El Ministerio de Minas y Energía publicará en marzo próximo la hoja de ruta que debe recorrer Colombia para convertir en realidad la generación de energía eólica offshore en el mediano plazo. A la fecha, empresas danesas como Orsted y Copenhagen Infrastructure Partners han manifestado su interés en desarrollar este tipo de proyectos en el país.
El ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, aseguró que gracias a la construcción de proyectos eólicos en el mar se podrá aprovechar más la velocidad del viento y Colombia, sobre todo en la región Caribe, tiene un gran potencial para este tipo de energía.
En particular, la región Caribe cuenta con un potencial total de aproximadamente 109 gigavatios de energía eólica marina, pero al tener en cuenta las limitaciones ambientales, sociales y de otro tipo, el potencial que se puede desarrollar se reduce a aproximadamente 50 gigavatios, que es cerca de tres veces la capacidad instalada actual de Colombia (17,7 GW).
Además, el borrador de la hoja de ruta revela que la cantidad de electricidad que podrían producir los proyectos, con respecto a su potencial teórico completo, particularmente en el este de La Guajira, se acerca al 70 % y se encuentran entre los más altos del mundo. Este departamento también es clave para el desarrollo de proyectos eólico en tierra, pues la velocidad del viento en esta zona es el doble del promedio mundial.
“El coste de la energía eólica costa afuera también está disminuyendo, y los beneficios significativos del despliegue a gran escala en los mercados maduros, como el norte de Europa, se perciben ahora en todo el mundo. El recurso eólico y la infraestructura en Colombia muestran todos los signos adecuados para que un mercado eólico costa afuera a escala alcance costos competitivos con relativa rapidez”, menciona el documento, que estará en consulta hasta el próximo 25 de febrero de 2022.
¿Cuál es el potencial de Colombia?
En un escenario bajo, Colombia podría contar con 200 MW de energía eólica offshore para el 2030; 500 MW para 2040; y 1,5 GW para el 2050, ya que al desarrollar proyectos modestos no será necesario hacer mejoras importantes en la transmisión de expansión. Además, se deberían construir cerca de los centros de carga de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.
En un escenario alto, se prevé un gigavatio de energía eólica offshore para el 2030, tres gigavatios para el 2040 y nueve gigavatio para el 2050, pero será necesario construir nueva capacidad de transmisión, ya que una de las limitaciones más desafiantes para el despliegue de energía eólica costa afuera a escala comercial en Colombia es la disponibilidad limitada de capacidad de transmisión de alto voltaje cerca de las áreas donde se cuenta con el mayor potencial, como es el caso de La Guajira y Magdalena.
Esta hoja de ruta se llevó a cabo en asocio con el Banco Mundial, que financió los consultores y brindará al país información detallada de las áreas en aguas colombianas adecuadas para el desarrollo de este tipo de proyectos, posibles costos y beneficios económicos, agencias responsables y procedimientos de permisos, cambios regulatorios o de políticas, con el fin de que Colombia pueda explotar su potencial de manera comercial.
¿Qué debe mejorar Colombia?
La hoja de ruta también brinda a Colombia 34 recomendaciones iniciales para que el país pueda desarrollar una industria eólica costa afuera exitosa. Estas recomendaciones están dirigidas a las entidades del sector energético como la Upme, la Dimar, la Anla, la Creg, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y, por supuesto, el Ministerio de Minas y Energía.
Por ejemplo, se recomienda establecer una visión de la energía eólica costa afuera y unos objetivos de capacidad hacia 2030; identificar las áreas prioritarias para el despliegue comercial de la energía eólica costa afuera y publicar los Términos de Referencia (TdR) generales para el desarrollo de los estudios de impacto ambiental y social para este tipo de proyectos.
Adicionalmente, la Upme debe llevar a cabo la planificación de la generación para proporcionar los volúmenes y el calendario indicativo, con relación a la capacidad eólica costa afuera. Así mismo, debe formular planes indicativos de expansión de la red en consonancia con la visión y los objetivos de capacidad anunciados para este tipo de energía en el país.
“Las solicitudes de conexión a la red se convertirán en una parte integral del proceso de autorización de los proyectos eólicos costa afuera, lo que también contribuirá a evitar la especulación”, asegura el borrador de la hoja de ruta.