Una vez más, JP Morgan, el banco más grande de los Estados Unidos y una de las entidades financieras más importantes del mundo, le puso el ojo a Colombia. Esta vez, para analizar el horizonte que se viene, de cara a las elecciones regionales del domingo 29 de octubre, en las que los colombianos escogerán alcaldes, gobernadores e integrantes de los cabildos departamentales y municipales.
Según JP Morgan, esa jornada será una suerte de referendo para el gobierno de Gustavo Petro, pues, de los resultados que obtenga el Pacto Histórico, dependerá el futuro de las reformas en el Congreso de la República.
El camino no está despejado para una victoria política del partido que está en el gobierno en la instancia nacional. Este año, más que en ninguna otra ocasión, las elecciones regionales son relevantes para lo que viene. Aunque Petro arrancó su mandato con favoritismo y logró armar coalición en el Legislativo, su popularidad ha venido menguando.
El JP Morgan manifiesta que las elecciones regionales son un fenómeno interesante en Colombia, pues logran una mayor participación del electorado, en comparación con otros comicios. Mientras en departamentos y municipios los votantes en la pasada contienda electoral alcanzaron el 60,5 %, en las elecciones para presidente, el 58,2 % de los colombianos acudió a las urnas. Para las elecciones al Congreso, solo el 48 % de ciudadanos hizo uso de su derecho al voto.
Esas cifras evidencian la trascendencia que tendrá la jornada electoral de este domingo para el partido político que tiene en sus manos la administración del país.
Entre el golpe de la inflación y los escándalos
Esa tendencia en la votación más el desplome en la aprobación del presidente Petro dan señales de lo que podría pasar si el Pacto Histórico no logra ganar en buena parte de los territorios. Hace 12 meses, el panorama político para el partido de gobierno era muy diferente. “El presidente Petro disfrutaba de mayorías en el Congreso y su tasa de aprobación era cercana al 60 %”, destaca el informe sobre Colombia de JP Morgan.
Pero fueron pasando los tiempos, la economía se ha caracterizado por una fuerte y sostenida inflación que ha golpeado a los votantes, por no hablar de los escándalos de corrupción que han salpicado a miembros cercanos a la familia del propio presidente Petro. Esa circunstancia, relacionada con el financiamiento de la campaña para llegar a la Casa de Nariño, condujo a la apertura de una investigación en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, en el Congreso de la República, lo que a su vez hizo peso para que bajara el nivel de aprobación del presidente. En efecto, la última encuesta de Invamer ya mostraba cifras contrarias a las del inicio del mandato (60 % de desaprobación).
¿Y entonces...?
Las estadísticas macroeconómicas no le son favorables políticamente al Gobierno. Si bien la inflación se ha moderado durante varios meses, no se han disipado los riesgos de que se devuelva, teniendo en cuenta que se ha aplicado una estrategia de alza en la gasolina para tapar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles que por años subsidió el precio interno, en comparación con el internacional.
El largo periodo en el que ha permanecido la inflación en su tendencia alcista llevó a que se incrementaran las tasas de interés, lo que, a su vez, ha puesto un freno de mano al consumo de los hogares. Es esto, justamente, lo que no deja expandir la economía. El único salvavidas que hay en ese contexto es el desempleo, que se ha mantenido a la baja y se ubica por debajo del 10 %.
A esas situaciones, el JP Morgan agrega el tema de la seguridad, que también será un factor clave en las elecciones del domingo y que también podría impactar la agenda de Petro.
Pesos y contrapesos
Uno de los mensajes que resultó positivo para la popularidad de Petro en sus inicios fue el de proponer un gran acuerdo nacional. Ahora, esa meta se ve con baja probabilidad, teniendo en cuenta que hay un Congreso de la República fragmentado y dividido por partidos políticos.
Muchos pronósticos apuntan a que a la oposición le irá bien en las principales ciudades, lo que, de tajo, podría impactar el curso de las reformas.
Según cree el JP Morgan, el Gobierno seguiría la misma estrategia aplicada en los meses anteriores: “Defender las reformas sociales en el Legislativo, sin negociar con los liderazgos de los partidos”, dice el informe de la entidad financiera.
El domingo, se correrá el velo y se sabrá si estos vaticinios se volverán reales.