El déficit comercial de Estados Unidos se redujo menos de lo esperado en mayo, con una desaceleración del crecimiento de las exportaciones, indicó el jueves el Departamento de Comercio en un comunicado.

En lo que respecta al intercambio de bienes y servicios con el resto del mundo, llegó a 85.500 millones de dólares en mayo, un descenso de 1,3 % respecto a abril, cuyos datos fueron revisados a su vez a la baja (86.700 millones de dólares, frente a los 87.100 millones anunciados inicialmente).

Este es el déficit más pequeño desde diciembre de 2021, cuando alcanzó 78.860 millones. Los analistas contaban, sin embargo, con que se redujera aún más, a 84.900 millones de dólares.

Las exportaciones de bienes y servicios aumentaron 1,2 %, alcanzando los 255.900 millones de dólares, marcando una desaceleración respecto al mes anterior debido a un crecimiento menor de los viajes. Las importaciones crecieron menos (0,6 %) pero, con 341.400 millones de dólares, siguen siendo mucho más altas que las ventas al exterior.

La baja del déficit comercial de mayo “refleja una disminución del déficit de bienes de 2.900 millones, a 105.000 millones, y un retroceso del superávit de servicios de 1.700 millones, a 19.400 millones de dólares”, precisó el departamento en un comunicado.

En lo que va del año, el déficit comercial de bienes y servicios aumentó 38,4 % en comparación con el mismo período de 2021, con un aumento de las exportaciones de 19,4 y de 24 % de las importaciones.

En marzo, el déficit comercial había alcanzado un récord (107.650 millones) debido a la fuerte demanda interna, ya que las empresas repusieron sus inventarios tras los problemas de suministro vinculados a la pandemia de covid-19.

¿Aumento del desempleo?

Las solicitudes semanales de prestaciones por desempleo en Estados Unidos alcanzaron la semana pasada su mayor nivel desde mediados de enero.

Entre el 26 de junio y el 2 de julio, se registraron 235.000 pedidos, 4.000 más que la semana previa, según datos del Departamento de Trabajo publicados el jueves. La cifra es ligeramente superior a los 234.000 pedidos que esperaban los analistas.

“Si bien creemos que existe el riesgo de que aumenten más los pedidos de beneficios por desempleo a medida que se desacelera el crecimiento económico, no esperamos un aumento brusco” a corto plazo, comentó Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics.

Agregó que los anuncios de despidos en ciertos sectores siguen siendo “anecdóticos”, y que “el mercado laboral sigue bastante tenso y la demanda de trabajadores históricamente alta”.

Desde la primavera de 2021, ante la escasez de mano de obra y las renuncias masivas mes a mes (otros 4,3 millones en mayo), los empleadores dudan en despedir trabajadores y, en cambio, ofrecen mejores condiciones salariales para retenerlos en tanto buscan nuevos empleados.

No obstante, se observa una moderación en los aumentos salariales, un indicio de que podría acercarse el fin de las reivindicaciones laborales que se han extendido por todo el país desde el otoño boreal.

Una Reserva Federal preocupada

Los responsables de la Reserva Federal estadounidense manifestaron su preocupación de que la inflación se afiance en el país, y reiteraron su voluntad de continuar subiendo las tasas de interés para combatirla, según las actas de su última reunión de política monetaria el mes pasado.

En su encuentro de los días 14 y 15 de junio, los directivos de la FED se mostraron preocupados de que las presiones inflacionarias “no muestren signos de ceder”, lo que supondría que “la inflación sería más persistente de lo anticipado”, señalaron las “minutas” de la reunión.

Algunos miembros de la FED consideran que existe un “riesgo significativo” de que la inflación se “afiance”, si el público “comienza a dudar de la determinación del Comité” de Política Monetaria (FOMC) de combatirla. El texto da cuenta de la convicción del organismo para enfrentar la suba de precios enfriando la economía.

Durante su última reunión, la FED subió 0,75 puntos porcentuales su tasa de interés de referencia, la mayor subida en casi 30 años. Cuando las tasas suben, se encarece el crédito y, por lo tanto, el consumo y la inversión deberían tender a contenerse, suavizando la presión sobre los precios.

*Con información de AFP.