia, el Banco Mundial destapó este martes 4 de diciembre, el informe ‘Prosperidad y reducción de la pobreza en el territorio colombiano’, en el que concluye que la mayoría de los pobres se encuentran en zonas urbanas, pues, “de los 16,8 millones de pobres, 11,9 millones viven en zonas urbanas, y siete departamentos concentran más de la mitad de la población empobrecida del país”.
La desigualdad pulula y este país, que le gana a todos los de la OCDE en tasas regionales máximas de pobreza.
Según el informe, Colombia había logrado avances, pero hubo un corte en la pandemia de covid-19, cuando se revirtió el rumbo y fue como si se perdiera una década de progreso.
No solo subió la pobreza en general, sino la pobreza extrema y se contrajo la clase media, porque la pirámide social se descuadró y la recuperación aún no se afianza.
El incremento en los precios de los alimentos se volvió el mayor reto en términos de la tarea de reducir pobreza.
Con ese contexto, hay que señalar que La Guajira y Chocó son los departamentos más afectados y son los que más aumentan las brechas sociales en comparación con regiones más prósperas.
El empleo es clave
Existen programas sociales para ayuda urgente a la población pobre, pero el empleo parece ser determinante para sacar a la gente de la pobreza. Es así como, en el Chocó solo el 27 % de las mujeres en edad laboral participa en el mercado laboral. Y los departamentos con mayores índices de pobreza tienden a tener una menor proporción de empleo formal, por debajo del 20 % en departamentos como Nariño, Sucre, La Guajira y Cauca.
Efectos graves
El Banco Mundial mide algunos elementos claves, como por ejemplo, que hay municipios en los que la pobreza de aprendizaje es del 100 %. De igual manera, en el informe se establece que el 90 % de las muertes infantiles serían evitables si se aplicara una atención adecuada, pero el acceso a servicios esenciales es altamente desigual.
Menor acceso al empleo o acceso al mercado laboral, pero en condiciones de poca calidad, es otra de las circunstancias que afectan a las regiones pobres. “El 30 % de la desigualdad de ingresos laborales está determinada por circunstancias al nacer. La posición de bienestar de un individuo está muy ligada a la de sus padres, especialmente en algunos departamentos”, dice el informe.
Suena gravísimo: la oportunidad perdida
Un tema que llama la atención y que debe ser puesto en una macrolupa es que la población más joven del país se concentra en las regiones más pobres. “En un país que alcanzará el final de su dividendo demográfico en 2050, y con una gran proporción de los trabajadores del futuro viviendo en zonas más pobres –el 38 % de la población colombiana en edad de trabajar en el futuro vive actualmente en un departamento con niveles de pobreza superiores a la media– no invertir en la capacidad productiva de estas generaciones más jóvenes es una oportunidad perdida para un mayor potencial de crecimiento económico. Además, la desigualdad de oportunidades dentro del país puede generar tensiones sociales”.