Al cierre de la segunda semana de octubre, el dólar vuelve a dar muestras alcistas, y ya empieza a recuperar lo perdido, tras los desplomes del pasado martes y miércoles. Pero también amanece subiendo el precio del petróleo, que pese al conflicto en medio oriente se había resistido, pero, la limitación de la producción por parte de Rusia y Arabia Saudita, siguen haciendo “estragos”.
Desde el arranque de operaciones en la Bolsa de Valores de Colombia, se sintió el encarecimiento del dólar, iniciando operaciones en $4.265, contrastando con la Tasa Representativa del Mercado (TRM), fijada por la Superintendencia Financiera, establecida en $4.230,61, quiere decir, en la apertura se encareció 34,39 pesos.
No obstante, al cierre de la primera hora de operaciones, la divisa volvió “a la calma”, llegando a un mínimo de $4.212, pero, esto también deja en evidencia que será una nueva jornada marcada por la volatilidad, tan característica en Colombia. Si bien en los días pasados se han destacado los factores internacionales, a nivel nacional, el índice de confianza del consumidor es un pulso para entender como será la dinámica económica del país, al cierre del 2023.
De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo), quien elabora el índice de confianza al consumidor, en septiembre, el indicador aumentó casi un punto porcentual, en comparación con lo visto en agosto, aunque, la muestra sigue siendo negativa.
“En septiembre de 2023, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) incrementó en 0,9 puntos porcentuales (pps) frente al mes de agosto de 2023, alcanzando un balance de -17,9 %. Este incremento se debe a una mejoría de 2,7 pps en el Índice de Condiciones Económicas, la cual fue parcialmente compensada por una disminución de 0,3 pps en el índice de Expectativas del Consumidor”, destacan desde la entidad.
En resumen, los estratos socioeconómicos altos y bajos tienen una mayor confianza, en comparación con la clase media, aunque, en todos los niveles, el indicador sigue siendo más negativa, frente a lo registrado en septiembre del 2022.
En materia sectorial, sigue disminuyendo la intención de comprar vivienda y vehículos, mientras que sí se incrementó la disposición de adquirir bienes muebles y electrodomésticos. Por ciudades, Barranquilla es la que tiene un mejor indicador de confianza, mientras que Medellín es la del peor índice.
“En comparación con el mes anterior, se registraron las siguientes variaciones en el ICC: -3,3 pps en Cali, -1,6 pps en Barranquilla, 0,9 pps en Medellín, 1,5 pps en Bogotá y 10,1 pps en Bucaramanga. (...) En septiembre de 2023, se registró un incremento de 9,7 pps y 3,3 pps en el estrato alto y bajo respectivamente. Por su parte, en el estrato medio se observó una disminución de 2,3 pps respectivamente en comparación con el mes anterior”.
Sector energético ya siente los impactos del conflicto entre Israel y Palestina
La guerra en medio oriente, además de ser una tragedia humanitaria, tiene un importante impacto en la economía mundial, sobre todo en la economía, pues esta es una de las más importantes regiones productoras de energéticos.
El petróleo, que se había resistido a volver con su encarecimiento, tras casi una semana que empezara el conflicto entre Israel y Palestina, empezó a subirse, por ejemplo, la referencia del barril Brent, de los 85 dólares, en promedio, ya llegó a los USD$ 89, y “amenaza”, con dispararse aún más.
De acuerdo con Bloomberg Economics, en caso de que siga escalando el conflicto, y llegará a darse una intervención por parte de Irán, el crudo podría llegar hasta los 150 dólares por barril; lo que dispararía, a nivel mundial, los combustibles y energéticos en general.
Según lo publicado en la agencia económica, este hipotético encarecimiento le recortaría un billón de dólares a la producción económica internacional.
“Una escalada más pronunciada podría llevar a Israel a un conflicto directo con Irán, proveedor de armas y dinero de Hamás, al que Estados Unidos y la Unión Europea han designado grupo terrorista. En ese escenario, Bloomberg Economics estima que los precios del petróleo podrían dispararse a 150 dólares el barril y el crecimiento global caer al 1,7 %, una recesión que resta alrededor de 1 billón de dólares de la producción mundial”.