Esta semana, múltiples representantes del sector de los hidrocarburos del país se reúnen durante dos días en Barranquilla, para discutir diferentes temas en relación a la transición energética, un proceso que se empezaría a dar en el país y que está impulsando el actual Gobierno Nacional, presidido por Gustavo Petro.
La transición energética, básicamente se trata del cambio progresivo en los modelos de producción, distribución y consumo de energía, para alcanzar una descarbonización total de las economías y a su vez la transformación del sistema energético actual. Aunque este proceso trae una serie de beneficios para el medio ambiente, lo cierto es que también puede implicar una afectación a las economías basadas en hidrocarburos. La colombiana es un ejemplo de ello, pues en el país no solo se exporta petróleo, sino también gas. Además, cuenta con soberanía energética.
El evento, que se realiza en la ciudad de Barranquilla durante este 5 y 6 de junio, tendrá a los presidentes de las principales empresas y asociaciones energéticas, que se referirán a los avances de este proceso. Uno de ellos fue el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, Frank Pearl, quien mencionó cómo se debería llevar a cabo esta transición.
Aseguró que esta transición se debe dar de manera justa. Sin embargo, también comentó que esta conversación se ha ido distorsionando en el discurso, pues existe un diagnóstico en el país que muchos comparten y que está equivocado. Es el que asegura que el sector de hidrocarburos es el responsable de las emisiones que se generan en el país.
“El sector de hidrocarburos no es el responsable de las emisiones del petróleo. Colombia tiene una emisión de 1,5% a nivel mundial. Dentro de nuestro país, las emisiones vienen principalmente y se explican por el uso del petróleo, por la industria y por la movilidad. Tener ese diagnóstico claro es fundamental para poder solucionar los temas que tenemos y avanzar”, comentó Pearl durante su intervención.
Además de ello, el directivo mencionó que la transición energética se debe dar de manera diferente a como lo han abordado otras naciones. Es decir, con una transición “a la colombiana”. Esto se debe a que nuestro proceso es muy diferente al que se vive en Europa Occidental, o Norteamérica, pues Colombia es uno de los países más inequitativos del mundo, al registrar un índice de pobreza multidimensional del 36%.
“Hay 20 millones de personas en Colombia que viven en la pobreza. Mientras nosotros estamos aquí en este salón y acabamos de desayunar, hay 7 millones de colombianos y colombianas que no pueden comer 3 comidas al día, que no tienen acceso a la nutrición que requieren y más de 4 millones de personas viven en la miseria absoluta”, afirmó.
Con esos antecedentes, precisó que es importante realizar una transición integral, que tenga tres componentes clave: la transición energética, transición económica y transición social.
La transición económica debe llevarnos a la adopción gradual de las tecnologías para disminuir las emisiones, mejorar las operaciones y descarbonizar las cadenas de valor. Es importante abordar el proceso desde un punto de vista de la oferta y la demanda, desde el consumo de las industrias y los patrones de consumo de los ciudadanos.
“Nosotros vemos este sector, como el sector a partir del cual se puede facilitar la transición energética, económica y social. Este es un sector que representa el 3% del producto interno del mundo. Y es fundamental para la estabilidad macroeconómica, para la estabilidad fiscal y para la estabilidad cambiaria. Produce billones de pesos en regalías e impuestos. Que, infortunadamente, no han llegado a millones de personas que lo necesitan”, agregó.
En ese sentido, la transición energética “a la colombiana”, tiene que ver con trabajar de la mano con la colaboración nacional, las alcaldías y gobernaciones, para lograr los recursos de regalías e impuestos.