La comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo ha respaldado este jueves dotar a hogares y empresas de una mayor protección frente a la manipulación del mercado energético mayorista de la Unión Europea y de posibles fluctuaciones de los precios del mercado a corto plazo.
Los eurodiputados han adoptado su mandato de negociación y han votado a favor de iniciar negociaciones con el Consejo, una decisión que tendrá que ser aprobada por el pleno de la Eurocámara durante la sesión plenaria del 11 al 14 de septiembre.
El texto que defienden tiene como objetivo abordar una mayor manipulación del mercado, fortaleciendo la transparencia, los mecanismos de supervisión y el papel de la agencia para la cooperación de los reguladores de energía.
La ley introduce una mayor alineación con las normas de la UE sobre transparencia de los mercados financieros, cubre también nuevas prácticas comerciales, como el comercio algorítmico, y fortalece las disposiciones sobre informes y monitoreo para proteger a los consumidores de los abusos del mercado.
En respuesta a la crisis energética exacerbada por la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Europea presentó esta propuesta legislativa junto con la reforma del diseño del mercado eléctrico en marzo para actualizar el reglamento sobre la integridad y transparencia del mercado mayorista de energía (Remit), establecido en 2011 con el fin de combatir el uso de información privilegiada y la manipulación del mercado, garantizando la transparencia y la estabilidad en los mercados energéticos de la UE.
Los fondos de la Unión Europea no tendrían la eficacia deseada
El consejero del Consejo Económico y Social de España (CES), Alberto González Menéndez, considera que la rapidez con la que fueron diseñados los fondos europeos ‘Next Generation EU’ para responder a la situación generada por el Covid-19, la complejidad legal y administrativa de los mismos y el grado de libertad de cada país para organizar su despliegue han provocado que los fondos no estén llegando “con la fluidez y eficacia deseada a la economía real”.
González ha puesto en valor los cambios estructurales planteados desde España, sobre todo con relación a dos ejes: la transformación digital (con casi el 30% de los fondos) y la transición verde (casi el 40%), pero ha reconocido que medir estos cambios profundos en el país en un espacio de tiempo tan corto es una tarea “francamente complicada”.
Según la información facilitada por la Secretaria General de Fondos Europeos del Gobierno de España, España, con más de 50.000 millones de euros comprometidos, es el país más aventajado en lo referente al despliegue de los mismos y eso nos ha permitido solicitar ya el cuarto pago. “Por tanto, si atiende a la variable habilitación y aplicación de fondos, parece que el ritmo es bueno”, ha valorado el consejero del CES.
Desde su punto de vista, el objetivo es que sobre estos fondos se apalanque la recuperación de España, generando sinergias entre las estrategias diseñadas para impulsar diferentes ámbitos de actuación y consiguiendo la mayor eficiencia posible en los distintos pilares del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia diseñado por el Gobierno.
“El reto es ser capaces de aprovechar todos los fondos que se nos han asignado y, de ser posible, aspirar a más como premio a esa eficiente gestión”, ha enfatizado.
Retos que tiene la Unión Europea
España asume por quinta vez la presidencia rotatoria de la Unión Europea y lo hace en un contexto marcado por el cierre de legislatura de la UE y por la convocatoria electoral en el país celebrada el pasado 23 de julio. También marca esta presidencia la salida de una pandemia que ha cambiado el mundo y un conflicto bélico abierto en territorio europeo que ha tocado algunos pilares económicos que hasta ahora se consideraban sólidos y estables.
Alberto González considera que son muchos los frentes que desde el punto de vista económico tiene la UE, y a los que la presidencia española tendrá que atender: profundizar en el mercado interior tras 30 años de funcionamiento del mismo, la revisión del marco financiero plurianual, concretar acciones específicas en relación con la autonomía estratégica de la Unión, el replanteamiento de las relaciones y acuerdos comerciales con diferentes bloques económicos, consolidar una agenda de competitividad para el tejido empresarial europeo e impulsar una política comercial y fiscal que asegure la inversión e impulse el europeo como un territorio competitivo, sostenible y generador de actividad económica y bienestar de primer orden a nivel global.
*Con información de Europa Press