La ponencia de la reforma tributaria 2021 empieza la prueba de fuego en el Congreso de la República. Después de ser radicada -el martes-, y anunciada en las comisiones económicas conjuntas de Senado y Cámara, para que pueda ser abordada en la sesión de este miércoles, inicia el pulso que acompaña a este tipo de proyectos.

Aunque es común que las reformas tributarias se aprueben en acalorados debates, en esta ocasión, las señales indicaban que sería distinto, pues no se toca a la clase media y vulnerable, ni temas sensibles como el IVA a la canasta familiar ni el impuesto de renta a personas naturales.

En consecuencia, cuando se destapó por primera vez el proyecto original elaborado por el Gobierno, todo parecía estar cantado para que la iniciativa pasara sin problemas en los dos debates que tendrá, debido a que la acompaña un mensaje de urgencia. Sin embargo, ahora el panorama no se ve tan diáfano.

Más artículos podrían demorar el trámite

De 35 artículos que tenía la propuesta del Gobierno, la ponencia ahora cuenta con 56 ítems, lo que podría demorar el trámite, pues el alegato -desde ya- es que las novedades no hacen parte del consenso nacional.

El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, expresó que los temas nuevos que se incorporan “están en línea con los asuntos centrales de la propuesta previamente radicada: nuevas rentas derivadas de la facilitación del pago de impuestos nacionales y territoriales. También, facilitar la movilización de activos previamente incautados a la mafia y que hoy están en manos de la SAE”.

Pero los comentarios de los congresistas de la oposición evidencian que los ánimos están caldeados, principalmente por la demora, de casi 15 días, en el trámite de depurar y construir el documento, partiendo de los consensos logrados con todos los actores que fueron consultados.

Catalina Ortiz fue una de las parlamentarias que expresó su inconformidad.

Fueron cerca de 400 proposiciones que se presentaron, con la esperanza de que entraran a ser parte la ponencia. Muchos de los que no lo lograron lo volverán a intentar.

Por lo pronto, para este miércoles está previsto el inicio del estudio y votación en primer debate.

Para algunos analistas económicos, como José Ignacio López, director de investigaciones de Corficolombiana, quedó el sinsabor de una reforma que, finalmente, será para obtener un recaudo, sin que logre mucho en mejoramiento del sistema tributario con el cual aportan impuestos los colombianos.

“Frente a la inicial reforma tributaria (haciendo referencia al proyecto de ley tramitado por Alberto Carrasquilla) varios economistas la atacaron de forma virulenta, por no solucionar problemas. Después de su estrepitosa caída, ahora critican la nueva reforma, en añoranza de elementos de la propuesta inicial”, señaló López.

Tres puntos álgidos

1. Retefuente de 0% para inversiones extranjeras en renta fija. Mientras el Gobierno abogaba por llevar a 0% la retención en la fuente para inversiones en títulos valores de renta fija, el cual está en la actualidad, en un 5%, los congresistas estimaron que era algo no pertinente. La propuesta fue eliminada del articulado.

2. ¿Qué hace un tema de sanciones relacionadas con sustancias sicoactivas en una tributaria? A muchos de los analistas del documento les ha parecido curioso un artículo, según el cual, “si realizado el examen que trata el artículo 150 de la Ley 769 de 2020, se identifica que el individuo se encuentra bajo la presencia de drogas, o sustancias estupefacientes, alucinógenas o hipnóticas, y el resultado positivo tiene una relación directa con la alteración de la capacidad psicomotriz en el organismo, la sanción corresponderá a las establecidas para el tercer grado de embriaguez determinadas en el artículo 152 de la ley 769 de 2002″.

3. Autorización para comprometer presupuestos de gobierno futuros. En la actualidad, el Gobierno lo que requiere es plata. En la ponencia de la reforma se propone un artículo que le dará vía libre al Consejo Superior de Política Fiscal –Confis- para autorizar las vigencias futuras. Esto no es más que comprometer recursos de los presupuestos venideros. Todo será para el desarrollo de proyectos de infraestructura definidos como de importancia estratégica, cofinanciados por la Nación.

Entre las novedades también se destaca la creación de un apoyo a las empresas afectadas por el paro, la inclusión de las cooperativas de trabajo asociadas como beneficiarias del Paef (programa de apoyo al empleo) y el ajuste al régimen simple, que ahora tendrá diferencias en las tarifas, según el tamaño del negocio.