Todo está cambiando. Hace algún tiempo, bastaba con que el precio del petróleo se moviera para que el dólar se disparara en todas las economías. La Reserva Federal de Estados Unidos mencionaba algún dato relacionado con inflación, tasas de interés o el departamento del trabajo entregaba datos de desempleo y petición de subsidios al desocupada y, de inmediato, lo sentían las monedas locales, principalmente, las de países emergentes.
Por eso, cada vez se posiciona más la idea, según la cual, la economía mundial podría estarse ‘divorciando’ del dólar, moneda que, por décadas, había sido el ‘león’, con un rugido estruendoso que señalaba el podería de Estados Unidos como una de las potencias económicas.
Fue después de la segunda guerra mundial que el dólar se trepó en el trono, como la moneda más fuerte del planeta, por lo cual, se convirtió en lo que los analistas de bolsa llaman ‘activo refugio’, lo que implica que los inversores buscan los lugares en los que la divisa esté más fortalecida y donde los interese sean más bajos, para poner su plata. Y no solo los inversionistas, también los bancos centrales de cada nación han acudido a la moneda estadounidense para atesorar sus reservas.
En algunos momentos, no había nada más seguro y rentable que tener los recursos en dólares, porque se trataba de una moneda estable, siempre por encima de las monedas locales.
Sin embargo, entre la aparición de las criptomonedas y el cada vez más extenso terreno que ha ido ganando la economía China, el dólar ha estado perdiendo protagonismo. Eso no implica que se le haya caído la corona. Aún la mantiene puesta, como lo evidencian los datos del Fondo Monetario Internacional, según los cuales, la divisa representa el 59 % de las reservas de divisas del mundo, seguida del Euro, que tiene el 20 %, y luego el yuan japonés, con 6 %, para quedar en cuarto lugar el yuan chino.
En consecuencia, aunque la desdolarización de la economía muncial podría estar en marcha, y a veces, aligerando la marcha, también es cierto que las transacciones internacionales siguen haciéndose, mayoritariamente, en dólares.
Un fenómeno en particular ha sido preponederante para que el dólar esté más tímido frente a las monedas locales. Se trata del aumento en la liquidez global, y no solo en billetes, sino en otros activos, como la ya mencionada, las criptomonedas.
Pero, sin duda, lo que más pesa, es la tendencia que ha tenido la política fiscal y monetaria estadounidense. No en vano, el país del norte ha ido acumulando una creciente deuda pública, abultando los déficit comerciales y así, ha puesto en tela de juicio la solidez del dólar en el largo plazo, advierten analistas desde distintos lugares del mundo.
El dólar en Colombia cerró la semana en el nivel más bajo del año, mientras los analistas estiman que la tendencia continuará.
En el Marco Fiscal de Mediano Plazo, documento que marca el derrotero con el cual el gobierno diseña la política económica, el Ministerio de Hacienda se la juega con un dólar a 4.640 pesos, apuesta más baja que la que se tenía cuando se elaboró el plan financiero de este año.
Mientras tanto, los niveles de precio del dólar en Colombia, donde la moneda local se ha fortalecido, generando una revaluación (contrario a la devaluación), ya empieza a preocupar a los que dependen del comercio exterior.