Aunque tradicionalmente Brasil había sido considerado como un país más riesgoso que Colombia, dado que tienen sus finanzas públicas en un mayor desorden que las locales, desde hace unos tres años nuestra nación superó al vecino país en una medición internacional que calcula qué tan probable es que una economía incumpla con sus acreedores financieros.
Se trata de los Credit Default Swaps (CDS), una especie de ‘seguro’ que compran los inversionistas para cubrirse en caso de que el país al que le prestaron plata no cumpla con sus pagos. Los precios de esos CDS muestran, por ende, qué tan riesgoso es un país y tradicionalmente, entre las principales economías de América Latina, excluyendo Argentina, el menos riesgoso ha sido y sigue siendo Chile, seguido de México y Perú. Colombia solía ubicarse entre estas naciones y Brasil, que era la más riesgosa, pero ahora Colombia no solo se separó del lote, sino del mismo Brasil.
En el último año, la diferencia entre Colombia y Brasil era de 30 puntos básicos y ahora está en 50 y la explicación para este fenómeno la da Munir Jalil, jefe Investigaciones Económicas para la Región Andina de BTG Pactual. En su concepto, el problema es que los actuarios internacionales que se dedican a medir el riesgo de impago de un país creen que Colombia tiene comprometida su capacidad de generar ingresos a futuro, lo que está relacionado con el freno a la actividad petrolera. A eso se suma la reciente incertidumbre fiscal relacionada con temas como los enredos que vive hoy el presupuesto general de la Nación para 2025.
Jalil aclara, sin embargo, que, si el riesgo país no se mide con los CDS, sino con las evaluaciones de las agencias calificadoras, claramente Brasil luce peor, pero la perspectiva de Colombia en ese frente para el año entrante no es muy halagüeña. Su estimación es que Standard & Poor’s, que ya tiene a Colombia por debajo del grado de inversión, lo bajaría otro nivel debido a que el país no ha podido volver a crecer a su nivel potencial, que es por encima de 3 %.
Moody’s también bajaría la calificación del país, pero dado que esta es una calificadora que aún tiene a Colombia dos niveles por encima del grado de inversión, con esa rebaja no tendría un impacto muy grande. Los analistas de Moody’s siguen considerando que la ventaja del país es su fortaleza institucional, pero dado el complejo panorama fiscal tendrían que hacer un ajuste a la baja.
Por el lado de Fitch, la tercera gran calificadora global, la expectativa de Jalil, es que no haya ningún movimiento. Su estimación es que esto no debería traer mayores movimientos en los mercados, dado que, de cierta manera, ya estarían descontando ese escenario.
Esta firma financiera actualizó sus pronósticos para el cierre de año. Estima que el PIB crecerá 2%, que la inflación terminará en 5,7% y la tasa de cambio en 4,180. Para 2025 calcula que el salario mínimo se podría incrementar 12% luego de haber subido 10% y 16% en 2023 y 2024, respectivamente. En ese cálculo estarían incluidos datos técnicos como la inflación y la productividad, así como el factor político