Durante el congreso de Confecámaras que se realiza durante este jueves 12 y viernes 13 de septiembre, en el Hotel Hilton de Cartagena, varios líderes empresariales y funcionarios del gobierno se reunieron para discutir sobre algunos de los temas que afectan a las empresas nacionales y que imposibilitan que estas puedan acompañar la reactivación económica: una de las iniciativas de la administración Petro para los dos últimos años de mandato.
En el evento estuvo presente Luis Carlos Reyes, actual ministro de Comercio, quien se hizo popular en su paso por la Dian, cuando fungió como director y logró reunir una buena cantidad de seguidores en sus redes sociales con jocosos videos que también buscaban educar al contribuyente.
El ministro Reyes hizo parte de la instalación del evento de las cámaras de comercio y durante su discurso inicial apuntó a varias problemáticas que viven las empresas actualmente en el país y que no les permite avanzar hacia la formalidad y el crecimiento esperados.
El funcionario empezó por mencionar a la economía popular, un término que ya ha sido mencionado en varias ocasiones por el mismo presidente Gustavo Petro, como una de sus iniciativas. Aseguró que este tipo de economía cuenta con múltiples retos en el país.
“Y el reto de la economía popular, el reto de las políticas que favorecen la economía popular, no es solo, por ejemplo, otorgar pequeños créditos a los pequeños. No es solo saber que existen los pequeños. No es solo reducir los requisitos y la burocracia para los pequeños, aunque eso tanto a los pequeños como a los grandes les sirve. El reto más allá de eso es encontrar las maneras en las cuales esos pequeños asociados pueden insertarse en el total de la economía del país”, indicó.
Luego de ello, aseguró que un sistema económico como el colombiano, en el que la mayoría de los participantes son informales, no debería poner a pensar al gobierno sobre el reto de la informalidad o el problema de la informalidad, sino más el problema sobre la formalidad en el país.
“Quizás el riesgo más grande no es la informalidad, sino la formalidad, en la medida en que esa formalidad ha venido siendo diseñada por nuestra trayectoria como Estado, de una manera que excluye a la inmensa mayoría de los colombianos. Si la formalidad, por una u otra razón, ha excluido a la inmensa mayoría de los colombianos, quizá el problema es la formalidad como la hemos diseñado”, puntualizó.
El microcrédito: uno de los salvavidas de la economía popular y también uno de los grandes problemas
El microcrédito es una de las alternativas que tienen muchos emprendedores para iniciar y desarrollar sus ideas de negocio, podría ser uno de los salvavidas para estos. Sin embargo, Reyes apunta a que también tiene algunas desventajas.
“La investigación reciente, ya ni siquiera tan reciente, ha venido mostrando que tiene muchos contras cuando el microcrédito no se focaliza en aquellos empresarios que tienen un gran potencial de hacer empresa. Cuando se otorga de manera más o menos indiscriminada, termina empeorando la situación de quien lo recibe, cuando esta persona lo utiliza para pagar gota a gota y quedar ahora endeudada de una manera un poco más formal. No le ayudamos en nada y sí podemos contribuir a empeorar su situación”, indicó.
Es decir, el microcrédito debería estar enfocado en los pequeños emprendimientos que, tras una evaluación certera, tienen el potencial de salir adelante. Esto solo se podría lograr, según Reyes, con un pleno conocimiento de las comunidades y un profundo conocimiento de las unidades productivas.