El aumento en los precios de los combustibles es una realidad que los colombianos deberán aceptar, a pesar de las implicaciones que esto genera en el costo de vida, no solo para este 2023, sino en los años venideros.
Los ministerios de Hacienda y de Minas y Energía, en articulación con la Comisión de Regulación de Energía, Gas y Combustibles (Creg), dieron a conocer el nuevo ajuste en el valor del galón de gasolina corriente para febrero, pasando de $ 10.089 a $ 10.399 el precio promedio nacional. Esto, debido al alza de $ 250. Mientras tanto, el diésel o ACPM se mantuvo en $ 9.065 el precio del galón.
Vale la pena recordar que los incrementos en el precio de la gasolina que viene realizando el actual Gobierno, y que en cinco meses ya se ubican en $ 1.250, se deben al déficit que registra el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) sobre el Gobierno nacional y que se calcula en más de 20 billones de pesos.
Para no ahondar este hueco fiscal, se determinó el desmonte gradual del subsidio a los combustibles, por lo que las alzas en el precio del galón de la gasolina ha ido variando de $ 200 mensuales a $ 400 y, recientemente, en $ 250.
Sin embargo, expertos consultados por SEMANA consideran que, al no haber una regla clara para determinar el ajuste mensual de los combustibles, es difícil establecer el incremento. No obstante, coinciden en que el alza al cierre del año podría estar entre $ 3.000 y $ 5.000.
Andrés Langebaek, director Estudios Económicos del Grupo Bolívar Davivienda, manifiesta que el desmonte en los subsidios es una política adecuada y que era de urgente necesidad, debido a los impactos que está ocasionando dicha medida a las finanzas del país.
“El gasto que ha hecho Colombia en subsidiar la gasolina en los últimos dos años ha sido gigante. Se habla de 18 billones de pesos en 2021 y una cifra, incluso superior, en 2022, y no es la manera más eficiente de hacer subsidios, porque los subsidios a la gasolina llegan a los que consumen más gasolina, y que no es precisamente la población más vulnerable del país”, señaló.
Así mismo, indicó que es difícil predecir de cuánto serán los ajustes mes a mes que realizará el Gobierno, debido a que depende, en parte, del comportamiento de los precios internacionales del crudo y la tasa de cambio; ambos han venido registrando fluctuaciones variadas, principalmente, en el caso de dólar.
“Si el precio del petróleo a finales de este año está por el lado de los 80 dólares el barril, y no tenemos cambios fuertes en la tasa de cambio, es decir, que el precio del dólar no esté tan alto, claramente el monto del subsidio sería menor y, por lo tanto, la corrección sería más fácil”, indicó Langebaek con respecto a la posibilidad del desmote de los subsidios, de ir cerrando el déficit en el FEPC.
Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas y Análisis de Mercados Banco de Bogotá, considera que, pese a que el ajuste que realizó el Gobierno nacional al precio de los combustibles estuvo por debajo de las estimaciones reveladas, el alza de $ 250 muestra que los incrementos serán una constante en todo el 2023.
“Nuestro escenario central era de ajustes de 400 pesos mensuales en primer semestre y de 200 pesos mensuales para el segundo semestre. Esto, dado un incremento de más de 30 % en el precio de la gasolina. Ahora toca ver cómo este ajuste de 250 pesos establecido en febrero se reflejará en el balance de año. Sin embargo, lo que está claro es que debe continuar ajustando el precio de la gasolina para que la brecha local se cierre frente al precio internacional”, apuntó.
Si se hubiese mantenido el ajuste al nivel de enero, que fue de $ 400, el precio de la gasolina cerraría el año en cerca de $ 16.000 el galón. Lo anterior ayudaba a acelerar la reducción del déficit que presenta el FEPC.
Esto, según las proyecciones de los expertos, sin embargo, al no tenerse una herramienta definida frente al ajuste, es un escenario muy especulativo. En lo que sí están de acuerdo Langebaek y Pérez es que cerrar el hueco fiscal por el subsidio de los combustibles no será algo que se verá en este 2023, y posiblemente, los datos positivos se podrían comenzar a reflejan en el 2024, si se mantiene la política.