China, un país que se convirtió en el eje mundial como consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus, que llevó al mundo a encerrarse por más de dos años, logró superar su situación no solo desde el punto de vista social. También, su economía no tuvo el impacto negativo que muchos países enfrentaron y, pese a las divergencias, el tema salud parece haber pasado la prueba.
Incluso fue mucho más allá, porque mantuvo su capacidad financiera y la renovación militar se mantuvo de manera sostenible, especialmente, en momentos en los que mantiene una disputa con Estados Unidos, especial por el tema de la soberanía de Taiwán.
Frente a este último tema, incluso, ha llevado a que las fuerzas militares de China hayan desplegado tropas a las zonas aledañas a la isla en una demostración de su poder y de una advertencia clara sobre lo que podría hacer.
En plena pandemia, China evitó caer en recesión en 2020, su nivel de crecimiento puede alcanzar en promedio el 5,7 % entre 2021 y 2025, de acuerdo con el Centro británico de Investigación Económica y de Negocios.
Por su parte, el Laboratorio Doublethink, dedicado a estudiar la influencia del autoritarismo digital chino, presentó recientemente el Informe del Fondo Comunitario Mundial 2022, en el que se hizo un análisis comparativo de la influencia de la República Popular China en 36 estados y territorios independientes en nueve dominios.
En el estudio se tuvieron en cuenta ítems como medios, política exterior, academia, política interna, economía, tecnología, sociedad, ejército y aplicación de la ley, con lo que se pudo concluir el impacto que han tenido para convertir a ese gigante de oriente en una potencia mundial.
En ese proceso participaron la Unión por la Democracia Económica con sede en Taiwán, fundada en 2014; Civic IDEA, que es un grupo de expertos georgiano establecido en 2017; la Asociación Brasileña de Investigación (Data Privacy Brasil Research Association, DPBR), una entidad civil sin fines de lucro con sede en São Paulo, y el Instituto Desafíos de la Democracia (IDD), un grupo de expertos en políticas con sede en Chile.
“En relación con el DPBR adelantó un taller con especialistas de las Américas (Brasil, Colombia y EE. UU.) para discutir la pregunta: “¿Ya es posible ver a China como un exportador de modelos legales y regulatorios, en competencia con EE. UU. y Europa?”, indicó el Laboratorio Doublethink.
Añadió que la investigación llevó a DPBR a entablar una serie de relaciones duraderas con los otros participantes del taller, incluido el socio regional de China Index, la Fundación Andrés Bello, con sede en Colombia”.
Resultados
Según los resultados de la investigación, China mantiene una estrategia de penetración política, económica, militar, académica y comunicacional en los países que analizaron los diferentes organismos vinculados en el estudio.
En total, fueron analizadas 82 naciones en nueve regiones entre marzo de 2021 y el mismo mes de 2022.
Se concluyó, por ejemplo, que Perú, más que Venezuela o Bolivia, es el país más cooptado por China en América Latina, donde el gigante “se ha hecho muy fuerte”, de acuerdo con el canciller chileno y Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand.
Entre tanto, el comercio entre China y América Latina superó los 300.000 millones de dólares en 2020, que podría tener un crecimiento importante en los próximos años debido a la rápida industrialización y urbanización impulsado por la demanda de materias primas.
Según la investigación, en el caso de Colombia, la inversión China se triplicó entre 2021 y 2022. En 2021, se vio reflejado el impacto de la pandemia, pese a lo cual se alcanzaron los 83,5 millones de dólares, pero creció en un 218 % a diciembre de 2022, ya que registró 265,5 millones de dólares.
En este caso, de acuerdo con los autores del informe, se tuvieron en cuenta las cifras suministradas por el Banco de la República.
Entre tanto, el portal DFSUD en Colombia opera un total de 21 compañías chinas en sectores como infraestructura, logística, automotriz, entre otras.
“China actualmente desarrolla 38 proyectos en el país cafetero, entre los que destaca el Metro de Bogotá. Estos proyectos han dejado inversiones por más de 2.000 millones de dólares”, señaló.
Añadió que “de Latinoamérica, Colombia ha sido el país con inversión china más moderada. No quiere decir que no haya. Quiere decir que, en otros países de la región, es mayor. Tienen interesante participación en infraestructura y energías renovables”, según le dijo a ese portal el abogado y director del estudio MQA, Diego Márquez.
China tiene estimado un crecimiento económico para el 2023 del 5 %, con lo cual, lograr la estabilidad como meta principal de la pospandemia y aumentar su gasto en defensa un 7,2 % (unos 224.384 millones de dólares), según anunció el exprimer ministro, Li Keqianga.
Mientras eso sucede en el gigante asiático, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula un crecimiento regional de apenas el 1,3 % para este año.
Por eso, la presencia de la inversión de China en Latinoamérica es importante. Según cifras del Consejo Empresarial Brasil-China, en 2021, las firmas chinas iniciaron 28 nuevos proyectos en la mayor economía latinoamericana, la segunda mayor cifra registrada en la historia de la nación, por un valor de 5.900 millones de dólares que representó un alza superior al 200 % frente a 2020.
En ese país, el más grande del área, varias empresas chinas han depositado sus capitales. Entre 2007 y 2021 han invertido más de 70.000 millones de dólares en más de 200 proyectos en ese país.
En 2021, el volumen comercial entre China y Perú superó los US$ 37 mil millones, mostrando cifras alentadoras frente a 2020. Los principales productos que son exportados al país asiático son el cobre, la harina de pescado y los arándanos.
En esa línea, el embajador chino en Perú, Liang Yu, señaló hace unos meses que tienen “proyectos importantes en diferentes sectores productivos, como el minero, en donde Las Bambas podría aportar el 1% al Producto Bruto Interno (PIB) peruano”, indicó.
Otros países del área también ha sido impactado con la inversión china y se espera que esta estrategia se siga aumentando en los próximos años.