El tema de viviendas a nivel nacional ha levantado cada vez más polémica, desde el anuncio por parte del presidente de la República, Gustavo Petro, de finalizar el subsidio ‘Mi Casa Ya’ para convertirlo en ‘Cambia Mi Casa’, los colombianos se han preocupado por este tema.
No obstante, esta no es la única razón para expresar preocupación alrededor de esta temática, las cifras empiezan a ser preocupantes, no solo para la cúpula gubernamental, sino también para las constructoras, las inmobiliarias y los interesados en vender sus inmuebles.
Según datos aportados por la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol), hasta abril, el número de viviendas comercializadas en Bogotá y Cundinamarca fue de 14.142 viviendas, mientras que si se compara con el año pasado, la cifra para este mismo periodo de tiempo, ya era de 32.219 viviendas, por lo que la caída ha sido de casi 56 %.
Esto claramente también ha generado un impacto dentro de las constructoras y a su inventario, debido a que, según cifras aportadas por esta misma organización mencionada con anterioridad, a un vendedor perteneciente a estas empresas le tomaba en promedio 5,3 meses vender una Vivienda de Interés Social, mientras que ahora el tiempo de venta puede estar sobre los 16,8 meses.
Por otro lado, en el caso de las viviendas que no pertenecen a esta división, la venta de estos inmuebles tomaba un tiempo promedio de 11,6 meses, mientras que actualmente alcanza los 21,6 meses, situación que generó gran preocupación para Edwin Chiriví, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca:
“Eso nos preocupa, está tomando tres veces más en venderse y por eso tenemos que hacer todos los esfuerzos, ya sea por la financiación, por la presión que podamos hacer para garantizar más subsidios para que estos números se reviertan” expresó Chiriví.
A su vez, Chiriví, en conversaciones con SEMANA, explicó por qué se está dando este desplome en las ventas de las viviendas: “Hay varios factores críticos que podemos identificar de esta contracción y el primero de ellos, sin duda, es el costo de la financiación de la vivienda. Hay que recordar que los hogares cuando compran su vivienda se fijan en dos elementos: qué tan asequible es la oferta existente y cómo la voy a financiar. Las tasas de financiación siguen siendo históricamente altas, hoy en día la tasa de interés hipotecaria está en 16,8 % y esa misma tasa en 2021 era inferior al 11 %”, expuso Chiriví.
Como ya fue mencionado, esto también está implicando desconfianza y cambios dentro de las constructoras encargadas de vender estas viviendas, lo que tampoco ha ayudado a que esta situación se pueda reimpulsar:
“La venta de vivienda en la ciudad se está demorando tres veces más. Dicho eso, cuando un constructor ve que su ciclo de venta es mucho más lento, pues no puede cerrar su proyecto para sacar uno nuevo, por lo tanto, la caída de lanzamientos responde a la desaceleración de las ventas y al no tener mucha certidumbre, prefieren retraer su decisión de inversión y esperar que cambien las condiciones para lanzar nuevos proyectos. Eso nos preocupa, pues la oferta se contrae, pero también nos permite que no vayamos a acumular inventario”, aclaró Chiriví.
Se espera que esta coyuntura pueda mejorar en el próximo tiempo, sin embargo, según fuentes cercanas de este sector ya aseguran que este año será de números rojos, y que hasta incluso podría marcar un punto de quiebre en el sector.