La llegada del Gobierno Petro, sin duda alguna, supuso un nuevo reto para la economía colombiana. El presidente de izquierda llegó con varias ideas de cambio, que para muchos analistas son abruptas. La transición energética, a la par de los cambios en los subsidios de vivienda, han sido algunas de las propuestas que el actual Gobierno ha hecho y que han causado un revolcón en la economía.
Los datos, tras un año de Gobierno, son poco alentadores. La economía colombiana pasó de registrar un crecimiento el tercer trimestre de 2022 de 12,6 % a otro de apenas 0,3 % para el mismo período en 2023.
La comparación con el tercer trimestre es mucho más sorprendente. Mientras en 2022 el país crecía 7,4 %, para 2023 no hubo crecimiento en ese período, sino que la economía se contrajo -0,3 %. En el último reporte, las industrias manufactureras fueron las que más cayeron, con una baja del 6,2 %. La cifra también fue impulsada por el sector de la construcción, que decreció 8,0 %.
Preocupante dato sobre el crecimiento de la economía colombiana
En el más reciente reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), la entidad decidió reducir cerca de tres décimas las perspectivas de crecimiento del producto interno bruto del país para 2023. Es decir, el crecimiento económico total para la actual vigencia sería de 1,2 %.
Otro dato preocupante es el que asegura que para 2024 la economía del país no levantará cabeza. El crecimiento esperado para el otro año será de apenas 1,4 %.
Los datos contrastan con las previsiones que había hecho el organismo hace algunos meses, donde calculaban que el PIB crecería cerca del 1,5 % en 2023 y que para el siguiente año avanzaría al 1,8 %.
Respecto a los países latinoamericanos donde se registran las proyecciones más favorables, Costa Rica es el que tiene los mejores números, con una expansión del 5,1 % en su economía. A esta le sigue México, que tendría un repunte al cierre del año de 3,4 %. Luego de este país está Brasil y Colombia, con la misma cifra, 1,2 %.
Entre las razones que expone la Ocde para argumentar el bajo crecimiento se encuentra una alta inflación, tasas de interés elevadas y una incertidumbre política creciente, que pesarán sobre la demanda interna del siguiente período.
“El Banco Central ha aumentado las tasas de interés a un máximo de 25 años para controlar la inflación. La inflación general ha comenzado a bajar y se proyecta que regrese al rango objetivo del 2-4 % en la segunda mitad de 2025″, estima la Ocde.
Respecto a las estrategias para escapar de esta situación, la Ocde precisa que la política monetaria del país debe evitar una flexibilización prematura, que pueda asegurar una desinflación continua y así salvaguardar la credibilidad. Esto para garantizar la estabilización de la deuda y el cumplimiento de reglas fiscales.
También asegura que para encontrar una estabilidad, será necesario mejorar la eficiencia del gasto y los ingresos públicos, a la par de aumentar los incentivos para la creación de empleo formal, mediante la reducción de costos laborales no salariales y la mejora de la capacitación, que podría fomentar tanto la productividad como la equidad.
El crecimiento del PIB se ha desacelerado sustancialmente desde finales de 2022 y la confianza de los consumidores y las empresas sigue siendo relativamente débil. La inversión ha caído drásticamente hasta situarse por debajo del 18 % del PIB, en comparación con el 22 % en promedio durante el período 2014-2019″, reporta la entidad.
Además, aseguran que las altas tasas de interés que tiene el emisor, además de la incertidumbre política, son dos hechos que pesan sobre la inversión.