La economía de Estados Unidos cerró con crecimiento de 2,1 % en 2022, sostenida por el consumo de la población pese al menor poder adquisitivo en un contexto de inflación, y ahora la duda es si la mayor potencia mundial entrará o no en recesión en 2023.
Los datos oficiales publicados esta semana mostraron que el PIB se expandió 2,1 % en 2022 comparado con 2021. Hace dos años, según cifras del Departamento de Comercio que lleva los datos de crecimiento, el país tuvo la mayor expansión económica anual desde 1984: 5,9 %. Claro que hay un efecto estadístico, ya que la base de comparación era el año 2020, cuando la pandemia provocó la mayor retracción del PIB desde 1946 (-3,5 %) y dos meses de recesión.
En el cuarto trimestre del año pasado, la economía estadounidense creció 2,9 % en proyección anual, la medida utilizada en Estados Unidos, que proyecta el crecimiento a 12 meses en base a las condiciones prevalentes al momento de la medición. En otros países se compara simplemente el crecimiento trimestre sobre trimestre, en datos desestacionalizados. Si se aplicara esta fórmula, la expansión sería de 0,7 %.
El presidente Joe Biden, que pronto anunciará si buscará la reelección, saludó las “muy buenas noticias” económicas durante un discurso en Springfield (Virginie), cerca de Washington, y consideró que son “la prueba” de que su plan económico funciona. También se congratuló de que el país haya evitado hasta ahora una recesión.
El PIB marchó mejor de lo esperado, resumió la analista Rubeela Farooqi, economista jefe de HFE. Este indicador de producción y crecimiento de Estados Unidos se había recuperado ya en proyección anual en el tercer trimestre del año pasado (3,2 % ) luego de dos trimestres de retracción.
Aunque técnicamente algunos consideran dos trimestres de caída como una recesión, muchos, desde el gobierno hasta numerosos economistas, también toman en cuenta la solidez del mercado laboral, entre otros factores, y señalan que no hubo recesión en Estados Unidos el año pasado.
Todavía hay señales de debilidad
El consumo, motor del crecimiento de Estados Unidos, permaneció sólido a fines de 2022, a pesar de los incrementos de tasas decididos por la Reserva Federal para tratar de enfriar la economía y liberar presión sobre los precios. Aumentar las tasas supone encarecer el crédito, y por lo tanto dificulta el consumo y la inversión.
Aunque hubo consumo, “al final del cuarto trimestre” de 2022 “vimos debilidades a nivel económico”, explicó a la AFP, Gregory Daco, economista jefe de EY Parthenon, quien citó en particular las ventas minoristas y la producción industrial y resaltó que “el mercado laboral, que está relativamente sólido, se está debilitando”, añadió.
Los consumidores sienten la erosión de su poder de compra por la inflación y el aumento del costo del crédito. Pero incluso con el crédito más caro, los pedidos de bienes duraderos -que incluyen grandes compras de empresas- aumentaron sensiblemente en diciembre sobre noviembre, un 5,6 %.
Y el fenómeno de dificultad para contratar persiste en las empresas en general, aunque algunos sectores como el tecnológico -que incorporó masivamente personal durante la pandemia- procedieron a despedir a decenas de miles de personas en las últimas semanas.
2023, año de incertidumbre
El espectro de una recesión en 2023 es evocado por muchos, que se preguntan si la economía se expandirá o todo lo contrario.
“La economía estadounidense sufrirá una ligera recesión en 2023, impulsada por la política monetaria restrictiva de la Fed”, anticipa Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics, en una nota de análisis en la que prevé una contracción en el segundo trimestre.
“Por el momento, los indicadores económicos apuntan más bien a una recesión, que habría comenzado a gestarse a inicios de año, incluso en diciembre-enero”, y tal vez con destrucción de empleos desde enero, remarca Daco de su lado y reconoce que el factor particular y único de este ciclo quizá recesivo, es la fortaleza del mercado laboral, con un desempleo de 3,5 %, mínimo histórico.
“Es el elemento clave que sostiene el consumo (...) pilar de la economía estadounidense”, añadió. Con estos datos, muchos economistas piensan que, por el contrario, el crecimiento continuará.
“El principal escudo protector que todos señalan es el mercado laboral”, que sumado a los ahorros acumulados durante la pandemia -cuando bajaron los gastos y hubo millonarias ayudas federales a los hogares-, permite a los estadounidenses continuar consumiendo, destacó Matt Colyar, economista de Moody’s.
Colyar espera un crecimiento débil y habrá que “afinar el ojo para decir si se trata o no de una recesión”, con un pronóstico de 1 % de expansión del PIB en el año.
*Con información de AFP.