Investigadores del Banco de la República llevaron a cabo un estudio denominado ‘Pérdida del Empleo, Crédito y Crimen en Colombia’, en el cual se analiza el impacto del desempleo en los índices de criminalidad en el país.
En el documento también se estudia el rol del crédito de consumo como instrumento para atenuar los efectos de la pérdida del empleo al ofrecer la posibilidad de satisfacer las necesidades de consumo y contribuir a disuadir las actividades criminales.
Es importante decir que el análisis se realizó con datos de Medellín, una de las ciudades colombianas con más altas tasas de formalidad laboral, con una alta presencia de crimen organizado y con altas tasas de homicidio relacionadas con disputas entre grupos locales, carteles de droga, bandas criminales y paramilitares.
De acuerdo con los investigadores, los despidos masivos son los que más incidencia tienen en la criminalidad, pues estos suelen ser sorpresivos.
En los datos, correspondientes al 2010, los empleados de firmas que registraron un despido masivo experimentaron una drástica caída de más del 20 % en los ingresos respecto al 2009, seguida de una notable recuperación un año después, aunque todavía en niveles entre un 4 % y un 10 % por debajo de los registrados antes del evento.
“La caída en los ingresos es levemente superior para las mujeres y los empleados más jóvenes”, dice el documento.
Teniendo en cuenta lo anterior, los investigadores encontraron que hay un incremento en la probabilidad de arresto en el año del despido masivo en las personas que fueron víctimas de estas prácticas.
“El aumento en la tasa de arrestos que se observa es equivalente a un incremento del 47 % en el año 2010, y del 35 % año después, en relación con la tasa de arrestos del 0,16 % que se observaba en 2009. El incremento en la tasa de arrestos es explicado principalmente por los empleados hombres y los jóvenes entre los 20 y los 25 años”, dicen los investigadores del Emisor.
De acuerdo con los datos oficiales, entre los años 2006 y 2015, el 12 % de los hombres jóvenes de Medellín fueron arrestados en algún momento.
“La concentración de los efectos en la población más joven guarda coherencia con la alta criminalidad observada entre los hombres jóvenes en Medellín. Los efectos más sobresalientes por tipo de crimen se encuentran en el crimen a la propiedad, sugiriendo un vínculo con el canal de la necesidad”, dice el documento.
Otra de las conclusiones a las que llegó el estudio es que los despidos masivos de los adultos del hogar tienen efectos indirectos en otros miembros de la familia, especialmente en los más jóvenes.
“Esto sugiere que la pérdida de empleo incrementa la criminalidad más allá de lo inicialmente previsto, ya que también afecta a otros miembros de la familia”, dijeron los investigadores.
Según el estudio, hay un efecto de aumento de la posibilidad de ser arrestado sobre los familiares entre 25-35 años en el mismo año en que su familiar pierde el empleo, mientras que el efecto sobre los menores de 25 años se registra un año después, potencialmente sugiriendo que el ejemplo de los mayores podría estar jugando un papel en la decisión de los parientes menores.
El crédito para mitigar la criminalidad
De acuerdo con investigadores, el acceso al crédito de consumo debilita la relación entre la pérdida de empleo y la criminalidad, al permitir a los individuos suavizar las dificultades del desempleo.
“El impacto del despido para la población que tenía acceso a crédito antes del evento no es significativo. Por otro lado, el impacto estimado es positivo, significativo y persistente para la población que no tenía acceso a crédito antes del evento”, dice el texto.
Los autores estiman la medida en que el acceso a crédito disminuye el efecto del despido masivo sobre los arrestos, con base en la expansión del crédito de consumo observada en 2010 por cuenta de la entrada de cinco nuevos bancos a la ciudad, utilizando las distancias de sus sucursales a los hogares.
“Se observa que aquellos individuos que tuvieron acceso al crédito de consumo como producto de esa expansión, registran una reducción en la probabilidad de ser criminales en los periodos subsecuentes a la expansión crediticia”, agrega.
Ahora bien, el papel que desempeña el acceso a crédito de consumo como amortiguador de los efectos adversos de la pérdida del empleo, sugiere que el incremento en la tasa de arrestos estaría más motivado por razones de necesidad, que psicológicas o emocionales.
“Los resultados subrayan que en coyunturas como las vividas durante la pandemia de la covid-19, apoyos en liquidez a las personas que perdieron su empleo adquieren gran importancia, como un vehículo para disminuir la probabilidad de que se involucren en actividades delictivas”, concluye el texto.