Actualmente, la situación de la papa en el país es bastante crítica, no solo por sus altos precios en el mercado, influyendo radicalmente en la cotización de la canasta familiar, sino también por lo que representa para los cultivadores.

Mientras que en 2021 fue común ver a los paperos prácticamente regalando su producto en las carreteras del país, el escenario ha dado un giro radical de 180 grados. Hoy por hoy, el precio de la papa ha registrado aumentos hasta del 111 %. Sin embargo, el consumidor final no sería el único afectado.

Sobre el escandaloso aumento en el precio de la papa, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, explicó recientemente que se debe a una suma de factores que puede ayudar a entender lo que está pasando en otros sectores productivos.

“En el año 2020, cuando entra la pandemia con toda la fuerza, nos quedamos sin consumidores. A todos nos mandaron a la casa a guardarnos, se cerraron los colegios, los restaurantes, se cerró el corrientazo y la papa vendía más del 30 % de su producción en ese tipo de mercados. Entonces, al caerse el consumo, ¿qué ocurre en el 2020?, es muy importante recordarlo, entre el mes de mayo y noviembre, la inflación de alimentos, mensualmente, fue negativa. Los precio se fueron para el piso”, explicó Bedoya al Noticias Caracol.

Con base en dicho panorama, a finales de 2020 los campesinos no tuvieron más remedio que salir a las calles y regalar la papa, porque no tenían consumidores y empezaron a quebrar por no poder vender su producto.

“Ese fue el primer efecto, muchos productores salieron del circuito de producción, es decir, no tenían con qué volver a sembrar. Llega 2021 con temas como los contenedores (represamiento), los fertilizantes -se triplicó su precio a nivel mundial-. ¿Qué hacen los productores?, muchos no tenían con qué pagar los fertilizantes, otros empiezan a reducir su uso, lo que trae menos productividad y reducción de la oferta”, agregó el presidente de la SAC.

Precisamente, la reducción en la oferta de la papa es lo que ha ocasionado el aumento de 111 % en el IPC de este producto.

En el marco de la cuarentena, los cultivadores se vieron obligados a vender su producto directamente en las carreteras. | Foto: Juan Carlos Sierra/Revista SEMANA

¿Un coletazo de la cuarentena?

Según explicó Bedoya, varios cultivadores quebraron entre 2020 y 2021 debido a que no pudieron vender su producto por la pandemia. Esa reducción en la fuerza productiva ya está teniendo su impacto, en este caso, en la oferta de papa.

El panorama no ha sido mejor para quienes retomaron la actividad productiva este año. Si bien la demanda nuevamente ha crecido gracias a la reactivación económica y el retorno a la presencialidad, la oferta atraviesa por una situación contraria: disminuyó. A esto se suman detalles como el alto precio de los fertilizantes, un elemento que incrementa los costos de producción y por ende, también su el precio final del producto.

“El precio que hoy tiene la papa es debido a la quiebra que tuvo en el 2020. En ese año hubo una sobreproducción de papa y también nos trajeron papa importada de Bélgica, Alemania y Holanda. Llegamos al punto en que nos tocó salir a las calles a regalar nuestro producto, a los peajes, a mendigar para que nos compraran una libra, una arroba o un bulto de papa”, manifestó a Noticias Caracol Luis Ernesto Gómez, cultivador de papa en La Calera, Cundinamarca.

En ese sentido, tal y como lo expresó Jorge Bedoya desde la SAC, la cuarentena en el país tuvo un efecto negativo para los cultivadores de papa, haciéndolos quebrar. Ahora, según mencionó el señor Luis Ernesto Gómez, los precios de los insumos y fertilizantes subieron estrepitosamente, incluso, en 100 %.

La reducción en la fuerza productiva así como el incremento en el precio de insumos y fertilizantes han derivado en que el precio de la papa también haya subido. Sin embargo, esto no se traduce en que los cultivadores estén incrementando ganancias, al contrario, deben sortear sus ingresos para recuperar lo invertido en campo.

El panorama es retador y los cultivadores de papa temen por verse obligados a abandonar su oficio a raíz de una baja rentabilidad en su labor principal.