Colombia no tuvo mejoras en el comercio ni en la producción luego de once años de la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos, y los resultados confirman “un balance negativo para Colombia y positivo para Estados Unidos”.
Así lo dio a conocer Enrique Daza, director del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), a lo que agregó que “el resultado es un enorme déficit comercial, pérdida de capacidad agraria, disminución de la participación de la industria en el producto interno bruto e incremento en el costo de vida dado a que estamos importando la inflación que se da en los países desarrollados”.
El experto aseguró que con la entrada en vigencia del TLC “se acentúa la reprimarización de la economía colombiana y no se estimuló el desarrollo de la industria”.
Se ha perdido participación
Según Daza, después del Tratado las exportaciones han perdido participación en la economía y el número de exportadores e importadores se redujo, y aumentó la concentración.
A lo que agregó que también refuerza la inserción de Colombia en los eslabones primarios de las cadenas de valor internacionales con manufacturas e insumos básicos.
Consideró que “una muy buena parte de la inflación en Colombia se debe en gran medida a la dependencia de alimentos importados de los Estados Unidos, no se importan productos baratos”.
Según Daza, el volumen del déficit comercial en esta materia refuerza esta idea pues “no se desarrolló la producción nacional con alto valor agregado. Además, se incrementa la dependencia de los bienes de consumo y los insumos que produce Estados Unidos”.
Explicó que “las demandas ante los tribunales de arbitraje juegan un papel represivo que cohíbe a los Estados para tomar decisiones en favor del interés público. La pérdida de productos básicos para la dieta como el maíz y el trigo ponen al país en vulnerabilidad ante decisiones unilaterales del país de procedencia”.
Enfatizó Daza que el TLC merma la soberanía alimentaria y energética de Colombia y las posibilidades de transformar su estructura productiva. Los cereales, granos, legumbres y fríjoles son cultivos esenciales para la soberanía alimentaria de un país debido a su valor nutricional, su papel clave en los sistemas agrícolas y su importancia como insumos para la industria alimentaria, cárnica, farmacéutica, entre otras.
Apoyar producción
Por lo tanto, es importante apoyar la producción y consumo de estos alimentos para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional a nivel local y global.
Agregó que, igualmente, es necesario que Colombia empiece a invertir en la transformación de sus recursos minero-energéticos en el país, con el objetivo de reducir las importaciones y disminuir los costos asociados a la transición energética.
Si bien las exportaciones de petróleo y carbón son importantes para la economía del país, no transformar estos recursos en el territorio colombiano genera una dependencia de los productos refinados y un mayor costo para el desarrollo de la industria nacional.
Sin embargo, según la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, Colombia ha logrado avances en materia de fortaleza exportadora, consolidación de los productos agrícolas y aumento de la inversión de Estados Unidos en el país.
En ese sentido, el número de empresas exportadoras aumentó un 24%, pasando de 3.053 en 2012 a 3.772 empresas en 2022; pasó de poder exportar 5.500 productos a 11.497; y 1.036 productos nuevos han incursionado en el mercado estadounidense gracias al TLC.
Además, 997 productos quedaron libres de arancel en 2022 lo que permitió consolidar transacciones por $ 9.864,2 millones de dólares, un alza de 68,5%.