Hace varias semanas, el Gobierno colombiano empezó a soltar, a través de diferentes declaraciones y a cuentagotas, las principales características que tiene la próxima reforma tributaria, a la que han llamado ‘Transformación Social Solidaria’.
Sorpresivamente, la iniciativa no solo ha sido criticada por los opositores, sino que incluso hay fuego amigo, ya que varios miembros del Centro Democrático, el partido político del Gobierno, están pidiendo mayores muestras de austeridad.
En concepto de las voces del oficialismo, no se les puede pedir a todos los colombianos que se metan la mano al bolsillo, mientras no se recorta el gasto estatal.
La reforma tributaria se requiere, justo en una época preelectoral, cuando se empiezan a calentar las campañas. Son muy pocos los congresistas que se le quieren medir a apoyar medidas impopulares, como la tributaria del ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla. Más aún si la propuesta destapada hasta ahora se mete con temas tan sensibles como el aumento del IVA de algunos productos como el café o la sal, o el hecho de que más colombianos tendrán que empezar a declarar y quizá pagar renta. Ninguno quiere perder electores.
¿Qué dijo Uribe?
El expresidente Álvaro Uribe, líder natural del partido, fue uno de los primeros en lanzar sus críticas a través de su cuenta de Twitter. El político volvió a insistir en que la reforma debe ser moderada y consensuada con las mayorías. Uribe considera que antes de aumentar los impuestos, se debe recortar el aparato estatal. Por eso, aprovechó nuevamente para formular la idea de reducir el Congreso de la República y reformar la JEP.
“La democracia se destruye por la pobreza, agudizada por la pandemia. También por dificultades que amenazan con desatar una crisis de finanzas públicas. Que haya reforma administrativa de ahorro y reforma tributaria social y moderada, que se creen condiciones inmediatas para acelerar la reactivación y política social” son algunas de las sugerencias del exmandatario.
Paloma Valencia también habló
Por otra parte, la senadora Paloma Valencia también tuvo reparos. Para la congresista, es fundamental que se congele el aumento de los salarios, que se reduzca el aparato estatal, que se les imponga un impuesto solidario a todos los salarios altos de los servidores públicos, que se eliminen varios puestos de trabajo de contratistas y que se quiten los gastos innecesarios.
Punto de vista de María Fernanda Cabal
La senadora María Fernanda Cabal también tiene reparos sobre la reforma, con argumentos similares a los de sus homólogos.
Para Cabal, no se les puede sacar más plata del bolsillo a las familias colombianas. “El Estado tiene que reducirse. La solución, en medio de la crisis, está en aliviar el bolsillo de los colombianos, no en ponerles más cargas tributarias que son confiscatorias”, dijo.
La opinión de Gabriel Vallejo
Otro que terció en este debate fue Gabriel Vallejo y fue uno de los más radicales. Desde ya, adelantó que el Gobierno no contará con su voto positivo si se trata de aumentar impuestos.
“Tenemos la obligación moral y ética con los colombianos de reducir el tamaño del Estado y lograr con determinación una verdadera austeridad, descentralización y transparencia en el gasto público”, dijo el representante Vallejo.
Otro que se desmarca
Entre tanto, el representante Gabriel Santos, quien desde hace varios meses se ha desmarcado de algunas de las posturas de su partido, también se refirió al tema, sobre todo teniendo en cuenta que fue uno de los primeros en recortar gastos, por ejemplo, terminando con las consejerías.
“El Gobierno prefiere poner a los colombianos más pobres a pagar más caro el café y el chocolate, que acabar con la burocracia injustificada de sus altas consejerías”, indicó.