SEMANA: En general, ¿cuáles son los principales impactos que tendría Colombia con las elecciones de los Estados Unidos?

María Claudia Lacouture (M. C. L.): Aunque las elecciones en Estados Unidos generan una incertidumbre natural, históricamente la relación con Colombia ha mantenido una agenda estable, respaldada por un apoyo bipartidista. Teniendo en cuenta la posición de un aliado clave en la región, Colombia debe abordar este acontecimiento como una oportunidad estratégica, fortalecer y expandir nuestras posibilidades, adaptándonos a los cambios políticos que se vendrán para maximizar beneficios mutuos.

No se trata de adoptar una postura ambigua, sino de reconocer el valor de nuestra relación con la mayor economía del mundo, que es nuestro principal socio y aliado. Por lo tanto, la estrategia de Colombia ya sea a nivel nacional o desde las regiones, debe enfocarse en proponer acciones concretas que se alineen con los intereses compartidos, pero con un objetivo claro de mejorar el impacto de la cooperación para nuestro crecimiento económico, social y democrático.

Kamala Harris se enfrentará a Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales. Sin importar quien salga vencedor, la Cámara de Comercio Colombo-Americana asegura que para Estados Unidos sigue siendo un aliado estratégico clave en la región latinoamericana. | Foto: AP

Esto incluye iniciativas en cooperación y complementariedad para impulsar un mayor intercambio comercial, mejorar el control migratorio, atraer más inversión, combatir el narcotráfico, fortalecer la seguridad y promover la democracia en la región.

SEMANA: Pero, recientemente, un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos mandó señales de alerta en materia de inversión…

M. C. L.: Precisamente, teniendo en cuenta el informe sobre el clima de inversión en Colombia emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que resalta la incertidumbre como un factor clave, será crucial que Colombia tome la iniciativa para generar confianza. Esto debe lograrse mediante una colaboración público-privada que asegure estabilidad y certeza jurídica, condiciones esenciales para atraer y consolidar la inversión extranjera y fortalecer el vínculo económico entre ambos países.

SEMANA: Frente a los dos candidatos y si en cualquiera de los dos casos –Kamala Harris y Donald Trump– llegaran a la Presidencia de Estados Unidos, ¿qué efectos se tendrían, primero, en materia de migración y nuevas políticas de seguridad en Estados Unidos?

M. C. L.: Kamala Harris propone una reforma a la figura de asilo político, donde se buscaría expulsar a personas que no cuenten con una base legal sólida para quedarse en Estados Unidos, al tiempo que se optimizan tiempos de procesamiento de solicitudes y establece una ruta migratoria legal en casos que resulten factibles. En materia de seguridad fronteriza se propone aumentar las penas para traficantes de estupefacientes, autorizando a la Presidencia a cerrar temporalmente la frontera en situaciones de emergencia. El aumento del número de agentes y oficiales en la frontera suroeste y un trabajo bipartidista desde el Congreso para incorporar nuevas tecnologías en la identificación y detención del tráfico de drogas también sería prioritario.

Las elecciones de Estados Unidos se llevarán a cabo el 5 de noviembre de 2024 en un contexto de tensión política y profunda polarización. | Foto: Getty Images

Por su parte, Donald Trump propone implementar un plan para llevar a cabo “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, dando lugar a la expulsión de migrantes en situación irregular y aquellos con antecedentes delictivos. Esta iniciativa estaría orientada a restaurar la seguridad en comunidades y reforzar el respeto por las leyes de inmigración del país, donde quienes cumplen con las normativas legales puedan permanecer en el país. En seguridad fronteriza plantea completar el muro fronterizo y reforzar la seguridad en la frontera sur para lograr detención de la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Se desplegaría personal militar adicional y se implementarían políticas más estrictas para asegurar que la frontera de Estados Unidos sea robusta y proteja la soberanía nacional en torno a la seguridad de todos los ciudadanos.

La migración es un tema crítico para Estados Unidos, que lo vincula estrechamente con Colombia, no solo por el éxodo venezolano, sino también por el creciente flujo de colombianos hacia ese país. | Foto: Getty

SEMANA: En el mismo escenario de los dos candidatos, qué podría pasar con la cooperación internacional y la lucha contra el narcotráfico, teniendo en cuenta que el Gobierno de Colombia anunció la compra de hoja de coca y ha nombrado como gestores de paz a polémicos personajes vinculados con grupos al margen de la ley.

M. C. L.: En general, el Partido Demócrata promueve un enfoque más holístico frente a temas de lucha contra el narcotráfico. Su estrategia incluye la continuidad de proyectos de cooperación militar y de seguridad. Entre tanto, el enfoque del Partido Republicano prioriza una estrategia militarizada y de mano dura para abordar la seguridad y el narcotráfico. Incluye el apoyo a la erradicación de cultivos de coca y la realización de operaciones policiales y militares contra grupos transnacionales. Además, se ejerce presión sobre gobiernos no alineados mediante presión y amenazas, como la imposición de aranceles.

SEMANA: ¿En qué escenarios habría riesgo de descertificación para Colombia? ¿Qué impacto tendría en Colombia una decisión en ese sentido?

M. C. L.: Independiente del partido ganador, las visiones generales enmarcan una presión considerable sobre Colombia para adoptar un enfoque punitivo y militar en la lucha contra el narcotráfico, que incluye la amenaza de descertificación. Sin embargo, la probabilidad de que ocurra es baja, teniendo en cuenta que el Gobierno nacional avanza en atender este frente.

Ahora bien, una eventual descertificación tendría un impacto alto porque no solo enviaría un mensaje de que Colombia ya no sería aliado en la lucha contra el narcotráfico, sino que se suspenderían programas de cooperación y apoyo financiero, además de ser un golpe reputacional para el país.

SEMANA: Volvamos a los temas prioritarios, desde la visión de los dos candidatos. En materia de integración económica, ¿habría revisión o renegociación de los TLC, en qué sectores y bajo que escenarios?

M. C. L.: Sin importar qué candidato se lleve la victoria, es poco probable que se busque renegociar el TLC, si tenemos en cuenta que para darse una revisión se requiere la aprobación del Congreso y que después de las elecciones terminara siendo un Congreso dividido, la aprobación de este tipo de proyectos será limitada.

Con Kamala Harris como presidenta se esperaría la continuidad del acuerdo como está, buscando su mayor aprovechamiento. Si la victoria es para Donald Trump, lo que podría suceder en materia comercial es que Estados Unidos imponga aranceles a productos colombianos, en parte como estrategia para buscar contener la expansión de China en la región y en Colombia, en donde ha crecido de forma importante. Este escenario crearía fricciones en el comercio, pero, en principio, se priorizaría mantener el acuerdo y una estabilidad bilateral.

Si Trump gana, planea aumentar los aranceles a diversos competidores, lo que podría poner en la mira el TLC con Estados Unidos, el segundo socio comercial de Colombia.

SEMANA: ¿Cuáles son los escenarios de riesgos de mayor tensión comercial, por ejemplo, con políticas proteccionistas y aumento de aranceles? ¿Qué efecto tendría en Colombia?

M. C. L.: Si bien puede existir tensión por las diferencias ideológicas entre los países y sus administraciones, ese ambiente está generalizado en todo el mundo y no sería un hecho tangencial a Colombia, por lo que, sin importar el candidato elegido y las decisiones que se tomen para proteger sus naciones, la estabilidad bilateral primaría.

La postura de Colombia debe seguir siendo de velar y respetar la democracia, impulsar la relación comercial y fomentar el máximo aprovechamiento de las oportunidades con una mayor diversificación de la canasta exportadora que fomente la competitividad de los productos colombianos en el mercado estadounidense y contribuya a que los consumidores opten por ellos, como ha sucedido históricamente sin importar el partido que dirige la Casa Blanca.

SEMANA: ¿Cuál es el futuro de los acuerdos de protección a la inversión, por ejemplo, con el caso de la prohibición de exportación de carbón desde Colombia a Israel, cuando el principal jugador es una empresa estadounidense –Drummond– o de inversionistas minoritarios de Ecopetrol en el ADR en Estados Unidos que han perdido valor con la caída del precio de la acción?

M. C. L.: La inversión en los países es de largo plazo. Eso quiere decir que buscan mantenerse y obtener beneficios con el pasar de los años. Las decisiones que ha tomado Colombia dificultan el proceso de atracción de inversión, ya que se ha optado por posturas cambiantes que poco contribuyen a que los empresarios tengan la confianza de instalarse en el país o de reinvertir sus recursos.

Para mitigar estos escenarios y blindar al máximo al sistema empresarial es indispensable que el Gobierno nacional brinde certidumbre con sus mensajes, que se busque contribuir al desarrollo del sector privado en el país con facilitación de procesos y beneficios del ejercicio corporativo; por ejemplo, evitar el aumento de los costos laborales, pues esto desincentiva la generación de empleo y el expansionismo de las empresas en el país, haciendo que los inversionistas busquen economías donde se respeten los contratos pactados y se les brinde seguridad jurídica. Lo que pase con Colombia depende de Colombia y de las decisiones que se tomen desde la administración.

Para una mayor actividad comercial entre Estados Unidos y Colombia, es esencial que el Gobierno inspire confianza y estabilidad, asegura la Cámara de Comercio Colombo Americana. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Cuál puede ser la evolución en el clima de inversión en Colombia?

M. C. L.: La solidez de las instituciones en Colombia es uno de los activos más importantes para los inversionistas extranjeros, dado que la toma de decisiones toma una mayor independencia. Sin embargo, en términos de Inversión Extranjera Directa (IED), The Economist proyecta un deterioro de la IED, la cual pasaría de un 3,7 % del PIB en 2023 a 2,7 % en 2024, con una tendencia a la baja hasta 2028, cuando llegaría a 1,8 % del PIB. Esto en consecuencia de factores de inestabilidad jurídica y los menores incentivos a la inversión en industrias extractivas como hidrocarburos.

SEMANA: ¿Cómo se puede contrarrestar la caída de la inversión?

M. C. L.: Son varias las tareas en ese sentido. Se requieren mensajes responsables. Pasar de los anuncios generales a los anuncios concretos basados en realidades, y que cuenten con visión de largo plazo sobre las políticas públicas, teniendo en cuenta la viabilidad empresarial y el respeto por las finanzas públicas. También la necesidad que se tenga austeridad y ejecución eficiente del presupuesto, vivienda e infraestructura. Ejecutar un plan de reactivación urgente y focalizado, eliminando la incertidumbre. Además, es imprescindible fortalecer la agenda regional y la articulación entre el Plan Nacional de Desarrollo con los de los gobiernos locales con una hoja de ruta delimitada y un propósito compartido como es construir país. De ahí se desprende prender coordinadamente las locomotoras de vivienda e infraestructura, sectores que requieren como ninguno una coordinación público-privada.

De otro lado, un plan de choque público-privado para algunos sectores. Adicionalmente, no perder las oportunidades que tenemos para fomentar las exportaciones en sectores clave para el país como el agrícola e industria manufacturera. Reducir los costos de producción –en parte, la inflación alcanzada está basada en los costos de producción– por lo que son importantes acciones para bajar aranceles a insumos necesarios que Colombia no produce, dar confianza y viabilidad al tejido empresarial para que se dé inversión en la formación bruta de capital y generación de empleo. Recuperar la inversión privada en sector minero energético y eliminar la incertidumbre. Sin inversión no habrá crecimiento ni podremos alcanzar las metas de empleo que el Gobierno se ha fijado. Y destrabar los cuellos de botellas del sector privado, facilitando trámites, procesos y permisos en entidades. También es indispensable que se vaya más allá de atraer y retener, hay que maximizar su impacto en el desarrollo del país y para ello se necesita de una colaboración entre sector público y el privado.

Lacouture insiste en que Colombia debe tener especial atención en aprovechar las oportunidades comerciales que hay en materia de agro e industria de manufactura con Estados Unidos. | Foto: Getty Images/iStockphoto.

SEMANA: ¿Habría mecanismos desde Estados Unidos para que Colombia aproveche tendencias como el nearshoring?

M. C. L.: Estados Unidos actualmente tiene mecanismos como el proyecto de Ley de las Américas, presentado al Congreso de Estados Unidos en el primer trimestre de 2024, que demostró el interés de la política pública estadounidense con relación a la inversión en América Latina. Bajo esta legislación, se propone asignar hasta 70.000 millones de dólares en préstamos y subvenciones a empresas que consideren reubicar o acercar sus operaciones desde China hacia Estados Unidos o países de la región, con beneficios adicionales de un sistema de créditos fiscales por 10.000 millones para incentivar gastos de reubicación.

Adicionalmente, a nivel regional, Colombia hace parte de los países de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas, una iniciativa del Gobierno estadounidense para aumentar la resiliencia en las cadenas de suministro y fomentar la cooperación en la región como respuesta a la mayor presencia económica de China.

También hay que reconocer que estamos viendo que el concepto del nearshoring está evolucionando al friendshoring, esto quiere decir que las inversiones se están instalando en aquellos países con mayor afinidad política por encima de los que son logísticamente más eficientes.

Pese a la posibilidad de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca, y teniendo en cuenta su postura de ‘America First’, Colombia sigue teniendo oportunidades y aprovecharlas dependerá de las voluntades políticas, de mantener el respeto por la democracia y la institucionalidad y del trabajo conjunto público-privado que permita fortalecer el aparato productivo de las empresas, invirtiendo en tecnología, innovación y desarrollo que se traduzca en mayores rubros y diversificación de exportación.

SEMANA: ¿Cuál puede ser el futuro en temas laborales o de propiedad intelectual? ¿Qué tanto puede cambiar el escenario?

M. C. L.: Colombia se encuentra a mitad de camino en la implementación de buenas prácticas para la defensa de la Propiedad Intelectual, ocupa el puesto 33 de 55 países analizados en el Informe Anual de Propiedad Intelectual que cada año prepara la Cámara de Comercio de Estados Unidos. De acuerdo con el informe, Colombia obtuvo una puntuación de 48,8 % sobre 100 %.

El tema de propiedad intelectual es muy importante para Estados Unidos en general, y es que un ambiente de respeto por las normas de Propiedad Intelectual es un mensaje de certidumbre importante para las empresas que invierten años de procesos de investigación para la generación de conocimiento y ciencia. No brindar seguridad en Propiedad Intelectual reduce las posibilidades de tener innovación en el país y que los colombianos cuenten con productos vitales para tratamientos médicos y salvar vidas.

Avanzar en este escenario también contribuirá a una mejora en la calidad y pertinencia de los puestos de trabajo al contribuir al beneficio generalizado de la sociedad, las empresas y el desarrollo económico en general. Por este motivo, incentivar la competitividad del sector privado es fundamental para avanzar en el frente laboral y de propiedad intelectual en el país y para que eso se logre es indispensable que el Senado de la República corrija el rumbo de la reforma laboral para que responda verdaderamente a todos estos desafíos y no sea un mosaico de regímenes especiales que limiten la competitividad nacional, no incentive la creación de empleo y perpetúe la informalidad.

SEMANA: El Departamento de Estado aseguró en un informe que la Administración Petro ha promovido el concepto de soberanía nacional en sectores económicos clave, lo que ha generado altos niveles de incertidumbre dentro del sector privado. ¿Qué visión pueden tener los hoy candidatos de esta posición y cuál sería su reacción en caso de llegar a la Presidencia de Estados Unidos?

M. C. L.: Independientemente del candidato que gane las elecciones, teniendo en cuenta el informe sobre el clima de inversión en Colombia emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que resalta la incertidumbre como un factor clave, será crucial que Colombia tome la iniciativa para generar confianza. Esto debe lograrse mediante una colaboración público-privada que asegure estabilidad y certeza jurídica, condiciones esenciales para atraer y consolidar la inversión extranjera y fortalecer el vínculo económico entre ambos países.

La reforma laboral sigue discutiéndose en el Congreso pese a las críticas de muchos expertos que alegan que pueden haber modificaciones que fomenten la informalidad. | Foto: Guillermo Torres Reina

Por eso, son necesarios menos mensajes y más acción; moderar la polarización política y garantizar el pleno respeto a las instituciones colombianas por parte de todos los actores, que son esenciales para garantizar una recuperación de la inversión privada.

La percepción del Departamento de Estado refleja, además, la necesidad del país de generar acciones que permitan impulsar el crecimiento económico y generar empleo formal y de calidad. Esto no solo visto desde lo económico, sino también desde el marco político y social que atraviesa el país, donde la concertación de proyectos de ley de reforma ha incidido en la certidumbre para atraer inversión y crear oportunidades económicas a largo plazo.

SEMANA: ¿Cuál puede ser la visión de las posibles presidencias de Harris y Trump frente a las reformas de los sistemas de salud, trabajo y pensiones en Colombia?

M. C. L.: Las reformas, si bien son necesarias, y en eso hay un consenso, requieren una amplia discusión que permita tener reformas que sean resultado del debate respetuoso para llegar a consensos que atiendan las necesidades de todos los actores, que representen a todos los colombianos, no a unos pocos. El objetivo debe ser el crecimiento y desarrollo de Colombia y no su descalabro que genere daños irreparables no solo para los nacionales, sino para los internacionales, por cuenta de los cambios contractuales, y ese es un interés no solo de Estados Unidos, de todos los países con los que Colombia tiene relaciones.

Colombia y Estados Unidos tienen una alianza de más de 200 años y un resultado gana-gana siempre ha sido el factor común de larga data, por lo que decisiones que beneficien realmente a todos serán bienvenidas por cualquiera de los dos candidatos.

Otro punto crucial en la agenda entre Estados Unidos y Colombia es Venezuela, un país sumergido en un régimen dictatorial que aún atraviesa una de las peores crisis políticas, sociales y económicas de la historia. | Foto: AFP or licensors

SEMANA: ¿Cuál sería la posición de Estados Unidos, en los casos en que fueran presidentes Harris o Trump, frente a la situación de Venezuela y eso cómo impactaría a Colombia?

M. C. L.: En el caso de Kamala Harris, continuaría con las sanciones impuestas por el gobierno de Joe Biden, pero hay incertidumbre sobre la otorgación de nuevas licencias. Sin embargo, mostraría apertura a cooperar y alinear posturas con gobiernos de izquierda en la región.

Mientras tanto, la postura de Donald Trump hacia Venezuela incluye una posible reversión a una estrategia de presión máxima, con la terminación de licencias especiales para empresas petroleras y un enforcement más agresivo de las sanciones existentes. Además, se critica a los gobiernos de la región que son percibidos como cercanos al régimen de Maduro.

Con la afinidad política del Gobierno colombiano con Venezuela podría generarse una discusión ideológica, pues existiría una presión por parte de Estados Unidos para que Colombia se alinee ideológicamente.

Colombia debe optar y abogar por la afinidad democrática en todos los escenarios, pues más que una postura es el respeto por los ciudadanos y sus derechos.