La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) reveló este lunes que la tasa de empleo de sus países miembros al cierre del primer trimestre del 2021 fue del 66,8 %, lo que representó un aumento en comparación con el trimestre inmediatamente anterior, pues el indicador había sido de 66,7 %.

Al comparar la empleabilidad entre enero y marzo de 2021 con el mismo lapso de 2020 se evidencia una caída, pues durante el primer trimestre del año pasado la tasa fue de 68,6 %.

En el caso colombiano se evidencia que, si bien hay una recuperación del comportamiento del mercado laboral en el arranque de este año, aún falta camino para llegar a los niveles pre-pandemia.

Según las cifras de la Ocde, la empleabilidad en Colombia terminó marzo de este año en 60,7 %, valor inferior al promedio de la entidad multilateral que fue del 66,8 %.

En comparación con el último trimestre del 2020, la empleabilidad en Colombia aumentó desde el 59,8 % hasta el 60,7 %. Ahora bien, al comparar con el primer trimestre del año pasado, la tasa de empleo disminuyó pues al cierre de marzo del 2020 era de 64,9 %.

Empleabilidad en Colombia | Foto: Ocde

Es de mencionar que, según información del Departamento Administrativo Nacional y de Estadística (Dane), el desempleo en Colombia al cierre de mayo fue del 15,6 %, cuando un año atrás el indicador era del 21,4 %.

Y es que el mercado laboral colombiano ha sido uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus, pues las medidas de restricción a la movilidad impuestas el año pasado para contener el contagio de la covid-19 hicieron que el desempleo alcanzara valores no vistos en mucho tiempo.

A pesar de que el país ha implementado medidas de reactivación económica, del avance en las campañas de vacunación contra el coronavirus y de la no implementación de más restricciones a la movilidad, el mercado laboral colombiano sigue mostrando un deterioro estructural.

Según expertos, los problemas del mercado laboral en Colombia se derivan, principalmente, de su alto nivel de informalidad, problemática que se presenta desde hace años. De acuerdo con el Dane, al cierre de mayo, la informalidad laboral en el país era del 48,3 %.

Estos altos niveles de informalidad impiden que los trabajadores accedan a beneficios como las prestaciones sociales o la seguridad social y, además, los vuelve más vulnerables ante las medidas de bioseguridad impuestas por los gobiernos locales.

Es tal la problemática del empleo en Colombia que la mayoría de analistas y economistas proyectan que el indicador seguirá por encima del 10 %, por lo menos, durante los próximos cinco años.

Para poder disminuir el desempleo y regresar a valores de un dígito, los expertos consideran que es necesario sacar adelante una reforma laboral que fomente el empleo formal y ayude a disminuir la informalidad en el país.

Algunas de las recomendaciones que se han hecho para incluir en esa reforma laboral son eliminar los sobrecostos no salariales que tienen las empresas para contratar personal, como por ejemplo los aportes a las cajas de compensación familiar.

De hecho, la Ocde cree necesario que en Colombia se lleve a cabo una reforma del salario mínimo tal y como está en la actualidad.

“Las recomendaciones clave se refieren a evitar niveles demasiado altos, incluso a través de la diferenciación regional”, dice la Ocde.

Esto quiere decir que se buscaría implementar, como ya se ha propuesto con anterioridad, un salario mínimo diferencial entre regiones, teniendo en cuenta la productividad y costos de vida de las mismas.

Y es que al mirar las cifras del Dane, por lo menos en 14 de los 32 departamentos del país los ingresos promedio mensuales de la población son inferiores al salario mínimo de $908.526, lo cual ha impedido que en estas regiones haya formalización e inversión por parte de compañías privadas, pues la productividad es baja y los costos del personal son los mismos.

Para la Ocde, el salario mínimo en Colombia “es relativamente alto” y esto impide que se pueda fomentar la contratación formal, en especial en las regiones menos productivas del país.

“Deberían reducirse los elevados costes laborales no salariales y el salario mínimo relativamente alto para fomentar la contratación formal, en particular de trabajadores poco cualificados, jóvenes y personas ubicadas en regiones menos desarrolladas”, apuntó la entidad multilateral.