Desde la llegada de la pandemia del coronavirus a Colombia en marzo del año pasado se ha discutido la posibilidad de que el Banco de la República emita dinero para prestarle al Gobierno y así ayudar a la población más afectada por la covid-19.
Esta propuesta, impulsada por algunos sectores políticos (principalmente los alternativos y de oposición), ha sido rechazada en varias ocasiones tanto por el Banco de la República como por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
El exgerente del Emisor colombiano, Juan José Echavarría, dijo en 2020 que si bien legalmente el préstamo es una opción, debe ser una medida que se tome como última instancia.
“Ningún banco central en el mundo le ha prestado al Gobierno. Nosotros no hemos cerrado las puertas, pero ningún banco lo ha hecho. El Gobierno no lo ha solicitado y ha dicho que hasta que los mercados internacionales de capital no estén cerrados el Gobierno no considerará esa posibilidad”, dijo Echavarría meses atrás.
De hecho, el actual gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, también comparte el sentimiento de Echavarría y dijo que no es una “buena idea” que el Emisor emita para prestarle al Gobierno.
“Los países que dan créditos directos de sus bancos centrales al Gobierno tienen dificultad para estabilizar sus economías y dar credibilidad. Es el caso de Argentina, que se acostumbró a prestarle al Gobierno y hoy enfrenta una situación muy difícil porque no logra obtener financiamiento privado ni de la banca multilateral. Esas emisiones provocan una desconfianza grande en la moneda y generan dificultades enormes a esas economías para salir adelante”, dijo Villar en su momento.
Pese a las negativas de las cabezas del Emisor, el senador y excandidato presidencial Gustavo Petro insiste en que la emisión es necesaria para que el país pueda salir de la crisis económica en la que se encuentra.
“El tema debe ser discutido. Lo que toca ver es si el Gobierno está dispuesto a pedir un crédito al Banco. De hecho, ya se han emitido unos $24 billones, no en la forma de crédito al Gobierno, sino en la forma de crédito a los bancos”, dijo Petro en entrevista con SEMANA.
Y agregó que por cada nuevo episodio de cuarentena, el Banco de la República debería emitir $15 billones mensuales para fortalecer los programas de subsidio directos como Ingreso Solidario o el subsidio a la nómina a las pymes, pero elevando el valor de las ayudas.
Consecuencias económicas
El economista y analista Martín Jaramillo considera que le costó mucho a Colombia garantizar la independencia y el buen manejo de la política monetaria por parte del Banco de la República y que este tipo de propuestas pondrían en juego lo logrado.
“El país estuvo décadas manejando la política monetaria de manera irresponsable, con inflaciones superiores al 20 %, y por fin, gracias a la Constitución de 1991, logramos darle un buen manejo a esa política”, dijo Jaramillo.
El analista llamó “irresponsables” a aquellos personajes que promueven este tipo de iniciativas sin tener en cuenta el efecto inflacionario y de depreciación que podría causar esta iniciativa.
“Los riesgos de una propuesta de estas son altísimos en términos económicos. Pero todo es peor si se le mete un componente político, como estamos viendo ahora. Eso no es un riesgo, sino una irresponsabilidad”, dijo.
Por su parte, el economista jefe del Banco Agrario, Fabio Nieto, dijo que la emisión de dinero y elevar, aún más, el gasto fiscal es “inconveniente y contraproducente” para el país.
“La emisión inorgánica de dinero, es decir, aquella que no es coherente con una mayor demanda de dinero y crecimiento económico, y que en muchos países sin independencia del Banco Central se ha utilizado para financiar gastos desenfrenados del Gobierno, solo ha generado hiperinflación, sobreendeudamiento, pobreza y desigualdad”, dijo Nieto.
Y es que según los expertos, las difíciles situaciones económicas que viven países como Venezuela y Argentina son el resultado de incrementos descontrolados de las emisiones de dinero, cuyo destino eran los gobiernos.
“Basta mirar nada más ejemplos de vecinos en la región como Venezuela y Argentina, donde precisamente esta forma de financiación fiscal lo único que ha logrado es destruir el poder adquisitivo de la moneda, de los agentes y erosionar el aparato productivo de la economía”, agregó Nieto.
Otro de los riesgos y consecuencias negativas que señalan los economistas es que el préstamo y la emisión monetaria se convierte en un recurso recurrente por parte del Gobierno de turno.
“Si se abre la puerta del préstamo al Gobierno, imagínese al próximo Gobierno y a cada uno de los que venga de ahí en adelante pidiéndole plata al Banco de la República argumentando que si le prestó a uno, le debería prestar a todos. Se abriría una puerta que es muy difícil de cerrar”, dijo Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
Para que un préstamo del Banco de la República al Gobierno se lleve a cabo, la decisión debe ser aprobada por unanimidad en la junta directiva del Emisor, compuesta por cinco codirectores, el ministro de Hacienda y el gerente general del Banco.