Los departamentos colombianos que tradicionalmente encabezan el escalafón de competitividad se mantienen estables, pero llama la atención la nota promedio que sacaron los territorios colombianos: 4,87.
El tema de la competitividad regional, algo que debe ser el foco principal para los Gobiernos nacionales, pues de ello depende que la población se distribuya en todo el territorio nacional y no solo se aglomere en los centros urbanos que ofrecen oportunidades, sigue siendo un Talón de Aquiles.
De un total de 33 territorios que hacen parte de la medición (incluida Bogotá), presentada este martes por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario, solo 7 departamentos tuvieron calificaciones por encima de 6 (la máxima es 10). Es decir, podría decirse que 26 departamentos se rajaron.
Claro está, en unos temas, unos de los que obtuvieron calificaciones regulares o malas, avanzaron y en otros aspectos retrocedieron, pues, el índice, de acuerdo con lo expresado por Rosario Córdoba, presidenta del Consejo, tuvo en cuenta 102 indicadores, ninguno de ellos relacionado con percepción, sino con resultados reales en cada departamento.
Hubo poca sorpresa en el hecho de Bogotá de nuevo se ubicara en el primer lugar del escalafón, seguido por Antioquia. Tampoco sorprende que sean Chocó, Guainía y Vichada los más rezagados. La capital del país es el centro de producción más grande, en el que se concentra buena parte del tejido empresarial y hacia donde migra la población que no encuentra en los territorios un futuro.
Es así como, el mejor calificado en términos de productividad es Bogotá, con una nota de 8,3 sobre un puntaje máximo de 10, mientras que de ahí en adelante las notas si bien pasan raspando, siguen siendo regulares. Antioquia (6,8); Valle y Santander tuvieron calificaciones de 6,4 ambas, y Risaralda, junto con Atlántico, fueron calificados con 6,3.
No obstante, durante la presentación del índice, la vicepresidenta de la República, Martha Lucía Ramírez destacó el hecho de que los territorios avanzaron en 45 de las 51 variables que se miden y puso de presente la necesidad de poner el foco en los territorios.
Las brechas entre departamentos se ahondan
Una de las preocupaciones que asaltan, tras el destape del índice de competitividad departamental, es que, en vez de avanzar en reducción de las brechas entre una región y otra, la situación se agrava. Bogotá deja lejos a los demás territorios y las posibilidades de la capital del país, de tener un mejor desempeño de aquí en adelante, son más altas que en las demás regiones, en parte, con el tema del Metro.
El cambio de posiciones de un año a otro en el índice es un tema clave para poner el termómetro a la manera en la que pedalearon los departamentos para cambiar su panorama. Más aún, si se tiene en el visor el hecho de que el 2020 fue un año de altas complejidades.
Es así como, Bogotá y Antioquia se mantuvieron en las mismas posiciones (y y 2), mientras que Valle y Santander intercambiaron de lugar (en 2019 Valle era el 4º y pasó al tercer lugar). Se destaca el hecho de que el archipiélago de San Andrés es el que tuvo mayor retroceso, puesto que perdió tres lugares, al pasar del puesto 11 al 14, mientras que la constante en la totalidad es que se avance o se pierda una posición en el escalafón.
Sin embargo, de San Andrés, el vocero de la Universidad del Rosario, Daniel Torralba, destaca el hecho de que la Isla haya registrado su mejor desempeño en el pilar de mercado laboral, que es una de las mayores debilidades a nivel nacional y el mayor reto para el país en el corto plazo.
Torralba señaló que los principales retos de San Andrés son los de avanzar en innovación y dinámica empresarial.