Después del banano y el plátano, el aguacate se ha venido posicionando como la tercera fruta que más exporta Colombia, con ventas externas de 200 millones de dólares el año pasado. Pero, a diferencia de los otros dos productos, la agroindustria del aguacate es una de las más jóvenes en el país, pues en menos de 10 años ha logrado duplicar sus cifras y el área sembrada.
En 2015 apenas se exportaban 10 millones de dólares y hoy ya se tienen 55.000 hectáreas sembradas en 220 municipios de 16 departamentos, al tiempo que ya aporta el 1,5 % del PIB agrícola nacional. Así mismo, emplea a 61.000 personas.
Katheryn Mejía Vergel, directora ejecutiva de Corpohass, explica que desde un principio el aguacate Hass ha sido sembrado con miras a la exportación, hoy llega a 30 mercados, principalmente en Europa, pues a nivel local aún tiene una gran competencia de otras variedades de aguacate. La dirigente gremial dice que lo ideal sería llegar al nivel de Chile, en donde internamente se consume toda la producción local.
En el mundo Colombia compite con países como México, Chile, Perú e Israel, por eso recientemente sacaron la marca país de Avocados from Colombia, sostenibilidad desde el corazón, en donde no solo quieren resaltar la calidad del producto nacional, sino el impacto de este cultivo en temas sociales y ambientales.
“Nuestra agroindustria lleva este superalimento principalmente a destinos como Países Bajos, Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido y España, para generar bienestar y calidad de vida para todos los actores que integran nuestra cadena de valor. Nos solo nos hace diferentes el sabor, la calidad y la disponibilidad constante de nuestra fruta (acá se cosecha todo el año). Queremos demostrar por qué el aguacate Hass es un referente de la sostenibilidad desde el corazón”, reiteró Mejía.
Aproximadamente 74 % del área cultivada cuenta con certificaciones enfocadas en temas medioambientales como GlobalG.A.P. y Rainforest Alliance. También se destacan por habilitar los cultivos como hogar de múltiples especies, como osos perezosos y aves, contribuyendo a que el país continúe siendo uno de los más biodiversos del mundo. Incluso, el 40 % de sus predios corresponde a bosques nativos, por lo que trabajan en planes de reforestación e inventarios de flora y fauna para priorizar su protección y conservación.
Mapa de producción
Las principales zonas productoras del país son Antioquia, Quindío, Risaralda, Caldas, Valle del Cauca, Tolima y Huila y entre ellas sobresale el municipio de Urrao, recientemente muy reconocido por la novela sobre la vida del ciclista Rigoberto Urán. Allí, el aguacate Hass se ha convertido en una alternativa para los campesinos afectados por el conflicto y eso lo llevó a convertirse en el mayor productor de Colombia.
De las 55.000 hectáreas sembradas, 32.000 ya son productivas, lo que ha implicado crecimientos del 15 % anual. Con base en esas cifras, la directora de Corpohass estima que este año podrán terminar con una producción de 147.000 toneladas, pese a los fenómenos climáticos de La Niña y El Niño (el año pasado se exportaron 114.535 toneladas). En junio de 2024 la producción ya alcanzaba las 72.000 toneladas y las expectativas están puestas en octubre, que es cuando se recoge la mayor parte de la cosecha.
De la producción total, 5% se destina a consumo interno (no tienen cifras sobre el consumo per cápita) y otro 5% a la transformación industrial del aguacate en productos como guacamole o aceite, este último tiene una demanda creciente de la mano de la tendencia hacia la llamada “comida saludable”.
El 31 de julio se celebra el día internacional del aguacate, una fruta que no es originaria de países tropicales como Colombia –la variedad Hass fue creada en California Estados Unidos–. Se comercializa globalmente desde 1960, y en el país el Hass no se conocía mucho y, de hecho, generaba cierta desconfianza, pues el colombiano estaba acostumbrado al aguacate grande de piel verde y suave y no al de piel oscura y corrugada. Incluso muchos pensaban que, por su color, el Hass ya estaba dañado.
No obstante, el aguacate hoy es reconocido como un superalimento, con una creciente demanda global, lo que ha hecho que su cultivo se haya expandido a diversos países. De hecho, este cultivo, junto con las flores, el banano y el limón Tahití tienen una vocación principalmente exportadora.