El peso argentino atraviesa un momento de inestabilidad muy marcado. La moneda gaucha, frente a la estadounidense, tiene un cambio oficial de 347,50 pesos por dólar y para venta amanece este martes, 10 de octubre, en 365,50.
Entretanto, el dólar blue se compra a 935,00 y se vende a 945,00. En tal sentido, la volatilidad marca las jornadas cambiarias.
Hay varios factores que han contribuido a la depreciación de la moneda argentina, entre ellos figura la necesidad de pesos. Al igual que los ahorradores recurren al dólar libre para resguardar sus ahorros, también existen muchas actividades y personas que necesitan operar con la moneda nacional.
Banco Mundial desaconseja dolarización
La dolarización de la economía argentina, una propuesta del candidato presidencial ultraliberal Javier Milei, crearía problemas sin unas “cuentas fiscales a raya”, afirmó este miércoles William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Para resolverlo, Milei propone abandonar el peso y abrazar el dólar si gana las elecciones presidenciales del 22 octubre.
El Banco Mundial parece escéptico. “Tener cuentas fiscales disciplinadas y tasas bajas de crecimiento monetario”, es decir, moderar la cantidad de dinero en circulación, es “absolutamente clave para manejar la inflación”, afirmó Maloney, convencido de que “no hay alternativa”. “Y eso se aplica a la dolarización”, añadió.
“La dolarización es buena para ayudar a gestionar las expectativas de inflación, porque todo el mundo dice, ‘bueno, el banco central no puede imprimir dinero, así que eso resuelve un problema’, pero no es así, porque si no consigues poner tus cuentas fiscales a raya entonces solo acabas con otras distorsiones y otros problemas”, aseguró Maloney.
Hace unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que Argentina acordó un programa crediticio, ya advirtió que la dolarización “no sustituye políticas macroeconómicas sólidas”.
En la opinión de Maloney “el control de la inflación es necesario” en Argentina, pero para conseguirlo se necesita “equilibrio fiscal” y “confianza en que el gobierno es serio”.
“Es demasiado pronto para hablar de hiperinflación” en el país, entendida como una inflación del 50 % mensual, añadió el economista.
Según el Banco Mundial, la situación económica en Argentina mejorará en 2024, con un crecimiento del PIB de 2,8 % y en 2025 de 3,3 %.
La economía mundial resiste pero sigue debilitada, según proyecciones del FM
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus previsiones de crecimiento para la economía mundial en 2023, pese a los signos de flaqueza mostrados por varias economías importantes, según su informe publicado este martes durante sus reuniones anuales.
La institución proyecta un crecimiento mundial del 3 % para 2023, tal como estimó en julio, y de 2,9 % para 2024, una décima menos.
Para América Latina y el Caribe, el FMI mejora su previsión respecto a la de julio, con un crecimiento de 2,3 % para 2023 y 2024 (0,4 y 0,1 puntos porcentuales más respectivamente).
“Tenemos una economía mundial que continúa recuperándose de la pandemia y de la guerra en Ucrania, y al mismo tiempo, un crecimiento que sigue siendo débil comparado con los datos históricos. Observamos asimismo divergencias crecientes”, declaró durante una rueda de prensa en línea el economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas.
Existen contrastes tanto entre las economías avanzadas como entre los principales países emergentes: las previsiones de algunos mejoran muy sensiblemente mientras que las de otros, sobre todo en Europa, progresan muy lentamente o incluso presentan una leve recesión.
Y esto se debe, sobre todo, a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania. En cuanto a la inflación, aunque tienda a la baja prácticamente en todo el mundo, se está demorando en ceder, lo que obliga a los bancos centrales a mantener sus políticas monetarias restrictivas, que endurecen el crédito.
El FMI anticipa una inflación más alta que la que preveía hace tres meses, tanto para este año (6,9% a nivel mundial) como para el próximo (5,8 %, es decir, 0,6 puntos más de lo que preveía en julio).
“La inflación está a la baja pero [decrece] menos rápido y la inflación subyacente [que excluye la alimentación y la energía] es persistente. Las proyecciones anticipan cada vez más un aterrizaje que no será suave”, detalló Gourinchas.
Así las cosas, el FMI recordó la importancia de no suavizar demasiado rápidamente las políticas restrictivas, por el riesgo de que la inflación dure aún más tiempo.
*Con información de AFP