El factoring es una herramienta que le permite a una empresa obtener liquidez, negociando sus facturas por cobrar con un tercero (o factor), a cambio de pagos anticipados totales o parciales. El factor, a su vez, gestiona el cobro de estos recursos al cliente original.
Gracias al creciente mercado de las fintech, que registra más de 300 compañías en Colombia, el sistema del factoring se ha vuelto más accesible y eficiente, dado que ahora puede suceder en un entorno 100% digital. De acuerdo con María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el digital factoring es una opción financiera eficaz que ayuda a reducir la carga administrativa de crédito y cobranza, lo que le permite ahorrar tiempo y recursos a las empresas.
“El beneficio del digital factoring está fundado en entregar alternativas de financiación para la pequeña y mediana empresa sin mayor desgaste, que es lo que necesita el comerciante. Él no puede desgastarse y retirarse de su emprendimiento para apropiarse del trámite que le supone un crédito. El comerciante debe estar enfocado en el desarrollo de su negocio”, señala.
Según Quiñones, a los pequeños y medianos empresarios del país, se les debe proveer de herramientas que suplan ágilmente sus necesidades de crédito y flujo de caja, y con el digital factoring y el desarrollo de nuevas fintech que ofrecen esta posibilidad, pueden encontrar la mejor manera de satisfacer esta necesidad.
Pero además, esta alternativa proporciona otros beneficios, pues, al ser una fórmula de financiación diferente a los préstamos de la banca tradicional, donde las tasas de interés suelen ser más altas, el digital factoring se consolida como una buena alternativa en momentos de inflación.
Avances de la industria
Sin embargo, pese a que este modelo no es nuevo en el sistema financiero, en Colombia, el factoring aún tiene mucho camino por recorrer. “El factoring ha avanzado de manera incipiente. Estamos trabajando con la DIAN en la profundización de este tipo de alternativas. Hemos venido avanzando de forma importante en todo el tema facturación electrónica, lo que va a simplificar, de forma muy relevante, el desarrollo del factoring propiamente dicho”, precisa Quiñones.
Del mismo modo, asegura que aunque el uso del digital factoring ofrece diversas ventajas para gran parte de la población empresarial del país, el mayor desafío de este sector está en conectar a más consumidores con la digitalización y las fintech, como aconteció durante la pandemia, cuando esta herramienta se convirtió en un salvavidas en términos de liquidez para muchas pymes del país.
“El reto de la industria es afianzar todas las variables, principalmente las que tienen que ver con la digitalización. Hoy estamos en el dos por ciento de participación en el comercio agregado. Aún no se han dado las condiciones totales para digitalizar todas las actividades económicas. El tejido empresarial colombiano está compuesto por un 92 por ciento de pequeñas y medianas empresas, hay que valorar los consumidores, la digitalización de pagos, articular las condiciones y hacerlas favorables”, concluyó.
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