La economía ecuatoriana se encuentra inmersa en un momento de incertidumbre y turbulencia, con el ruido económico resonando en todos los rincones del país. Los recientes eventos políticos y sociales, incluyendo el trágico magnicidio del candidato presidencial Fernando Villaviencio, han generado una serie de repercusiones que impactan directamente en el ámbito financiero y económico de Ecuador.
En medio de esta coyuntura, la nación enfrenta desafíos significativos que van desde la caída de los bonos en los mercados hasta la preocupación sobre la capacidad de cumplir con los pagos de deuda. El escenario económico está marcado por una combinación de factores políticos y económicos, creando un panorama complejo que demanda atención y análisis detallados para entender las implicaciones a corto y largo plazo para la economía ecuatoriana.
Cabe recordar que este país, con una población de más de 18 millones de habitantes y un PIB de 115,049 millones de dólares, enfrenta un impacto significativo en su estabilidad democrática. El pasado miércoles por la noche, Fernando Villaviencio, candidato presidencial en pleno ejercicio de campaña en Quito, fue asesinado, desencadenando una serie de acontecimientos que afectan la situación económica y política del país.
La turbulencia política ha repercutido a tal punto en los bonos ecuatorianos, que los ha convertido, según datos de Bloomberg, en uno de los peores desempeños en los mercados emergentes de este año. Esta situación amplía la incertidumbre sobre la economía y la capacidad de cumplir con los pagos de deuda. A lo largo de su historia, Ecuador ha caído en incumplimiento de deuda en 11 ocasiones desde su independencia en 1830.
“Entre los episodios más notorios está la administración de Rafael Correa en 2008, cuando el país dejó de pagar su deuda en el extranjero y difamó a los acreedores como verdaderos monstruos. Esta acción resultó en un recorte drástico para los inversores de bonos, que vieron sus tenencias depreciarse considerablemente”, destaca el reporte de Bloomberg.
Aunque Correa no regresa al poder y actualmente reside en Bélgica debido a acusaciones de corrupción, su influencia sigue siendo evidente. Un resurgimiento del movimiento izquierdista conocido como Correismo, del cual Correa es un miembro influyente, amenaza con tomar el control en las próximas elecciones adelantadas. Esto genera preocupación en los inversores, quienes temen un retorno a condiciones económicas desfavorables.
Las advertencias de mayor volatilidad en el mercado han sido emitidas por bancos de Wall Street, incluyendo Morgan Stanley, Barclays, Citigroup y Goldman Sachs. Estas instituciones subrayan la incertidumbre sobre cómo la nueva administración manejará los pagos de deuda y la economía en general, lo que contribuye a la caída de los bonos ecuatorianos en más del 20 % en lo que va del año.
La prima de riesgo asociada a los bonos de 10 años de Ecuador ha aumentado en los últimos tres meses, reflejando un crecimiento en su riesgo país. Los bonos ahora se cotizan en un rango de 30 a 50 centavos por dólar, y la situación política podría causar una mayor caída en su valor.
El presidente actual, Guillermo Lasso, ha intentado mantener la estabilidad al disolver el Congreso para evitar un juicio político relacionado con un presunto esquema de corrupción. Esta decisión ha desencadenado elecciones anticipadas para presidente y legisladores, ofreciendo una oportunidad para que los aliados de Correa busquen el poder.
Aunque hay candidatos presidenciales no vinculados a Correa que prometen honrar la deuda nacional, la incertidumbre persiste. Ecuador enfrenta pagos manejables en los próximos años, pero las perspectivas podrían debilitarse. Aunque las reservas extranjeras han aumentado bajo el gobierno de Lasso, el recorte de impuestos realizado para ganar apoyo popular podría afectar la salud fiscal del país.
Expertos advierten que la crisis económica y política en Ecuador podría tener implicaciones para Colombia en diferentes áreas. La inestabilidad podría generar volatilidad en los mercados regionales, afectar el comercio bilateral al disminuir la demanda de bienes colombianos, e influir en la inversión extranjera.
Además, posibles impactos en el turismo, flujos migratorios y el crecimiento económico también son preocupaciones. Sin embargo, Colombia podría beneficiarse como destino de inversión y refugio de inversores en comparación con la situación en Ecuador. Las autoridades colombianas deben estar alerta y tomar medidas adecuadas para mitigar cualquier impacto negativo y aprovechar las oportunidades que puedan surgir en este contexto.