El acuerdo que busca elevar el límite de la deuda estadounidense, logrado tras maratónicas negociaciones entre el presidente Joe Biden y los republicanos, llega este miércoles a la Cámara de Representantes para una votación que se prevé tormentosa.
El Congreso tiene algunos días de margen antes de que la caja del país se quede sin liquidez, lo que sucederá el 5 de junio, según la estimación de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen. Sin embargo, los términos del pacto logrado entre Biden y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, todavía requieren el visto bueno de los legisladores, algunos de ellos feroces opositores de la iniciativa.
Sin esto, Estados Unidos se arriesga a un default o cese de pagos de sus obligaciones, algo inédito que puede tener consecuencias catastróficas para la economía. El martes, el Comité de Reglas de la Cámara dio un primer indicio de la tendencia que se espera en la votación del proyecto, de siete votos contra seis, con dos republicanos y cuatro demócratas en contra.
Ahora corresponde a los congresistas de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, pronunciarse en la votación del miércoles prevista en sesión plenaria antes de que lo haga el Senado, de mayoría demócrata.
Joe Biden invitó “firmemente” el martes a los legisladores a que adopten esta ley, resultado del compromiso que él mismo negoció y por medio de su cuenta de Twitter hizo la invitación para que “sigamos avanzando en el cumplimiento de nuestras obligaciones y construyamos la economía más poderosa de la historia de la humanidad”.
Por su parte, el “speaker”, McCarthy, aún tiene por delante una dura tarea: convencer a la mayoría republicana de adoptar la nueva ley para que no parezca que depende de los representantes demócratas. Esto podría ser más difícil de lo esperado, pues la oposición en el seno del partido republicano parece estar superando el número de partidarios del expresidente Donald Trump en la Cámara.
Evitar un mal acuerdo
Nancy Mace, congresista republicana por el estado de Carolina del Sur, afirmó el martes en Twitter que no votará a favor del texto, tras criticar que “este ‘acuerdo’ formaliza el nivel récord esperado de gastos federales durante la pandemia y lo convierte en la base de referencia del gasto futuro”.
Chip Roy, congresista de Texas perteneciente al ala republicana que apoya a Trump, dijo que es un “mal acuerdo” por el que “ningún republicano debería votar” y aseguró que “vamos a continuar la lucha hoy y mañana, sin importar lo que pase”. Algunos republicanos consideran incluso una moción de censura para obligar a Kevin McCarthy a renunciar a su función de presidente de la Cámara.
Del lado demócrata, algunos también muestran su escepticismo. El congresista Ro Khanna, de California, dijo que varios de sus colegas se oponen a los recortes del presupuesto y “no saben aún” como van a votar.
El proyecto de ley suspende el techo de deuda hasta 2025, lo suficiente para atravesar las próximas elecciones presidenciales de 2024. A cambio, se limitan algunos gastos con el fin de mantenerlos estables —excepto el militar— en 2024 y limita su aumento a un 1% para 2025.
También prevé una reducción de 10.000 millones de dólares en los fondos asignados al fisco para modernizar e intensificar los controles. La oficina de McCarthy dijo además que el acuerdo prevé la recuperación de “miles de millones de dólares de fondos para el covid que no se gastaron” en la pandemia, sin dar más precisiones.
Uno de los puntos de discordia incluye las modificaciones a las condiciones para beneficiarse de algunas ayudas sociales, como el aumento de la edad de trabajo de 49 a 54 años para adultos sin hijos que aspiren a una ayuda alimentaria, pero elimina este requisito para veteranos e indigentes.