Aunque el martes 6 de agosto, las bolsas de Asia se recuperaban en su inicio y tomaban un nuevo aire después de la profunda caída del día anterior, el lunes 5 de agosto será recordado por la tensión que vivieron los mercados, una extensión de la jornada del viernes anterior tras conocerse los datos del mercado laboral en Estados Unidos que resultaron peores de lo esperado y reavivaron los temores de recesión en ese país.
Esa situación marcó una tendencia de aversión al riesgo que dominó el comportamiento de los mercados financieros mundiales en la jornada del lunes. Otros hechos también sumaron al coctel de inquietud y preocupación que derrumbó las bolsas y sacudió el precio del dólar.
Como resalta un informe de Corficolombiana, entre esos factores se registró el inesperado aumento en la tasa de política monetaria del Banco Central de Japón, lo cual exacerbó el sentimiento de temor en los mercados al impulsar una recomposición en los portafolios de inversión ante el debilitamiento de las estrategias de carry-trade (la estrategia de arbitrar el diferencial de tasas de interés, tomando prestado en países con tasas de interés más bajas y monedas depreciadas e invirtiendo en países con tasas más altas y monedas apreciadas) de los últimos años.
“Vale la pena señalar que la reacción de los mercados fue muy negativa al inicio de la jornada, pero luego se fue moderando y al cierre de la jornada se habían corregido buena parte de las pérdidas iniciales”, dice el informe.
Durante este ‘lunes negro’, el índice accionario japonés Nikkei cayó 12,4%, su peor caída diaria desde 1987, mientras que en Estados Unidos las pérdidas ese día se sumaban a las del viernes pasado. Al comparar frente al cierre del jueves (previa publicación de los datos de empleo estadunidense), en la jornada del lunes el S&P 500 acumulaba una caída de 4,8%; el Dow Jones, de 4,1% y el Nasdaq, de 5,3%, “lo que configura sus peores resultados desde diciembre de 2022 y borra buena parte de las ganancias registradas durante este año”, agrega la entidad.
A su vez, el índice VIX, que mide la volatilidad del S&P 500 y que para muchos es el ‘termómetro’ de los temores en los mercados bursátiles, subía a 38,6 puntos, su nivel más alto desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia.
“La búsqueda de refugio por parte de los inversionistas y las renovadas expectativas de que la economía estadounidense se esté dirigiendo hacia una recesión generaron una importante valorización de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. La tasa de la referencia a 10 años llegó a caer hasta 3,666% al inicio de la jornada –su mínimo en más de un año– influenciada por la drástica caída de los mercados asiáticos. Sin embargo, luego corrigió y al cierre de este informe estaba en 3,79%, en todo caso, uno de los niveles más bajos de 2024″, señaló el estudio de Corficolombiana.
En ese escenario, las monedas de los países emergentes registraron una sacudida, pues se depreciaron respecto al dólar estadounidense. Las excepciones fueron el yuan chino y el rublo ruso. En Colombia, la tasa de cambio llegó a ubicarse por encima de $4.200 al inicio de la jornada del lunes, en niveles que no se veían desde octubre de 2023, pero posteriormente corrigió a la baja al caer cerca de $40. En todo caso, la depreciación del peso colombiano respecto al jueves –antes de los datos de empleo estadounidense– ascendió a 3,5%.
“El principal detonante del pánico reciente en los mercados financieros globales fue la sorpresa negativa en el reporte de los datos de julio del mercado laboral estadounidense. En efecto, en el séptimo mes del año se crearon sólo 114 mil nóminas no agrícolas, por debajo de la expectativa de 176 mil y del promedio de 190 mil del periodo 2015-2019, el cual es un referente de la capacidad saludable de creación de empleo. Si bien las cifras de julio fueron peores de lo esperado, nos parece prematuro concluir que esta tendencia continuará en los próximos meses y que la economía de Estados Unidos se encamina hacia una recesión fuerte, como lo descuentan los mercados actualmente”, señala el análisis.
Como describe el informe, es un hecho que durante el segundo trimestre de este año se consolidó un escenario macroeconómico favorable para que la Reserva Federal (Fed) empiece a bajar su tasa de interés de referencia en la reunión de septiembre. Y plantea dos hechos relevantes: uno, las cifras de inflación sorprendieron a la baja en mayo y junio, retomando el proceso de convergencia hacia la meta de 2% que tiene la Fed, luego de casi un año en el que había permanecido estancada alrededor de 3%. Y dos, el mercado laboral ha consolidado las señales de debilidad, al punto que la Fed mencionó la semana pasada que empezará a dar la misma ponderación a este componente que a la convergencia de la inflación a la meta, que hasta ahora estaba teniendo un mayor peso en sus decisiones.
Sin embargo, como explica Corficolombiana, la reacción reciente de los mercados sugiere que los temores de recesión están dominando nuevamente el sentimiento de los inversionistas. “La probabilidad de recesión según diferentes métricas es considerable. Por un lado, la pendiente de la curva de los Tesoros americanos entre 10 y 3 años se ha mantenido invertida durante 20 meses, y recientemente ha empezado a desinvertirse; siempre que la curva se desinvirtió luego de un periodo tan largo tuvo lugar una recesión. Por otro, esta vez no de los mercados financieros, sino de una variable real, es la ‘regla de Sahm’, que advierte que cuando el trimestre móvil de la tasa de desempleo de Estados Unidos supera al menos en medio punto porcentual su mínimo de los últimos 12 meses, la economía inicia su camino hacia una recesión. Nuestro escenario base sigue siendo que los recortes serán graduales (dos recortes de 25 puntos básicos en 2024 y al menos otros cuatro recortes iguales en 2025), en función de que la economía consolide un aterrizaje suave, donde la inflación converge a la meta solo hasta 2026 y el mercado laboral sigue ajustándose. Lo anterior contrasta con la expectativa de los mercados, según la cual la Fed recortaría 125 puntos básicos”, agregó el informe.
El pánico en los mercados se moderó en la medida que avanzó la jornada del lunes, de manera que se corrigieron buena parte de las pérdidas registradas inicialmente. Corficolombiana considera que el principal riesgo en el futuro tiene que ver con la descoordinación entre las políticas monetaria y fiscal en Estados Unidos. En efecto, la Fed ha mantenido una postura monetaria contractiva por un periodo prolongado buscando que la inflación converja al objetivo de 2%, pero los amplios déficits fiscales y elevados niveles de deuda pública que registra Estados Unidos son parte del origen de las presiones inflacionarias.
“La corrección de los desbalances fiscales no parece ser prioridad en la agenda política estadounidense y nos hace prever que será una fuente creciente de volatilidad para los mercados financieros”, concluye Corficolombiana.