El Fondo Monetario Internacional (FMI), en la nueva revisión de pronósticos que hizo, volvió a poner a Colombia entre los países de América del Sur con uno de los mayores crecimientos de la economía. En abril estimaba que la producción en nuestro país tendría una expansión de 5,8 % y ahora estima que la nación llegará a 6,3 %.
Esa cifra ubica a Colombia por encima de Argentina (4 %), Perú (2,8 %), Chile (1,8 %) y Brasil (1,7 %).
A pesar del vaticinio para la economía colombiana, y pese a los ajustes que ha aplicado el Banco de la República con las tasas de interés para contener la inflación, esta variable es la que no pinta bien para el cierre del año.
Según el informe presentado este miércoles por el FMI, Colombia está entre el grupo de países que tendrá la inflación –en promedio– en unos 400 puntos básicos (el 4 %), por encima del rango meta previsto por el emisor, el cual, como se recordará, está entre 2 y 4 %.
Peor aún. El FMI prevé que podría haber presiones inflacionarias adicionales en algunos de los países de la región, en medio de “mayor debilitamiento de la moneda, especialmente si las condiciones financieras mundiales se endurecen aún más y las crecientes presiones salariales, junto con los mecanismos de indexación existentes en algunos países, siguen causando efectos”.
La persistencia de la inflación ha llevado al debilitamiento de la actividad económica en otros países del mundo, y a la caída de los precios de las materias primas, lo que, a juicio del FMI, debería motivar la formulación de políticas más desafiantes, por ejemplo, mayores aumentos de tasas de interés, lo que a su vez debería desestimular el consumo y provocar un enfriamiento. Pero eso no ha sucedido hasta ahora en Colombia, en donde las proyecciones siguen al alza.
De hecho, en una entrevista reciente con SEMANA, el director del Centro de Pensamiento Económico, Fedesarrollo, dijo que, en realidad, “las cifras que estamos viendo tienen que ver con un efecto base (es decir, que era muy baja la cifra de hace un año)”. Si se mira cuánto creció la economía en mayo, frente a abril de este año, en realidad se contrajo un 0,2 %, así que esta cifra realmente tiene un puro efecto estadístico que no refleja realmente una aceleración adicional frente a lo que ya hemos venido viendo”.
Vientos de cola
Según registra el FMI en el informe presentado, “la región continuó su fuerte recuperación a principios de 2022, pero la desaceleración de la actividad económica y la persistente inflación pondrán a prueba su resiliencia”.
El organismo financiero señala que en los países de América Latina, como Colombia, la reapertura de sectores intensivos en servicios y, por lo tanto, grandes aportantes de la reactivación después de pandemia, entre los que se cuentan la hotelería y los viajes, han sido determinantes.
En el total de la región, el crecimiento interanual fue del 2,8 % en el primer trimestre, lo que se compara con el 1,7 % que tuvo en el primer trimestre del año pasado. Y al parecer, el FMI ve que el impulso continuará en el segundo trimestre, pero para la segunda mitad de año sigue deambulando el fantasma de la desaceleración y de una posible recesión.
Lo cierto es que la región crecerá 3 % en este año, según el FMI, lo que implica una mejora del pronóstico de abril del 2,5 %.
Pero los desafíos no faltan y, ahora, son significativos. Incluyen condiciones financieras globales más estrictas, menor crecimiento global, inflación persistente y crecientes tensiones sociales en medio de una amenaza de inseguridad alimentaria y energética. “Estos factores contribuyen a nuestra rebaja del crecimiento al 2,0 % en 2023, en 0,5 puntos porcentuales menos que lo previsto en abril. En el caso de Colombia, la expectativa que tiene el FMI para el próximo año es que la economía crezca en 3,5 %.