La junta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) eligió este domingo como su presidente al brasileño Ilan Goldfajn, quien llega a reemplazar al destituido Mauricio Claver-Carone
Goldfajn le ganó el pulso por la dirección del organismo al mexicano Gerardo Esquivel, subgobernador del banco central de su país; el chileno Nicolás Eyzaguirre, exministro de Hacienda y de Educación; la argentina Cecilia Todesca Bocco, secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, y el trinitense Gerard Johnson, exfuncionario del BID.
La victoria del brasileño se dio en buena medida gracias a que Argentina retiró su candidatura para apoyar a Goldfajn.
Los tres principales accionistas del banco son Estados Unidos, Argentina y Brasil, que poseen juntos casi el 53 %, seguidos de México con el 7,2 %. Washington tiene el 30 %, lo que convirtió al gobierno de Joe Biden en una de las llaves maestras de la elección, así como en la destitución del último presidente del banco, el estadounidense Mauricio Claver-Carone, por quebrantar las normas favoreciendo a una empleada con la que mantenía una relación sentimental.
Su mandato estuvo envuelto de polémica y tensión con algunos gobernadores y empleados, un clima enrarecido que los aspirantes a reemplazarlo quieren solventar “con diálogo”, una palabra que repitieron como un mantra durante los últimos días. “Efectividad”, “transparencia” y “liderazgo” son algunas otras que sobresalían en sus discursos.
Para su llegada a la dirección del BID, Goldfajn hizo énfasis en la importancia de centrar los recursos en combatir la pobreza, la desigualdad y las consecuencias del cambio climático.
Así mismo, aseguró que quiere convertir el BID en la “institución multilateral más importante de la región” y considera esencial que el presidente sea “independiente, no partidario”.
El nuevo director de este organismo fue postulado por el presidente saliente de Brasil Jair Bolsonaro, por lo que su elección ha causado incomodidad.
Medios internacionales se han referido al malestar que ha provocado el nombramiento de Goldfajn en la cabeza del BID. Por ejemplo, el exministro brasileño Guido Mantega, quien integra el proceso de transición de Lula, calificó la candidatura como “otro golpe” dado por Bolsonaro.
Así mismo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México criticó la elección de Goldfajn y acusó al organismo internacional de continuar con la política de “más de lo mismo”. A través de una tarjeta informativa, la dependencia mexicana sugirió que el candidato brasileño resultó electo por tener el apoyo de Estados Unidos.
La salida de Claver-Carone
Goldfajn llega a reemplazar a Mauricio Claver-Carone, quien fue retirado del cargo tras el escándalo desatado en esta institución, por mantener una relación amorosa con una subordinada.
De acuerdo con un informe realizado por la firma de abogados Davis Polk & Wardwell, en la investigación realizada, luego de las denuncias contra este personaje, quedó claro que no solo se trató de una relación con la subalterna, sino de una serie de tratos a favor de esta, como, por ejemplo, subirle el sueldo sin justificación.
Todo este proceso comenzó en el pasado mes de abril, luego de que saliera a la luz una denuncia anónima en la que se mencionaba este romance y las directivas del BID ordenaran un detenido seguimiento que acabó con la salida de Claver-Carone, quien había llegado al cargo como recomendando del gobierno Trump y a quien la Casa Blanca ya le había retirado su apoyo.