A pocos días de finalizar el año, el fantasma de una reforma pensional ha vuelto a ser el centro de las discusiones políticas en el país. Especialmente después de que Jaime Dussán, presidente de Colpensiones expresara en una entrevista que el dinero ahorrado por los colombianos en Colpensiones podría destinarse a obras de infraestructura y otros asuntos, generando un sinfín de reacciones y comentarios en redes sociales.

Ante estos cuestionamientos, vale aclarar que a corte de junio, según Asofondos, el saldo total en fondos de pensiones obligatorias llegó a $335,1 billones; pese al panorama de volatilidad el saldo creció un 1% frente a lo visto en el mismo periodo de 2021. Además, en el agregado para 2021, algo menos de un tercio de los recursos administrados por las AFP están invertidos en deuda pública, según indicó Asofondos. Esto se debe a que, como bien explicó el gremio, se trata de un activo bastante seguro, pero que, por la misma razón, ofrece una rentabilidad moderada en el tiempo.

De acuerdo con la misma entidad, el 31,6% de los recursos de los trabajadores en Colombia se encuentran invertidos en activos de renta variable extranjera, tales como acciones de compañías internacionales. Lo que los hace tenedores de un pequeño porcentaje de empresas como Apple o Amazon. Pero también hay inversiones en rentas variables, locales, fijas locales y externas, y otro tipo de inversiones que agrupan al 39 % del ahorro restante.

Asofondos asegura que el objetivo de dichos movimientos es “proveer excelentes rentabilidades para sus afiliados, evaluando niveles de riesgo apropiados para lograr el mayor ahorro pensional y una mayor protección en la vejez”. Así mismo, aclaran que cada inversión depende del nivel de riesgo del fondo, y es realizada tras varios estudios.

“Siempre que los fondos de pensiones hacen inversiones, se hacen muchísimos procesos para tener todo el cuidado de que esos recursos se le devuelvan al trabajador afiliado con una ganancia, por ejemplo, en el puente de Chirajara se cobraron seguros”, asegura Daniel Wills, vicepresidente técnico y de estudios económicos de Asofondos.

A su vez, aseguran que dentro de las nuevas opciones de inversión, que han explorado, “se encuentran esquemas de inversión colectiva, como los fondos de capital privado, los fondos inmobiliarios, Reits, fondos de deuda; vehículos de inversión como los ETF, fondos bursátiles, entre otros”. En cuanto a la rentabilidad, Asofondos asegura que representa más de 60% del total ahorrado.

Por su parte, Felipe Herrera, vicepresidente de Inversiones de Protección S.A, explica que tienen inversiones en, “en acciones de compañías listadas, en bonos, CDT, fondos que invierten en compañías no listadas o fondos de capital privado, infraestructura, sector inmobiliario, entre otros”, y que esta construcción profesional de portafolios es la que les permite equilibrar la dinámica de como el valor de la unidad irá evolucionando.

Según datos de la Superfinanciera, con corte a abril de 2020, 38,35% del fondo, estaba invertido en renta variable global.

Según un documento del economista Mario Fernando Cruz, existen cinco aspectos fundamentales en el uso dado al ahorro pensional que han cambiado en la última década. El primero de ellos tiene que ver con la pérdida de participación que han tenido las inversiones nacionales frente a las extranjeras, en donde asegura que “la variación ha sido intensa en fondos de mayor riesgo y moderado. En fondos conservadores y retiro programado la variación ha sido moderada”.

El segundo cambio es que se ha pasado de inversiones tradicionales a no tradicionales, ya que la renta fija, acciones y títulos participativos locales han sido reemplazados por fondos de inversión colectivos, índices accionarios, entre otros. Y el tercero es una mayor diversificación geográfica en búsqueda de mejores relaciones de riesgo y rentabilidad.

Por su parte, el cuarto cambio tiene que ver con una mayor participación en actividades reales como fondos de capital privado, inmobiliarios, infraestructura y APP, y finalmente, destaca que el quinto cambio es la mayor participación de inversión en negocios de naturaleza privada, mientras que “inversiones en papeles soberanos y deuda pública han perdido terreno”.

La polémica desatada en una atención a medios en el departamento del Huila, en donde Dussán dijo que “vamos a hacer una campaña de tal manera que los jóvenes de todo el país que trabajan, entiendan y comprendan que su futuro está en Colpensiones” y acto seguido dijo que “podríamos pensar que obras de infraestructura anunciada por el señor Presidente como el tren que vamos a llevar desde Buenaventura a Barranquilla, a Soledad, lo podamos hacer”, podría ver su final en la constitución política colombiana.

Si bien, actualmente en el país las pensiones en los regímenes privados se usan para inversiones, puesto que están autorizadas para operar de esta manera con el fin de generar rentabilidades a futuro para sus ahorradores, en el sector público o régimen de prima media no es igual, puesto que el artículo 48 de la Constitución Política de Colombia establece que los dineros guardados en Colpensiones deben ser usados únicamente para los fines sociales con los que fueron pensados desde un principio.

Así mismo, establece que “no se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la Seguridad Social (como Colpensiones) para fines diferentes a ella. La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones mantengan su poder adquisitivo constante”. De esta forma queda claro que a menos de que se impulse una nueva ley que cambie esto, por ahora no se podrían usar estos ahorros pensionales para financiar las megaobras de infraestructura que desde su campaña viene planteando el presidente Petro.