Sin lugar a duda, después de pandemia de la covid-19 el mayor ‘contagio’ que sufre hoy el mundo es el de la inflación, un mal que está golpeando a casi todos los países y cuyas principales víctimas son las personas más pobres, pues son las que cuentan con menos recursos para defenderse del alza de precios.
Esta situación, provocada por la reactivación de las economías tras los encierros de la pandemia, la guerra en Ucrania y el alza de las materias primas, ha llevado a los bancos centrales a subir sus tasas de interés, acción que por muchos economistas es considerada como la herramienta más efectiva para domar la inflación. Como resultado, el mundo pasó de tener tasas de interés negativas o muy cercanas a 0 % por casi dos años a un contexto de intereses al alza, que hasta ahora no han servido para controlar la disparada del costo de vida.
El portal Visual Capitalist recopiló la información de más de 100 países para ver en dónde han subido más las tasas de interés por causa de la carestía y encontró que Zimbabwe hoy tiene el mayor costo del dinero en el mundo con una tasa de interés de su banco central de 80 % (vale la pena recordar que las tasas de interés de los bancos centrales sirven de referencia para el resto de la economía, es decir, son el piso que usan las entidades financieras para cobrar por sus préstamos).
A principios de abril, el banco central de Zimbabwe elevó sus tasas en 20 puntos porcentuales para combatir una inflación del 73%. Las pequeñas empresas, los maestros y los analistas de ese país africano le han pedido al gobierno adoptar el dólar estadounidense para impulsar la confianza económica y de los inversionistas en medio de problemas cambiarios e inflacionarios.
El segundo lugar en tasas de interés lo ocupa Argentina con 44,5 %, un dato que está por debajo de la inflación, la cual se ubica en 50 %. Esto quiere decir que en el país gaucho los intereses aún son negativos en términos reales e implican un desafío adicional para cumplir con los requisitos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para reprogramar un préstamo por 40.000 millones de dólares, pues una de sus exigencias es que las tasas de interés estén por encima de la tasa de inflación. En lo que va de este año, el banco central argentino ha elevado dos veces sus tasas de interés.
Si bien Rusia se encuentra en el top 10 de los países con mayores tasas de interés (17 %), llama la atención que no sean más altas en medio de las duras restricciones económicas que le han impuesto por su decisión de invadir Ucrania.
El polo opuesto
Suiza, Dinamarca y Japón son actualmente los países con las tasas de interés más bajas: -0,8 %, -0,6 % y -0,1 %, respectivamente. Así mismo, el promedio de la Unión Europea es de 0 %.
En Estados Unidos, después de rondar el 0 %, la Reserva Federal (su banco central y el más poderoso del mundo) aumentó su tasa de interés a corto plazo al 0,5 %. Los expertos proyectan hasta siete aumentos de tasas de interés este año, lo que implicaría que llegaría a 1,9 % para fin de 2022, con las respectivas consecuencias para el resto del mundo, pues los movimientos de la Reserva Federal son replicados por los demás bancos centrales.
Justamente eso es lo que ha ocurrido en América Latina, cuyos bancos centrales están adoptando una postura agresiva ante la acelerada inflación. México elevó su tasa de interés de referencia a 6,5 % en marzo en respuesta a que la inflación alcanzó máximos de 20 años. En Colombia, el Banco de la República lleva cinco alzas de sus tasas de interés desde octubre pasado, elevándolas de 1,75 % al 5 % actual.
Este dato ubica al país entre los que tiene las tasas de interés más bajas en América Latina. Las de Ecuador están en 7,2 %, las de Brasil en 11,8 % y la de Chile en 7 %. Perú y Bolivia están en 4,5 % y 3,9 %. Venezuela no es tenido en cuenta en estas comparaciones internacionales por la opacidad de sus estadísticas.